Desde la reunión en adelante, a Francine le pareció que todo sucedía a mayor velocidad, tal vez por la emoción, tal vez por saber sobre su historia, su pasado, encontrar un linaje. Se sentía un poco egoísta al preocuparse por sí misma y olvidar un poco todo lo que sucedía en el mundo y a los demás, pero el impacto de conocer el nombre completo de su madre no era algo de todos los días y especialmente, sentirse por primera vez parte del mundo mágico y no una simple intrusa. Aunque fuera una squib, pertenecía a ese mundo mucho más que antes de averiguar sobre su madre, y especialmente del papel importante que ella y sus antepasados habían tenido no sólo en la actualidad, sino desde hacía centurias.
Comenzó buscando un vestido, recibió sugerencias de Ginny y Hermione por medio de lechuzas pero estaba un poco distraída, no recordaba lo que había decidido el día anterior y comenzaba de nuevo cada vez. Con el regreso del buen tiempo retomó sus clases y eso ocupó parte de su tiempo libre, distrajo su mente y la conectó de nuevo con los ataques, las desapariciones, la sospecha de infiltraciones y el peligro…el constante peligro…agravado con la pérdida de la esfera de los destinos.
Al regreso de las clases en la escuela de aurores, unos diez días después de la reunión con Dumbledore y luego de cuatro días de intensa tormenta (tanto que había colmado de nieve incluso a Hogsmeade), llegó Remus con un aspecto más andrajoso del acostumbrado. Francine corrió hacia él como acostumbraba hacerlo y ambos se abrazaron cariñosamente.
––¡Remus! Sí que te sienta el aire de campo ––ironizó.
––¡Hey amigo! Sí que te sienta el aire de campo ––intentó bromear Sirius, al ver que ninguno reía preguntó––:¿Qué pasa?
––Eso lo acaba de decir ella…––aclaró Remus con voz cansada.
––Comamos algo ––invitó Sirius con voz decepcionada.
Los tres se acomodaron en las sillas junto a la mesa, Francine trajo unos bollos de fresa que habían quedado del día anterior y Sirius preparó un aromático café con wisky de fuego. Remus pareció quedar ausente unos minutos mientras disfrutaba de los bollos y del café.
––Lo siento, es que hace tiempo que no como algo tan hogareño ––se disculpó Remus, Sirius y Francine rieron con ternura en los ojos al ver al flaco Remus disfrutar de un menú tan sencillo ––. Bueno, ahora a lo que me trae aquí: Albus me ha enviado con esto: ––Remus buscó trabajosamente en sus bolsillos, como no encontró lo que había traído, se levantó y buscó en los bolsillos internos del sobretodo descolorido y mugriento que había dejado en la entrada. Después de un rato, Remus vino con un papel grueso, doblado en varios pliegues. Mientras caminaba hacia sus amigos fue desplegando el papel, así notaron que eran al menos tres. Al llegar junto a sus amigos le tendió los papeles a Francine que los tomó con desconcierto.
––¿E… es un mensaje de A… Albus?
––En cierta forma, es la prueba de que perteneces a la familia Mehflua
Francine casi se atraganta con la información, en ese momento Remus se dio cuenta de que Francine no estaba enterada o no contaba con esa información. Asintió animándola a leer el contenido y a la vez tratando de disculparse por haber sido tan bocazas.
Las hojas contenían una larga declaración de bienes, que incluían una cuenta y una bóveda en Gringotts, una mansión en las afueras del valle de Godric (tal vez la que mencionó Dumbledore), una casa de campo con varias hectáreas y detrás de toda esa lista, en la última hoja una larga lista de parientes cuya última línea decía: Livia Mehflua, casada con el muggle Omar Prellés, un hijo muerto al nacer y una hija: Francine Olive Prellés.
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Una muggle en Hogwarts
FanficLa historia de Francine es la historia de la única muggle que vivió en Hogwarts y que si no fuera por su manera de ver las cosas y enfrentarse a la adversidad, ni siquiera sabríamos de su existencia pues los magos cuentan historias de héroes magos...