XLVIII

186 15 2
                                    

┎┈┈┈┈┈┈┈୨♡୧┈┈┈┈┈┈┈┒

𝓐 𝓷𝓮𝔀 𝓖𝓻𝓪𝓷𝓭 𝓜𝓪𝓼𝓽𝓮𝓻

┖┈┈┈┈┈┈┈୨♡୧┈┈┈┈┈┈┈┚

Una joven de hebras blancas y ojos como la sangre miraba con atención como el cielo comenzaba a pintarse de los cálidos colores del amanecer.

Tras su charla con Meliodas, este no quería permanecer en el reino, al menos no por esos momentos y la mujer se percató de eso por lo que sugirió dirigirse a las afueras del reino, cerca del lago donde solían pasar el tiempo dieciséis años atrás.

La compañía de __________ había sido más que suficiente, no entendía cómo, pero ella desprendía un aura de tranquilidad muy distinta al que Elizabeth podía otorgarle. Quizás se debía al hecho de que al ser una de las personas que siempre ha estado para él incondicionalmente.

Ella era una de las pocas personas que podían comprenderlo.

Y bajo aquel roble dondé su amistad dio inicio ambos se quedaron dormidos.

Meliodas dormía tranquilamente sobre el vientre de la más alta mientras que una manta los cubría a ambos. ___________ sonrió ante eso, no sabía en que momento de la noche el Dragón de la Ira se ocultó bajo la cobija para recostarse sobre su vientre, pero sin duda tuvo que hacer frío para que él hiciera eso.

Y por una extraña razón sus pensamientos se dirigieron hacia cierta hada castaña, se preguntaba si en algún momento él y ella podrían disfrutar de un momento así. Sonrió un poco ante la idea, pero la tristeza la invadió. Hace ya cinco días desde que se vieron, esa mirada llena de miedo, dolor y tristeza no salía de su mente. Ella también se había sentido igual, ninguno quería alejarse. Inevitablemente llevó su mano izquierda a su rostro y con la yema de su dedo índice y medio tocó con suavidad sus labios, recordando como fue sentir los labios de Harlequin contra los de ella.

"– King... me preguntó cómo estarás. Apenas ha pasado una semana y yo sólo deseo volver a verte." – Sin darse cuenta soltó un suspiró. – Es muy temprano para parecer una adolescente enamorada. – Se dijo en voz baja.

– ¿Acaso tuviste un sueño húmedo con King? – Cuestionó somnoliento el rubio mientras alejaba su cabeza del vientre de _________ y se sentaba. – Puedo dejarte a solas, si eso quieres. – Dijo de forma juguetona, aunque algo de pesar podía detectarse en su voz.

– ¿Qué cosas dices? – Se quejó mientras ella también se sentaba. – Solamente pensaba en Harlequin. Deja tus perversiones para después. – Regañó.

– Ya lo llamas por su verdadero nombre. – Esta vez la voz de Meliodas se escuchó mucho más emocionada. – Estas loca por él.

– Cállate. – Desvió su mirada avergonzada. – Espero que hayas dormido bien. – Dijo más tranquila regresando su mirada al cabizbajo rubio.

– Lo mismo digo. – Sonrió un poco. – Gracias por estar conmigo anoche...

– No agradezcas, Meliodas. – Respondió la sonrisa mientras ponía su mano derecha sobre el hombro de su amigo. – No podía dejarte solo, amigo. – Admitió con una cálida sonrisa que consiguió levantar el ánimo de Ira. – Lo mejor será volver al reino, hay mucho trabajo por hacer. – Cambió de tema a la par que se ponía de pie.

A continuación extendió su mano frente al rubio sin abandonar su tranquila sonrisa, Meliodas la miró a ella y seguido a la mano de la Caballero Sacro e inevitablemente sonrió. – Está bien. – Aceptó la mano de la humana y con su ayuda se puso de pie.

𝑴𝒆𝒎𝒐𝒓𝒊𝒆𝒔 [𝑲𝒊𝒏𝒈 𝒙 𝑹𝒆𝒂𝒅𝒆𝒓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora