— Hay algo importante que debes saber.
Jiro se veía bastante inquieta desde que habían llegado a la enfermería, ni siquiera le había reprochado que no hubiera pasado la noche ahí, aunque supuso que no lo había hecho porque esta vez venía acompañado de Bakugo y sabía que la joven de cabello morado no quería problemas con el volátil rubio. Además, dudaba muy seriamente que se agradaran el uno al otro.
— Claro, solo dímelo.
Kirishima estaba sentado sobre la cama con sus piernas cruzadas y Bakugō estaba de pie a su lado con los brazos cruzados y una mirada de disgusto especialmente dedicada para Jirō, que seguía de espaldas a ellos buscando algo entre sus cosas.
Volteó abruptamente y tomó aire, cruzó sus manos y finalmente habló:
— ¿Recuerdas cuando dije que tu red está rota y solo se tiene a sí misma para sostenerse?
Kirishima asintió confundido pues no veía la relevancia de eso justo ahora.
— Eso tendrá consecuencias para ti.
El rubio cenizo que hasta ese momento no parecía interesado en la conversación clavó su mirada en la muchacha que daba su máximo esfuerzo por ignorarlo y concentrarse plenamente en Kirishima.
— ¿Quieres que comience con las no tan malas noticias o directamente las malas? — dijo Jirō al ver que el pelirrojo se había mantenido en silencio, y automáticamente se arrepintió del intento de humor que trato de darle a la situación para que el ambiente fuera más ligero.
— Las no tan malas, supongo.
Para ella fue evidente todo el cansancio y resignación acumulada en ese suspiró que dejó ir Kirishima una vez que terminó de hablar. Su corazón se estrujó en su interior al ver cómo el pelirrojo recogía sus piernas y apoyaba su mandíbula en sus rodillas, en su rostro era evidente que estaba exhausto de la situación pero que simplemente recibiría lo que fuese que viniera.
— Claro, entonces... — pasó sus manos por sus pantalones e inspiró de la manera más silenciosa que pudo. — Tu red es una parte fundamental de tu vitalidad, así que si ella está afectada tú también lo estarás. Por ello, tu tiempo de vida se ha visto reducido.
Kirishima apretó sus labios pero no hizo nada más, solo levantó un poco su rostro. Bakugō se vió visiblemente preocupado e intentó buscar la mirada del chico junto a él que se mantenía concentrado en cualquier otra cosa que no fuera el rubio.
— Los dragones pueden llegar a vivir milenios, pero que tu red se mantenga por sí misma es algo extenuante. Probablemente llegues a vivir un par de siglos. — terminó expectante a alguna clase de reacción o respuesta por parte del pelirrojo que seguía en silencio. Hizo un gesto con su mano para darle entender que era su turno de hablar y ahí pareció reaccionar.
— Bueno, supongo que eso no suena tan mal. — Respondió Kirishima totalmente inexpresivo a la par que encogía sus hombros. — Ahora cuál es la mala.
El rubio cenizo volteó a verlo una vez más con una ceja levantada, estaba ligeramente perplejo por su respuesta pero escogió no decir nada.
— Claro... — Jirō aclaró su garganta y sacudió su cabeza.— Con el paso del tiempo perderás la capacidad de controlar tu habilidad de cambiar de forma. Llegará el punto en que quedarás atascado en tu forma de dragón y perderás la consciencia hasta ser una bestia salvaje, permanente.
Esta noticia lo golpeó con mucha más fuerza que la anterior, pero siguió sin responder cosa alguna. Jirō desde su lugar se sentía incómoda por toda la situación, y la mirada penetrante del rubio cenizo no la ayudaba en nada.
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Rise of the Dragon | KiriBaku
FanfictionEn las tierras mágicas de un reino ancestral, Eijirō Kirishima, un valiente cambia formas con una piel resistente como la roca y escamas resplandecientes, lucha junto a Katsuki Bakugō, un intrépido guerrero cuyas habilidades son tan afiladas como su...