Capítulo 41

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—¿Una semana? —preguntó Laura mientras tomaba asiento junto a Manu. Estaban en la pizzería y colocó una malteada frente a ella y a la latina. Las dos se sonrieron antes de que Poché asintiera.

—Una jodida semana. ¿Puedes creerlo? —preguntó, irritada, mientras hacía una mueca. Tenía un moretón y varios cortes en su cara.

Ayer el director las había llevado a la dirección, a los tres, y las expulsó durante una semana a ellas. Debido a la circunstancias y antecedentes de Sebastián, él estaba de manera indefinida.

Al llamar a sus padres estaban furiosos,pero al explicar entre las dos que fue por defensa propia parecieron calmarse. Incluso los padres de las dos chicas se habían caído bien, muy bien. Esta noche, Manuela y sus padres, iban a una cena en casa de Poché. A ellas les pareció perfecto, ya que, así podrían hablar acerca de la cita del viernes.

Hoy Laura había faltado a la escuela con la excusa de estar enferma. Era de mañana y allí estaban las tres reunidas, hablando sobre ayer.

—Al menos Sebastián salió perdiendo también —la latina sonrió y estiró los brazos, llevaba un labio roto, aunque le habían aplicado ungüento.

—Ese chico es un idiota. ¿Cómo pudo siquiera hacerles daño? —pregunto Laura sorbiendo enojada de su malteada, volteó a ver a Manuela y llevó sus dedos a los labios de esta—. ¿Duele mucho?

—No tanto, pero podrías curarlos —dijo pícaramente mientras capturaba su mano y la besaba, Laura se sonrojó, pero igual entrelazó sus dedos con los de ella.

—Dios, me dan caries —dijo Poché un poco abatida, aun recordaba su confesión de ayer.

—Como digas rarita. ¿Has hablado con Daniela? —preguntó aún con la mano unida a Laura.

—No —respondió.

—Lo de ayer no fue la mejor forma de decirle que estabas enamorada de ella, pero al menos el mensaje le llegó alto y claro —dijo Laura intentado animarla, pero la morena seguía suspirando.

—¿Tú has logrado hablar con ella? —le preguntó Poché a la latina. Manuela pareció dudar un rato si responder o no, pero terminó asintiendo—. ¿Te... dijo algo sobre...?

—Alto, rarita. Verás, no puedo hablarte sobre ese tema. Daniela me mataría, pero debes saber que esta súper enojada con Sebas—dijo mientras bebía de su malteada, tomó un respiro y le guiñó un ojo—. Creo que esta vez es grave.

—Puede que terminen... —dijo Laura mirando a su amiga. Quería que sonriera.

Pudo lograr algo, ya que Poché levantó la comisura de los labios y dio una débil sonrisa, era mejor que nada.

—¿Te esperabas aquello? —preguntó mirando a Manu. La porrista había quedado entretenida con el cabello de Laura, pero luego volvió a verla.

—¿Qué cosa? ¿Que estuvieras enamorada de mi mejor amiga? —Poché asintió—. Algo así, siempre la mirabas de una forma... diferente —ladeó la cabeza, pero terminó sonriendo. La ojioliva no terminaba a acostumbrase a que la chica que odiaba en primer año la tratara tan bien.

Ahora sólo faltaba Paula o Lina, dentro de poco volarían los cerdos también.

—Te dije que eras muy obvia —le reprochó su mejor amiga. Poché rodó los ojos.

—No importa. Igual ahora tal vez le de asco o algo por el estilo —se desanimó mientras recostaba su cabeza en sus brazos.

Laura observó con preocupación a su amiga. Con su mano libre acarició su cabello y le otorgó una mirada a Manu. La latina negó con la cabeza como diciendo "no puedo hablar de eso", la chica de ojos marrón la miró con reproche, pero al ver la alarmada cara de la chica prefirió no presionar.

—Bueno, ¿qué haremos hoy? Es un día hermoso y aún falta mucho para la cena —intentó cambiar de tema Manu, la chica solo encogió de hombros.

—¿Una película?

—¿Mi casa o la tuya? —preguntó Laura ahora sonriente.

—La tuya —respondió la morena más animada y para fastidiar a su amiga agregó—. Pero no se queden toda la tarde besuqueándose, si no, las dejo solas.

—Entonces tendrás que ir yendo de una vez a tu casa... ¡Au! —dijo la latina mirando con reproche a Laura, le había dado un golpe en el hombro—. Sólo le aviso de una vez.

—Descuida, vamos a ir a ver la película, Poché —le sonrió a su amiga ignorando a Manu Poché río.

—Qué bueno que no fuimos expulsadas del baile de invierno —comentó Manuela casualmente. Poché la miró confundida.

—¿Qué baile?

—El de invierno, es dentro de dos semanas Poché. ¿No recuerdas? —preguntó Laura. La chica negó.

—Nunca me entero de esas cosas —se encogió de hombros.

—Pero, ¿vas a ir? —la animadora alzó las cejas de forma sugerente. Poché ladeó la cabeza.

—No tengo pareja. Además nunca fui buena bailando —se encogió de hombros—. ¿Tú ya tienes con quién ir?

Manuela se quedó quieta mientras, a su lado, Laura fingía jugar con la pajilla, pero, en realidad, le daba miradas de reojo tímidamente, logrando que la latina se sonrojara.

—Eh... bueno, en realidad aún no —rio un poco nerviosa y con el cuerpo tieso. Se volvió hacia Laura, que de inmediato captó su atención—. Mmm Lau... ya sé que aún no hemos tenido nuestra primera cita, pero... mmmm tú... mmm... quisieras...

Laura parecía desesperada con la vacilación de Manuela, extendió la mano y capturó la de la latina, acariciándola, para darle ánimos.

—¿Quieres... quieres ser... quieres ir al baile de invierno conmigo? —preguntó con las mejillas rojas, soltó un suspiro cuando dijo lo último, y Poché empezó a reír—. No veo lo divertido, rarita.

—Yo sí, ya la has besado muchas veces, pero te da vergüenza pedirle que sea tu pareja para el baile. Es gracioso —le contó mientras observaba ahora con más diversión el rostro rojo y enojado de la animadora.

Laura también lucía con un lindo rubor y le sonría con adoración a la chica de ojos miel, se acercó a ella tomando su rostro, para que Manu la mirara a los ojos.

—Claro que quiero ser tu cita. Te amo, Manu —le dijo con los ojos brillantes y Manuela formó una tonta sonrisa en sus labios.

—Yo... yo también te amo —le dijo colocando sus manos sobre las de ella en su rostro, se acercaron y se dieron un dulce y casto beso en los labios.

—Ewwww —se quejó Poché mientras las dos chicas se separaban, riendo.

Ya no se estaban besando, pero sobre la mesa estaban sus manos entrelazadas, mientras las dos sonreían. El amor era bello, pero claro, no para Poché.

—Descuida, también te puedo dar un beso a ti —dijo la animadora, dándole un guiño, la chica hizo una mueca.

—No, gracias, prefiero a las castañas —dijo sonriendo, logrando que su mejor amiga empezara a reír.

————

¡Hola!

He cambiado la portada pero ha sido un fallo técnico. 😅
Intentaré arreglarlo.

PD: Wattpad está raro. No sé si sólo soy yo u os pasa a todos. 😐 Decidme si os pasa lo mismo please. 🙃

Adeu :)

Rivales | Caché Adaptación | Corrigiendo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora