𝑴𝒆𝒎𝒐𝒓𝒊𝒆𝒔 [𝑲𝒊𝒏𝒈 𝒙 𝑹𝒆𝒂𝒅𝒆𝒓]

XXXII

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𝓣𝓱𝓮 𝓼𝓱𝓪𝓹𝓮 𝓸𝓯 𝓵𝓸𝓿𝓮

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Otro nuevo día llegaba al reino de Liones, pero en esta ocasión ya no había que detener alguna otra pelea.

Los habitantes se preparaban para tener otro productivo día. Y gracias al excelente liderazgo y el apoyo de la Gran Maestra, toda la ciudad estaba en mejores condiciones solo eran pequeños lugares a los que había que ir a apoyar y ese día no era la excepción.

Gil y _________ estaban fuera de la casa de su primo esperando al que más alto saliera. Una vez que Griamore estuvo fuera se acercó a sus primos y los saludo con una sonrisa.

Los tres se encaminaron a casa de Howzer. Tenían una agradable charla como la familia que eran y, a pesar de haber perdido a dos miembros importantes, intentaban sobrellevar aquel dolor, después de todo eso hubiera pasado eventualmente.

- Hemos llegado. - Anunció Gil. Estaban frente a una de las soldadoras más importantes del reino.

- Y ahí vienen Dai y Kenzo. - Señaló Griamore. Los mencionados se acercaron y realizaron una pequeña reverencia para saludar a la familia de su líder.

- Buen día. - Saludaron los amigos.

- Hola chicos. - Saludó con notable emoción la albina. No era que les molestara pero si se les hacía un poco raro que ella estuviera así. - Hola señor. - Saludó al curioso padre de Howzer.

- Hola querida. - Saludó este con una sonrisa. - Hace tiempo que no te veía, mucho menos sin esa gran armadura que ocultaba tu bello rostro. - Halagó el mayor. - Buen día chicos. - Saludó al resto de los varones.

- Bueno, después de toda esta extraña aventura cambie mi visión sobre mi. - Le regalo una adorable sonrisa que mostraba sus dientes a la par que cerraba sus ojos. - Además, no me sentía con el valor para pasar por aquí después de lo sucedido. - Dijo con notable incomodidad.

- Supongo que lo entiendo, pero recuerda que siempre serás bienvenida. - La menor asintió. - Por cierto, felicidades por el puesto.

- Muchas gracias.

- Hoy hace otro hermoso día. - Escucharon la voz del hijo de aquel hombre. - Y si todo sale bien... - Pero fue callado por un golpe de su padre. - ¡Auch!

- ¡¿Qué haces ahí parado haciendo esperar a tus maestros?! - Regañó para volver a golpear a su hijo en la cabeza.

- ¡Eso dolió papá! - Chillo el joven Caballero Sacro.

- ¡Deja de ser un haragán y ve a repara el pueblo como los hombres!

Los espectadores se quedaron mudos ante la escena.

- ¡Ya voy! - Se quejó el menor de cabellos mostaza y se acercó a sus amigos.

- Bueno, ya nos vamos. - Se despidió Griamore.

- ¡Hasta pronto chicos! ¡Y no lo olvides _________, vuelve cuando gustes! - Se despidió el mayor. - ¡Ustedes también muchachos!

- Lo haremos, fue un gusto verlo señor. - Se despidió Gil.

- Lo tendré en cuenta, gracias. - Y así los seis se alejaron del hogar de Howzer. - Si que tiene tiempo que no he visto a tu padre, me alegro que esté muy bien. - Inició la conversación. - Y parece que aún me quiere hacer parte de la familia. - Se rió.