XXVIII

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𝓐 𝓷𝓮𝔀 𝓽𝓸𝓶𝓸𝓻𝓻𝓸𝔀

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Habían pasado ya dos días desde lo sucedido, el festival de aniversario estaba próximo y todo el pueblo estaba emocionado por aquello.

Una mujer de cabellos blanco y ojos carmesí se encontraba en la cocina preparando un poco de comida en espera de su primo y hermano.

– Ay Kilia, estoy nerviosa. – Le habló al caballo que estaba recostada en la entrada de la cocina. – ¿Cómo crees que se lo tomen? – La yegua relinchó. La puerta se abrió y el blanco corcel se levantó a prisa para recibir a la persona que abrió la puerta.

– A mí también me da gusto verte, pero no es como si haya pasado una eternidad. – Dijo de forma juguetona el varón. – ¿No crees que la acostumbraste mucho a estar en lugares pequeños? – Preguntó una vez que llegó al lugar donde se encontraba la fémina.

– Bueno tal vez tengas razón, pero Kala es muy obediente. – Respondió para luego girarse y sonreírle. – Gracias por venir, Ban.

– Bueno, en tu carta decía que era algo importante para ti, no podía negarme. – Sonrió, aunque por dentro él se sentía de la misma manera.

– Si, esos dos pequeños son lo más importante para mí y no puedo seguir ocultandoles mi pasado. – Le pasó los platos al de vestimenta roja para que fuera poniendo la mesa. – No quiero que me sigan admirando sin saber de donde realmente provengo.

– Ellos te seguirán admirando, tú pasado no cambiará nada. – Admitió el pecado.

– Lo sé. – Respondió con una sonrisa. – Además, será bueno, finalmente serás parte de la familia. – Ban se congeló ante sus palabras. – Bueno, ya lo eras pero ahora con el conocimiento de Gil y Griamore.

– Yo no creo que...

– Ban, ellos te admiraban bastante cuando eran niños, además, Zaratras te abrió las puertas de nuestro hogar. – El pecado volvió a quedarse estático. – Sabes, cuando estuve inconsciente lo vi, me encontré con Zaratras y me confesó que él sabía sobre nuestra relación pero que le pediste no decir nada.

– Y-yo... – Un nudo se formó en su garganta ante la confesión. – Creí que estarías a salvo de esa forma. Cuando ocurrió lo de tu accidente sentí que era una estúpida y cruel broma del destino. – Se giró para ver a la menor que ponía la cazuela de comida sobre la mesa. – Supe desde ese momento que todo lo que amo siempre estaba destinado a desaparecer de mi vida. Lo siento tanto...

– Sin embargo sigo aquí. – Interrumpió la albina. – Pero te entiendo, así que no pidas perdón. Nunca podré odiarte porque eres la primera persona que me amo con su corazón. – Se acercó y lo abrazo por la espalda. – Te amo como no tienes idea, Ban-nni.

– Y yo a ti, mocosa. – Ambos rieron para después separarse y seguir poniendo la mesa.

Después de unos minutos la puerta volvió abrirse y con eso la llegada de dos personas.

– Huele delicioso. – Se escuchó la voz del moreno. Seguido se oyeron los pasos de los sujetos. – Hola Kala. – Saludó a la yegua que se les acercó.

– ¿Cómo estas, hermosa? – Cuestionó el de piel clara y recibió el característicos sonido del animal. – ¿Dónde está...

– Bienvenidos. – Saludó la mujer. – Las varones le sonrieron pero se sorprendieron que tras de ella estaba el Zorro de la Avaricia. – Espero no les moleste que hoy tengamos visitas. – Les dedicó una dulce sonrisa.

𝑴𝒆𝒎𝒐𝒓𝒊𝒆𝒔 [𝑲𝒊𝒏𝒈 𝒙 𝑹𝒆𝒂𝒅𝒆𝒓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora