Capítulo 33

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Durante todo el mes, Poché, de vez en cuando, visitaba a Mire. Desgraciadamente, cada vez que lo hacía, Daniela había salido con sus amigos, o estaba en un entrenamiento de animadoras.

Para Poché, era triste, ya que casi no hablaba con ella en la escuela. Sólo compartían miradas secretas y, eso para Poché, no le era mucho.

Todavía, algunas veces, podía sentir los labios de la castaña sobre los suyos y, comenzaba a saborear la piel tibia y dulce de los labios de Daniela.

La quería volver a besar. Lo único positivo, fue que ya era muy amiga de Juli, y ni hablar de su pequeña novia dragón. Aún no se había encontrado con los padres de la castaña, pero esperaba no hacerlo tan pronto, ya que se sentiría nerviosa hablando con ellos mientras pensaba en su hija.

—Poché, ¿me escuchas? —preguntó Laura junto a ella.

Estaban en el patio de la escuela, mirando cómo, unos chicos de primero, jugaban con un balón de fútbol.

—Sí —respondió un poco triste. No había visto a Daniela en todo el día, y eso le bajaba los ánimos.

—Pronto vendrá, descuida —dijo su amiga, más feliz de lo normal.

Poché apremió a Manuela que, a pesar de ser una idiota, había visto cómo ayer se había llevado a Laura a las duchas. Duraron allí un rato y, al volver, su amiga había regresado con el cabello revuelto y las mejillas sonrojadas.
Poché, la había estado molestando todo el día hasta tal punto de recibir una patada de Laura para hacerla callar.

De lejos, vio a Daniela hablando con unas amigas y, decidió que la necesidad de hablarle era muy alta. Se cubrió las manos en las mangas de su chamarra, y fue hasta ella excusándose con Laura. No parecía muy triste, ya que, apenas Poché se fue, una chica de ojos miel llegó hasta ella y comenzó hablarle muy de cerca. Manuela era una pilluela.

Estaba a pocos pasos de la castaña, cuando sintió como alguien chocaba su hombro.

—¡Miren! ¡Es la rarita! —dijo Sebastián, animado, aunque no había nadie con él, y llevaba su chaqueta de fútbol.

—Sebastián, hoy no estoy de ánimos. He estado lejos de tu novia, así que déjame —intentó apartarse de él, cuando le rodeó los hombros con el brazo.

—¿Pero no estabas yendo a verla ahorita mismo? —preguntó.

Poché no pudo responderle y, para sorpresa del chico, asintió.

—Iba a preguntarle si hoy Juli estaba en la casa, quería darle una sorpresa —se felicitó mentalmente por aquella gran excusa.

—¡Wow! ¡Eres una novia atenta! —dijo con una sonrisa falsa, y después la sujetó con más fuerza—. Bueno, vamos los dos.

Daniela, pareció sorprendida al ver a su novio rodeando el cuello de Poché con el brazo, mientras la chica hacía una mueca. Se despidió de sus amigas y se acercó hasta ellos.

—¿Qué hacen? —preguntó delicadamente, mirando directamente a Poché, y esta negó con la cabeza.

—Amor, venía a verte —respondió Sebastián, intentando captar su atención ya que su novia miraba a Poché.

Pronto los ojos marrones se posaron en él y sonrió seductivamente a la castaña.

—¿Y qué haces aquí, Garzón? —preguntó, y Sebastián decidió apretarla más en su agarre.

—Venía a preguntarte para hacerle una sorpresa a tu hermana. ¿A que es una novia atenta? —preguntó felizmente, pero no le agradó la mirada seria de su chica.

Rivales | Caché Adaptación | Corrigiendo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora