Capítulo XL

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Luego de varias reuniones con la líder del clan Bellum Fera y su esposo, Enji ya tenía preparado el plan que le iba a asignar a sus nuevos subordinados para exterminar a los cambia formas rojos.

El estatus de Kleós no solo les proveía prestigio por sobre los demás reinos. Era bien sabido el desprecio que se tenía hacia los clanes, y los reinos poseían muchas ventajas por sobre ellos: mayor extensión de terrenos y ejércitos, aliados poderosos y muchas otras cosas.

Así que Bellum Fera no tenía más que ceder a las peticiones del rey, no estaban en posición de objetar nada y una guerra con Kleós solo los llevaría a la desgracia.

— Mitsuki esto es una locura. — Murmuró un hombre castaño que se veía muy alterado, cubría su boca con su mano y la otra la tenía sobre la frente. Estaba sentado en una silla y apoyaba sus codos en la mesa frente a él.

— ¿Y crees que no lo sé? Si no aceptamos, van a obligarnos a aceptar — respondió la mujer rubia, que estaba igual de preocupada que él. — Además, todo ya está concretado. Llama a los generales, hay que organizar a todos.

El castaño seguía viéndose afligido pero no dijo nada, solo obedeció. Salió del lugar y la mujer se derrumbó al suelo. La rubia casi siempre mantenía un semblante de hierro, era su deber como líder del clan. No podía estar temerosa o dudosa, ya estaban metidos en esa situación, ahora ella debía ingeniarselas para sacarlos de ahí.

Era una operación muy grande, aniquilar a todos los cambia formas rojos no sería para nada fácil, necesitaría al clan entero, incluso a su propio hijo.

Por otra parte, un enfurruñado rubio estaba sentado en una gran sala esperando a que sus padres por fin se dignaran a aparecer. Le habían informado que sus padres lo necesitaban y que era algo en extremo urgente, pero ya llevaba media hora en esa habitación y nadie había llegado. Justo en el momento en que decidió que ya era suficiente, apareció la pareja.

— Siéntate Katsuki, hay algo que debemos decirte.

Su madre siempre había tenido una voz autoritaria, esa mujer era aterradora la gran parte del tiempo y él siempre le había hecho competencia en quién tenía el peor carácter. Sin embargo, en ese momento las palabras salieron de la boca de la rubia en un tono demasiado sombrío.

El chico se devolvió a su asiento, y ahora intrigado, espero a que su madre siguiera hablando.

— Nos han encargado una tarea, es extremadamente importante y vendrás con nosotros.

Katsuki pudo haber saltado de la emoción en ese momento, desde hace mucho anhelaba tener tareas importantes y emocionantes. A pesar de que no estaba desocupado todo el tiempo, las cosas que le asignaban eran demasiado sencillas e insípidas desde la perspectiva del rubio.

— Asesinaremos al clan de los cambia formas de dragón rojo.

El rubio cenizo quedó pávido. Había muchas cosas que lo preocupaban con respecto a la misión. Todos sabían que esos híbridos eran totalmente feroces y el otro punto que lo tenía inquieto era el hecho de que la forma en que su madre planteó la situación, sonaba a que acabarían con todos.

— ¿Es una broma? — Fue lo que alcanzó a salir de la boca del asustado chico de quince años.

— ¡¿Te parece que estoy bromeando?! — Gritó exaltada su madre dando un fuerte golpe sobre la mesa que los separaba.

— Mitsuki, cálmate — le pidió su marido, que estaba unos pocos pasos detrás suyo.

El castaño estaba plenamente consciente de la difícil situación en la que estaban su esposa y su hijo. El estrés que llevaba arrastrando la rubia era inmenso y que Katsuki no fuera muy receptivo no la estaba ayudando. Era de lo más normal que su hijo tuviera miedo, matar a una persona era algo que nunca había hecho, y mucho menos a un clan entero.

Rise of the Dragon | KiriBakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora