Capítulo 22

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Septiembre

Un largo verano. Sesenta y dos días en la cuales se había divertido con sus amigas, y cómo no, Daniela Calle había irrumpido en sus pensamientos cada vez que podía.

Poché había planeado olvidarla, pero, ¿cómo hacerlo?

Sólo podía pensar en su beso, la atormentaba todos los días y en las noches soñaba con él.

Sus labios, su sabor, su tacto, todo seguía en su memoria y lo añoraba aún más, pero sus amigas siempre le recordaban que Daniela tenía novio y que, en todo caso, estaba jugando con ella.

Poché sabía que tenían razón, pero, la forma en que Daniela la había besado, era diferente. Igual le alegraba que ahora su amiga Laura no pudiese reñirla, ya que ella también estaba colada por la capitana del grupo de las plástico, Manuela.

Cuando alguna de las dos caía en depresión siempre se consolaban entre ellas. Laura durante el verano lloró varias veces y pasó la noche en casa de Poché, las dos juntas mirando películas románticas y comiendo helado mientras se abrazaban.

Poché quiere a Laura y Laura a ella. Sufrir de amor por unas idiotas había fortalecido aún más su amistad.

Kim lamentaba el momento en que sus tres amigas cayeron rendidas por unos idiotas, Nora no podía parar de hablar de Robert tampoco.

Estaban en el carro de Troy, hablando tranquilamente, y listas para su primer día de clases. Laura estaba nerviosa, pero tenía en claro que iba a ignorar rotundamente a Manuela.

—Te apuesto que al final del día, está hablando con ella —le dijo Nora a Kim y las dos apostaron.

—Pues perderán, no le voy a hablar. Está decidido, la superaré a como dé lugar —dijo Laura muy decidida desde el asiento trasero, junto a Poché, Nora estaba de copiloto con su hermano.

_—Descuida, chica. Cuando tú superes a la latina, será el mismo día que Emily deje de babear por Calle —dijo alegremente Troy, causando las risas de su hermana y Kim, las otras dos no estaban muy felices.

Poché bufó, frustrada. Ella también tenía su lucha interna, ya que después de dos meses del beso compartido con Daniela, la iba a volver a ver.

No estaba segura de si la castaña actuaría como si nunca hubiese ocurrido o se vengaría de ella, haciéndole la vida imposible.

Llegaron hasta el estacionamiento y se bajaron del coche. Laura dio un portazo, aún furiosa, mientras sus amigas se reían de su reacción.

—Vamos, Lau. No te enojes —le decía Kim colgándose de su cuello y Laura la ignoró.

—Poché, ¿vamos entrando? —preguntó a su amiga con una cálida sonrisa, ignorando por completo a Kim, quien chillaba.

—Claro —respondió Poché y los cinco comenzaron a caminar hasta la puerta.

Ahora, Poché tenía dieciséis años y estaba lista para superar este año escolar, pero para lo que aún no estaba preparada, era para Daniela. Y allí estaban.

—Mierda —murmuró antes de detenerse a unos pasos de la entrada, Nora siguió sus ojos y también la vio.

—Tendrás que pasar a su lado todos modos —le dijo en un susurro mientras los cinco veían a la castaña.

Junto a los mesones de piedra estaba el grupo de Daniela, allí estaba ella, hablando con una amiga y se veía increíble.

Su cabello suelto y largo con algunos mechones oscuros y un lazo adornándolo, la piel un poco más bronceada, unos jeans de mezclilla y una camisa gris manga larga que dejaba ver su abdomen.

Rivales | Caché Adaptación | Corrigiendo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora