Capítulo 8

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Ya estaba acabando la primera semana de clases. Era viernes y, Poché, debía de admitir que había sido agotadora.

Muchos proyectos y trabajos en grupo. Por suerte, estaba con sus amigos en la mayoría de ellos.

Troy, por ser un chico muy atractivo, había atraído la atención de varias chicas y casi siempre lo buscaban. Poché sonreía al ver lo bien que se había adaptado.

La única que no parecía feliz era su hermana, Nora. Era una celosa de primera. Decía que si su hermano se echaba de novia se iba a olvidar completamente de ella y nunca más tendrían noche de videojuegos, pero Troy le aseguraba que no iba a ser así.

Lo importante, es que esa misma tarde era la tan famosa audición para el equipo de animadoras y, casualmente, después de haber escuchado a Manuela hablar sobre el tema, Nora había decidido entrar también. Y ellas, como buenas amigas, debían de estar allí para apoyarla. El pobre de Troy también había sido arrastrado a la tortura.

Las gradas estaban casi vacías. Había algunos chicos riendo, pero estaban en una esquina apartada, ya que todos los chicos populares estaban vistiendo el uniforme deportivo de fútbol americano, o el traje de porrista.

También eran las pruebas para entrar al equipo. Estaban todos los chicos entrenando en el campo de fútbol. Habían franjas blancas pintadas en el césped y los arcos característicos a los dos extremos de la cancha.

Ellas estaban sentadas en las primeras filas. Kim hablaba con los chicos mientras Poché intentaba conversar tranquila.

Estaba nerviosa, no sabía por qué. Por suerte Nora lograba caerle bien a todo el mundo, así que cualquiera que no fuera parte del grupo de Daniela, no le dejaría en ridículo.

Intentó calmarse. Debía de hacerlo, pero justo cuando empezaba a relajarse, las chicas salieron de los vestuarios, emocionadas, mientras agitaban los pompones azules.

El problema no era el uniforme, el cual era una camiseta blanca y azul manga larga que llevaba las insignias del colegio grabadas en dorado o la falda cortísima azul, que ondeaba de un lado al otro. El problema era quien lo usaba y, Poché, casi se quedó sin corazón al ver a Daniela.

Su cabello castaño brillaba con el sol de un color más claro y estaba sujeto en una cola alta mientras el uniforme se moldeaba en su cuerpo, resaltando las curvas de la cadera de la castaña y la falda dejaba ver sus piernas perfectas.

Poché ni se molestó en disimular, observaba fijamente a la castaña mientras ella hablaba con sus amigas en el campo. Nora las saludó y también lucía muy bien en el traje, pero ni Laura o Poché la notaron del todo, ya que estaban concentradas en las dos chicas.

Manuela vestía igual que Daniela y hablaba animadamente, colocando las manos en su cadera.

Kim seguía sorprendida de que Laura aún no se hubiese desmayado.

—¡Chicas! —les llamó la atención y a duras penas sus dos mejores amigas lograron mirarla—. Estamos aquí por Nora, ¿lo recuerdan?

Poché cabeceó cómo idiota, el aire no le llegaba a los pulmones. En cambio, Laura escondió el rostro en sus manos y comenzó a bufar, fastidiada, justo la castaña eligió aquel momento para alzar la mirada.

Examinaba las gradas con desesperación, como si estuviera buscando a alguien, hasta que su mirada se posó en los profundos ojos aceituna de Poché. Daniela intentó actuar indiferente y le sonrió hipócritamente mientras Poché echaba humo.

Esa niñita se estaba burlando de ella y estaba dejando que lo lograra. Idiota, idiota.

—¡A sus posiciones! —gritó la entrenadora y las animadoras comenzaron a formar un grupo.

Rivales | Caché Adaptación | Corrigiendo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora