Casi en simultáneo con los últimos sonidos del mensaje de Kingsley comenzaron a caer los mortífagos, los invitados a la fiesta se dispersaron como conejos que acaban de ser atacados por un lobo y, en realidad, era peor que eso. La gente se chocaba entre sí cuando intentaba correr, sacaba sus varitas con torpeza y se desaparecía, algunos eran atrapados y forcejeaban con los siniestros magos. Francine se trabó en lucha con un mortífago enorme cuyo cuello parecía un tronco de roble del ancho de los hombros. Las patadas letales que le lanzó lo hicieron tambalear pero no parecía que caería muy pronto, al contrario, cada golpe lo enardecía volviéndolo más y más peligroso. A punto estaba por tomarla del cuello poseído por una mirada diabólica, ya que había perdido su varita debido a una patada pero se demoró unos segundos buscándola en el piso, tiempo que Aleksei aprovechó para rodearle la cintura con su brazo a Francine y hacer desaparecer a ambos.
Cayeron torpemente en el medio de un bañado así que las vestimentas elegantes se habían convertido en una asquerosa colección de barro, agua estancada, plantas acuáticas y algo verde indefinible.
––Lo siento, mi puntería en apariciones falla bajo presión.
––¿Dónde se supone que nos trajiste?
––A un bosque del otro lado de un pequeño pueblo cercano al valle de Godric ––respondió Aleksei haciendo un gesto de frustración.
––¿No era seguro aparecerse directamente en la casa?
––Temí que ese gigante te hubiese tocado y nos apareciéramos los tres en la sala de la mansión.
––Bueno, dado que nadie nos siguió…––Francine le tomó el brazo a su esposo y él entendió el mensaje. Segundos después estaban en la sala de la mansión.
Francine se quitó la túnica empapada de barro y se dirigió al baño, allí dejó su ropa sucia, se limpió con rapidez y subió las escaleras envuelta en una toalla para buscarse ropa limpia. Una vez cambiada, caminó hasta la habitación de la guardiana y notó que estaba tal como la habían dejado antes de salir a la fiesta. Preocupada, recorrió la casa, se asomó por las ventanas y miró hacia afuera. Bajó las escaleras con la esperanza de encontrar a su madre en el saloncito que poseía el cómodo sillón raído pero estaba vacío. Cuando volvía desde la cocina se cruzó con Aleksei que venía ya cambiado y con el cabello mojado.
––Mi madre no ha vuelto ¿Crees que le habrá sucedido algo? ––dijo Francine con rostro preocupado.
––Mira, cuando atacaron los mortífagos ella se encargó de varios de ellos, le vi hacer hechizos que jamás había visto.
––¿Y por qué no ha vuelto? ––preguntó con ojos húmedos.
––Tal vez sólo se ha retrasado…
––Todos se estaban desapareciendo casi al instante de haber caído los mortífagos…
Aleksei tomó a Francine por los hombros y la abrazó para sostenerla en este momento tan difícil––. Mira, es probable que algo haya sucedido, pero estoy casi seguro que no le ha pasado algo malo a ella, creo que habrá ayudado a alguien, quizás acompañó a Harry, o alguna otra misión…La guardiana tiene más trucos en su varita que el mismo Albus.
Francine tuvo un cierto alivio pero no tanto como si en vez de “casi seguro” la frase hubiera sido algo relacionado con la certeza de estar bien.
Ya limpios y seguros Aleksei salió a los alrededores de la mansión a reforzar los encantamientos de protección. Utilizó el tatuaje para avisarle a la guardiana que debía aparecerse en el linde del bosque y luego caminar cuando regresara.
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Una muggle en Hogwarts
FanfictionLa historia de Francine es la historia de la única muggle que vivió en Hogwarts y que si no fuera por su manera de ver las cosas y enfrentarse a la adversidad, ni siquiera sabríamos de su existencia pues los magos cuentan historias de héroes magos...