𝑴𝒆𝒎𝒐𝒓𝒊𝒆𝒔 [𝑲𝒊𝒏𝒈 𝒙 𝑹𝒆𝒂𝒅𝒆𝒓]

XLIV

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𝓐 𝓶𝔂𝓼𝓽𝓮𝓻𝓲𝓸𝓾𝓼 𝓹𝓪𝓼𝓽

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– Que el escuadrón de Dai y Kenzo vayan al oeste, nosotros iremos al este. – Anunció la Gran Maestra para un joven de cabellos verdes para después alejarse corriendo, siendo seguida por Slader y su hermano mayor.

Cinco días han pasado desde que Meliodas murió, ciento veinte horas en los que no ha descansado apropiadamente la orden de Caballeros Sagrados desde que su líder había regresado a Liones.

– A Merlín se le hizo demasiado fácil encerrarse en su laboratorio en medio de todo este caos. – Se quejó Avaricia corriendo tras la albina. – ¡Y esa estúpida cabra!

– Yo también estoy molesta Ban, pero fueron ordenes directas de Sir Denzel. – Intentó defender mientras con su poder fortalecía la gigantesca enredadera que rodeaba a la capital. – Hasta que no dejen de considerarlo una amenaza, no le permitirán salir.

– ¿No hay nada que pueda hacer usted para liberarlo? – Cuestionó Slader. Los tres iban bajando por las escaleras de una de las torres del muro que rodeaba la capital.

– Lo intente, pero prefieren evitar riesgos. – Con rapidez abrió la puerta para así poder salir al exterior. – Ese hijo de perra fue muy listo al acusarlo, es más que claro que el poder de Gowther sería un problema para ellos. – Dijo con notable referencia hacia Fraudrin.

Siguieron su camino hasta una de las puertas en donde las raíces le permitían el paso a un débil Caballero Sacro y a su caballo, aquel hombre cayó de su montura a la par que las raíces cerraban con fuerza la puerta.

Ban de inmediato se acercó para socorrelo. – ¿Qué sucedio con los guardias al norte? – Cuestionó aquel pecado mientras lo ayudaba a ponerse de pie.

– Todos los aldeanos ofrecieron a los Caballeros Sacros como sacrificio para los demonios. – Slader, Ban y __________ se miraron entre si con notable sorpresa.

– Llevenlo al castillo de inmediato. – Ordenó la albina a los dos hombres que estaban cerca de ellos.

Aquellos jóvenes obedecieron de inmediato, se acercaron a Avaricia para así llevárselo al igual que su caballo.

– Esto es peor de lo que pensábamos. – Admitió Slader.

– Maldición. – Se quejó la albina mientras pateaba una roca. – No podemos proteger a nadie del exterior... – La de ojos rojos sentía el agotamiento invadirla, no podía solucionar el problema actual cuando uno nuevo arribaba. – Hasta nuevo aviso cualquier expedición queda prohibida. Nadie de este reino tiene permitido salir.

Los dos hombres asintieron. Sabían que era algo egoísta el ignorar la situación fuera de los muros de Liones, ellos no podían hacer mucho al respecto, menos cuando los Siete Pecados Capitales estaban divididos.

– ¡Gran Maestra la puerta del este no aguantara por mucho! – Dos chicas pertenecientes al escuadrón de Rufus se acercaba a prisa.

– Andando. – Fue lo único que dijo la mujer para así empezar a correr.

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𝑳𝒊́𝒎𝒊𝒕𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝑽𝒂𝒏𝒚𝒂

– Gracias majestad. – Agradeció un hombre de gran complexión y largo cabello. – Tal parece que yo he resusitado temporalmente.

"– También él..." – La joven princesa miraba con gran sorpresa al hombre frente a ella. "– Eso significa que Elaine..."