Capítulo 15

2.4K 129 18
                                    

El fin de semana había sido un nuevo descubrimiento para Poché. Ahora que podía desahogarse con sus amigas, descubrió que estar clandestinamente enamorada de Daniela no era tan malo.

Bueno, era una mierda, pero ella no podía evitar sonreír al pronunciar su nombre y sus amigas a sentir náuseas, cada vez que lo hacía.

El lunes todo iba bien. Estaba con sus amigas caminando directamente a su casillero, pero cuando intentó abrirlo, este no le dejaba.

—Intenta otra vez —le dijo Kim y Poché volvió a introducir la combinación, pero no quería abrir.

Estaba segura que era el suyo, lo había sido durante dos años. Le dio unos cuantos golpes a la puerta y esta no parecía querer ceder, ya iba a ser la primera clase y su tarea de inglés estaba en el casillero.

Al final tuvo que desistir y fue hasta la clase. El profesor le restó puntos y ni se tomó el tiempo de escuchar la excusa de Poché.

Ella apretó los dientes, el día no podía empeorar. Milagrosamente ninguna de las chicas plásticas la habían molestado, aún. Esperaba que lo hicieran, ya que quería ver a Daniela.

Después de las primeras clases, al tomar su mochila las dos cuerdas se rompieron, y le quedó colgando de la espalda.

—¿Pero qué? —comentó. Observó como Sebastián y Brad chocaban lo cinco disimuladamente antes de irse del salón.

Miró las correas y era obvio que alguien las había cortado, así tuvo que llevar su mochila con las manos.

—Creo que lo de casillero fueron ellos —murmuró Laura, un poco enfadada también.

Ya le habían informado al conserje y este había logrado abrir el casillero. Alguien manipuló la cerradura para cambiar la combinación de apertura, así que Poché tuvo que buscar otro. Llevó los libros junto con sus amigas a un nuevo casillero. Lo abrió, introduciendo la nueva contraseña, mientras a lo lejos se contemplaba cómo Sebastián se carcajeaba.

—Joder —sus amigas la habían ayudado a traer todos los libros y sus cosas, pero ya que tenían clases diferentes tuvieron que retirarse, disculpándose con la morena.

Poché fue guardando cada libro, no podía creer que tuviera tantos. Fue casi una sorpresa cuando escuchó el ruido de unos pasos acercándose y al levantar el rostro se encontró con Daniela.

Ella vestía una blusa y una falda, al igual que siempre y se había detenido, observando con asombro a la morena.

Poché no retuvo la sonrisa que se le formó en los labios, mirándola con una cara boba. Daniela, después de durar un rato sin decir nada y mirar a Poché con la boca entreabierta, se sonrojó y carraspeó secamente.

—¿Qué haces aquí?

Poché frunció el ceño hacia el chico que las observaba con cautela, parecía estar vigilándola.

—Tu querido novio me saboteó el casillero, así que me mudaron a este —dijo encogiéndose de hombros, sentía muchas mariposas en el estómago.

—Eso suena a algo que haría yo —dijo Daniela arrugando la nariz, y Poché no pudo evitar mirarla con felicidad.

Era muy hermosa, debería ser un delito ser tan adorable y sexy al mismo tiempo. Si dependiera de ella, Daniela ya estaría tras las rejas por el crimen desde hace años.

Daniela, ante el silencio de poché y sus ojos aceituna escrutando, volvió a sonrojarse e intentó abrir la puerta del casillero contiguo a Poché, ignorándola.

Sus dedos fallaban y tenía que comenzar desde el principio mientras que Poché la contemplaba, estaba feliz ya que eran vecinas. Levantó la vista y observó con burla a Sebastián, que abría los ojos dándose cuenta del error que había cometido. Poché se rió de su expresión y Daniela volteó a verla, con los ojos asesinos.

Rivales | Caché Adaptación | Corrigiendo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora