Rise of the Dragon | KiriBaku

Capítulo X

— ¿Crees que pueda hacer ese truco? — preguntó el rubio a la muchacha junto a él.

— No creo que sea buena idea que lances rayos por ahí, mientras practicabas destruiste cinco árboles — señaló las plantas frente a ellos chamuscadas.

— Lo seguiré intentando — declaró con firmeza. — Además vamos a ir a entretener — dijo encogiéndose de hombros y se fue a un lugar más alejado para reducir los daños que pudiera ocasionar.

Bellum Fera había sido invitado a participar en el carnaval del sol y la luna que se realizaría en Kleós. Mina había aprovechado la oportunidad para que ellos pudieran realizar un espectáculo. Bakugō sólo veía de lejos y dejaba a la chica realizar lo que ella quisiera, ya que él no tenía un real interés por participar pero la hechizera en su emoción lo forzó a realizar un espectáculo quisiera o no.

Habían aplazado sus demás tareas para prepararse para el carnaval, un representante del reino les había dicho que ellos serían la atracción principal así que ya no podían retractarse, pero claro que Mina no deseaba eso y apenas escuchó ese mensaje saltó de felicidad.

La chica le había dado un espectáculo diferente a cada uno; Kaminari escupiría pequeños rayos, Kirishima haría lo mismo pero con su aliento de fuego, ambos en su forma de dragón. Hizo que Sero practicara una danza de cinta y a Bakugō le asignó un acto de espadas. El rubio y el azabache estaban completamente convencidos de que eso era una total estupidez pero los dos cambia formas estaban igual de emocionados que la joven, esforzándose para realizar un muy buen show.

Todo el campamento estaba atareado por la nueva tarea ya que muchos participarían, el carnaval de sol y la luna era una de las festividades más importantes de Kleós y muchas personas de otros reinos y algunos clanes viajaban hasta ahí para ver esa celebración o porque eran parte de ella como invitados.

Bakugō no podía creer que se había dejado convencer de participar en tal vulgaridad y servir de entretenimiento para la gente, pero la insistencia de cierta chica y el recordatorio de que el consejo real de Kleós le había exigido que debía mejorar la imagen de su clan frente al pueblo, ya que muchas personas temían de ellos, fue lo que lo llevó a acceder.

Practicó algunos malabares con dagas y decidió que eso era suficiente, él no era el animal de circo de nadie y no se volvería uno por la aprobación de gente que no le importaba.

— ¿Es enserio? — cuestionó Mina de brazos cruzados mientras veía al rubio descansando en su tienda.

— ¿Parece que bromeo? — respondió acostado desde su improvisada cama sin siquiera mirarla.

— ¡Vamos! Ahora debes hacer un acto de espadas.

— No presiones — dijo severo esta vez viéndola fijamente.

La chica soltó un suspiró, tampoco esperaba que el rubio quisiera colaborar pero soñar es gratis.

— Deberías tener la misma dedicación que Kaminari y Kirishima — intentó de nuevo Mina.

— Iugh, claro que no — exclamó con un gesto de asco. — Ellos no logran ver que solo vamos a ser sus monos de circo, ¿ya tienes el campo que vas a poner sobre ellos? — cuestionó serio.

La chica asintió, habían decidido que pondrían escudos para ellos, muchas personas en el reino tenían un miedo irracional hacia los dragones que podía convertirse en algo mucho peor y cabía la posibilidad de que terminaran lastimandolos. No se los dirían, los dos muchachos tenían un gran entusiasmo por hacer parte del carnaval y no se los arruinarían.

— ¿Cómo van los actos de los demás? — preguntó para cambiar el ambiente.

— ¡Genial! — exclamó emocionada — Desarrollé una sustancia que entra inmediatamente en su punto de ignición al contacto con el fuego — explicó entusiasmada, el rubio solo asentía aún acostado con sus ojos cerrados.