𝑴𝒆𝒎𝒐𝒓𝒊𝒆𝒔 [𝑲𝒊𝒏𝒈 𝒙 𝑹𝒆𝒂𝒅𝒆𝒓]

LII

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𝓗𝓪𝓻𝓵𝓮𝓺𝓾𝓲𝓷'𝓼 𝓒𝓱𝓸𝓲𝓬𝓮

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Yuri, así como el resto, no podía creer lo que acababa de suceder. El arcángel Ludociel había usado a los demonios cautivos como un señuelo y había aprovechado la distracción de Elizabeth para demostrar su verdadero cometido y una vez logrado terminó por purificar las almas de los demonios.

- ¡Elizabeth! - Soltó con notable miedo y preocupación al ver como su amiga perteneciente al clan de las deidades acababa de ser golpeada por el Mandamiento de la Pureza, Derieri. - Esos demonios... - Las lágrimas no tardaron en salir. Lo que estaba sucediendo se le hacía una completa injusticia.

Apretó sus puños con fuerza y la impotencia recorrió cada fibra de su ser. Se sentía completamente inútil ante toda esta situación. ¿Por qué ella no tenía ningún poder como sus amigos y pareja? Ni siquiera poseía la fuerza como para poder sostener un arma, pero aunque ella contará con tales cualidades no tendría la capacidad de hacer algo en su actual estado.

- Será mejor llevar a su majestad a un lugar donde no pueda ver lo que sucede y le permita reposar. - Sugirió Rou acercándose a la castaña y sujetarlas de los hombros, consiguiendo que ella reaccionara.

- Si, es lo mejor. Incluso las emociones fuertes pueden afectarle. - Añadió Gerheade acercándose y mirando a su cuñada con preocupación.

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King y Diane seguían de cerca a Meliodas, ambos podían percibir la preocupación de su capitán.

"- El bosque está llorando." - El Rey Hada no podía ignorar aquella sensación, su bosque estaba sufriendo "- No lo comprendo. ¿Contra qué pelean los Cuatro Arcángeles?" - Se preguntaba el pelirrojo.

Miró como Meliodas daba unos brincos para así poder llegar de forma más rápida, por lo que Diane y él tuvieron que acelerar su paso y vuelo. Al salir de entre los frondosos árboles se encontraron con el inconsciente cuerpo de Elizabeth, el cual era protegido por una extraña esfera que emitía una luz rosada.

- ¡Elizabeth! - Exclamó el rubio corriendo en aquella dirección.

- ¡Esto es malo! - Diane, al ser más alta pudo acercarse de forma más rápida a donde el cuerpo de su amiga, intentó tomarla, pero recibió una corriente eléctrica que ocasionó que alejara su mano rápidamente. - ¿Qué es esto? ¿Una barrera?

- Es una barrera puesta por el clan de las Diosas. - Explicó King a su amiga, pero entonces la acción del demonio llamó la atención de los Pecados. Meliodas enterró el filo de su espada en la tierra y de forma lenta pero decidida comenzó a acercarse al orbe. - ¡Meliodas, no lo hagas! Eres del clan de los Demonios, así que... - Llamó, pero fue ignorado.

Sin importarle el dolor que pudiera llegar a sentir, Meliodas adentró sus manos a través de aquel orbe, soltó un grito de dolor, pero ni siquiera aquella sensación lo detendría de su cometido.

- Los brazos de Meliodas... - Diane cubría su rostro de la intensa luz, pero se mantenía al tanto de la situación.

- ¡Ahhhhhh! - Volvió a gritar el demonio, no le importaba nada más que poder liberar a su amada diosa de aquel orbe. Fueron tortuosos segundos para todos, pero finalmente el rubio consiguió liberar a la diosa Elizabeth. - Tranquila Elizabeth, ahora ya estás bien. - El de vestimenta verde acercó la anatomía de la de cabello gris a él, aquel gesto demostraba la preocupación y el sentimiento de protección que Meliodas sentía por la mujer, la cual comenzó a despertar.