XXXVI

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𝓣𝓻𝓪𝓲𝓷𝓲𝓷𝓰
𝘗𝘢𝘳𝘵 𝘰𝘯𝘦

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Después de escuchar la historia de Hendrickson todos permanecieron callados, no creían lo que oían.

– Cuando regresamos al reino él y yo Conspiramo para matar a Zaratras pero entonces hubo alguien que se interpuso entre sus planes, __________ ya se posicionaba como la persona más fuerte de los Caballeros Sagrados, – Dijo este. – superando al mismo Zaratras, el plan de ese demonio se vio frenado y primero tuvo que deshacerse de ella. Espero un año para seguir con Zaratras y los Pecados Capitales.

– ¿Por qué? ¿Por qué lo Siete Pecados Capitales? – Cuestionó Gil.

– Hace dieciséis años, el demonio libró una batalla en Danafall contra Meliodas y terminó huyendo derrotado. – Todos soltaron un suspiro de asombro. Yo por mi parte me mantuve alejada. – Se mantuvo vivo en secreto reconstruyendo su poder y eligió a Dreyfus como su recipiente hasta el momento de su venganza. El nombre de ese demonio es Fraudrin, y para Meliodas, ese demonio es el asesino del amor de su vida.

"– Liz..." – Pensé. – Fue mi culpa, lo noté hace once años y no hice nada. Y después... Simplemente me confíe ante la idea de que Hendrickson era el único controlado y Dreyfus fue un simple títere. ¡SI TAN SOLO HUBIERA HECHO ALGO ESTO NO ESTARÍA PASANDO! – Grité lo que por semanas llevaba guardando. 

– No es tu culpa. – Oí a Howzer decir. – Si en su momento lo hubieras dicho dudo mucho que alguien te hubiese creído. – Lo miré asombrada. – Al menos yo no lo hecho. Además, Hendrickson ya lo dijo, ese demonio te consideró una amenaza así que se aseguró de que no interfiriéras.

– No se heche la culpa de esto, lady __________. – La mano de Dai se posó sobre mí hombro – Pero ahora debemos proteger a los que estén en riesgo, ¿no? Ese es nuestro trabajo.

El resto de los varones asintió, aunque la culpa seguía invadiendome, ya no era con tanta intensidad como la de antes.

Ellos no me culpaban y, a pesar de no haberlo dicho, parecían entender el porqué no dije nada, sobre todo Gil y Griamore, quienes hubieran sido incapaces de atacar a Dreyfus a sabiendas de que algo más lo controlaba.

– Hiciste lo que pudiste. – Me dijo Hendrickson. Sin pensarlo me lancé a sus brazos para ambos fundirnos en un cálido abrazo. – Siento todo el daño que te hice. – Soltó un suspiro y supe que estaba llorando. A mi tampoco me fue inevitable no llorar. – Por favor no te atormentes, hiciste lo correcto.

– Dime Hendrickson,. – Nos separamos un poco. – ¿fuiste tú quien eliminó a mis guardianes? – Cuestioné mientras limpiaba mis lágrimas.

– ¿Guardianes? Es muy probable que Dreyfus lo haya hecho. – Suspiré. – Lo mejor es aumentar nuestra fuerza. Los demonios han despertado y lo que se necesita en estos momentos es poder. – Finalmente ambos nos separamos.

– Pero aún con el entrenamiento de _________ no lograremos mucho. – Intervino Griamore. – Estamos muy por debajo de ella.

– Por eso entrenaremos en Istar, la tierra sagrada de los druidas. – Anunció Hendrickson mirando al resto. – Tendremos que llegar a más tardar en dos días.

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– ¿_________? – Entró a la oficina de la Gran Maestra pero ni había rastro de ella. – ¿A dónde habrá ido? Salió del lugar y se puso a buscar entre los jardines del palacio sin éxito alguno.

𝑴𝒆𝒎𝒐𝒓𝒊𝒆𝒔 [𝑲𝒊𝒏𝒈 𝒙 𝑹𝒆𝒂𝒅𝒆𝒓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora