Capítulo 22 La luz y la oscuridad

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No se veía nada bien, su rostro y su cuerpo lucían cansados y lo peor era que su mirada se veía cansada. Quizás estaba por rendirse. Pero no es que Voldemort estuviera indemne, un grueso hilo de sangre roja y gelatinosa le salía de una fosa nasal.
- “Pyro”- Dijo Voldemort.
Harry, a duras penas esquivó la llamarada. 
- “Stupefy”- Se defendió Harry.- “Flipendo”- Le lanzó, Voldemort se desparramó en el piso pero se levantó como una serpiente que sale del pastizal para atrapar la pata de algún imprudente animal.
- Estúpido niño ¿Crees que vas a detenerme con hechizos de bebés?- Se burló Voldemort.- ¿Eso es lo que te ha enseñado ese anciano decrépito? Te mostraré como se hace esto: “Pyro”.
- “como un alma pura las llamas la rodearán sin tocarla. No hay juicio para un alma justa”- Susurró Harry.
- ¿Qué murmuras?
Las llamas rodearon el cuerpo de Harry sin mellar ni siquiera una mínima parte de su ropa o su cabello.
- ¡Trucos tontos! ¡Bah!
“Víctima o asesino. Deberé ser uno de los dos. ¡Chispas! ¿No me estará leyendo la mente Voldemort?”. Pensó Harry. Unas garras arañaron su mente.
- Ja ja ja ja.- Rió Voldemort.- ¡Eres patético!” Bombarda”
- “Impedimenta”- Pronunció Harry.
“Me debe estar leyendo la mente”. Se dijo Harry, nuevamente las toscas garras de reptil se hundieron en sus profundos sentimientos. Comenzó a cerrar su mente tal como le había enseñado Snape el año anterior.
- Te estás volviendo astuto, quizás sea el mejor momento para que desaparezcas.- Comentó Voldemort.- Pero no eres lo suficientemente hombre para atacarme. ¡No, el placer del el dolorno es lo tuyo. Eres “Noble”.- Dijo Voldemort, esta última palabra pareció revolverle el estómago.
- “Detruafors”- Lanzó Harry con furia, mientras se internaba más en el oscuro salón alcanzando casi la puerta del fondo.
- Niño malo, muy malo. Pero has perdido la lección principal: para lanzarme esa maldición destructora deberías desear mi muerte sinceramente- Se burló Voldemort.- “Crucio”- Allí te va algo conocido.
Harry se dobló en dos por el dolor, apoyó la mano en el gastado picaporte pero apenas si pudo pasar el umbral cayendo de rodillas al otro lado.
- Es por eso que esta batalla la tengo ganada, no sabes destruir, eres igual de patético que Dumbledore con sus mojigaterías sobre el amor y el respeto. Tú no puedes hacerme verdadero daño. Por eso, ya te he vencido. “Crucio”
Harry dio de bruces en el piso de madera, el calor hirviente en sus huesos era insoportable. Se recuperó levemente para meter la mano en su bolsillo y sacar unos pequeños dardos cristalinos, los colocó sobre su palma y los lanzó mágicamente, pero estaba débil y la mayoría cayeron antes de alcanzar a Voldemort. Sólo uno le cortó la piel.
“Tiene razón, no puedo hacerle daño verdadero, no puedo ultimarlo”, pensó Harry. Luego dos lágrimas salieron de sus ojos. Noble.. amor.. respeto.. dar la vida por otros, eran palabras venenosas para Voldemort, entonces Harry supo lo que tenía que hacer.
Voldemort le lanzó nuevamente la maldición Cruciatus pero el dardo le había debilitado los poderes, así que Harry no sintió tanta quemazón como antes.
Sin llegar a recuperarse totalmente, pero no tan pronto como para que Voldemort pensara en su hechizo final, Harry se levantó tembloroso del piso. Se colocó frente a su enemigo y lo miró a los ojos, esto lo confundió. Voldemort alzó su varita, Harry en cambio la dejó caer visiblemente en el suelo. “Víctima o asesino ¿Víctima o asesino? Tú eliges. Pensó Harry”.
- Asesino, sin dudar.- Respondió en voz alta Voldemort.- Si lo que quieres es morir entonces: ¡Avada Kedavra! - El placer con que dijo estas palabras le iluminó el rostro de una manera casi orgásmica.
- Asesino, eliges tu destino. Por la fuerza de tu elección serás tomado. Espéculo, devuelve a su dueño lo que le pertenece.- Dijo Harry.
- ¿Qué murmuras? ¡Vaya que eres duro de roer, debe ser la copa que escondes detrás de esa puerta!.- Dijo Voldemort con goce en el tono de voz.- Esto te acabará : ¡Avada Kedavra.
- Asesino has elegido, estás solo en tu destino. Espéculo, devuelve a su dueño lo que le pertenece. Espéculo, devuelve a su dueño lo que extraña y ama. Asesino, es su elección.- Dijo Harry casi desfalleciendo por el último embate de la maldición fulminadora.- Víctima he elegido, no por cobardía sino por nobleza, amor y respeto. Espéculo, devuelve a su dueño lo que le pertenece...- Harry quedó tendido en el piso de madera. Ya no se movió
- Si, ja ja ja.- Festejó Voldemort.
Una luz verde salió del cuerpo inerte de Harry y avanzó en línea recta a Voldemort que intentó convocar desesperadamente un conjuro para defenderse, pero la luz lo invadió volviendo luminoso cada poro y rincón de su cuerpo. Antes de caer al suelo aniquilado, se convirtió en una especie de lámpara humanoide y calada de cuyos orificios manaba luz y fue esa misma luz la que lo desintegró completamente dejando sólo una mancha negra en el suelo. Su varita fue lo único corpóreo que quedó como vestigio de la oscura presencia de Voldemort.
Segundos más tarde, la puerta de hoja doble detrás de donde había estado Voldemort se abrió con violencia por un conjuro. Tonks, Hermione y Neville ingresaron. Sólo un instante les llevó descubrir la desolación de la escena. Hermione gritó desgarradoramente, corrió hacia Harry con abundantes lágrimas corriéndole por sus mejillas, puso su oreja en el pecho y no escuchó nada, luego levantó el brazo de Harry en el aire y lo dejó caer, este cayó como si fuera un trozo pesado de goma. Hermione lloró desesperada y se enroscó en el cuello de Harry. Tonks se acercó a comprobar el estado del muchacho, Neville se quedó a un costado con el rostro angustiado. Tonks le colocó la punta de sus dedos en la garganta, Hermione miró ansiosa esperando una respuesta que significara una esperanza, pero Tonks negó con la cabeza.
- ¡Oh Harry! ¿qué has hecho?- Lloró Hermione. Tonks se abandonó a la angustia dejando caer sus lágrimas.
- ¿Qué ha ocurrido? ¿Qué están haciendo?- Dijo Francine entrando al cuarto acompañada por Gustav y Snape.
- Ha muerto.- Susurró Neville con la voz quebrada.
- ¿Muerto? ¿están locos?- Dijo Francine indignada.
- Tonks lo ha confirmado.- Afirmó Neville.
Francine se acercó a Tonks , Hermione y el cuerpo de Harry que estaba tendido en el suelo sin signos de vida.
- Tonks, aplícale un hechizo revividor.
- Es inútil, debes aceptarlo. Está muerto, no tiene pulso, ni está respirando.- Afirmó Tonks entre sollozos. 
- No me estás entendiendo: ¡Aplícale un hechizo revividor! ¡Ya!- Gritó Francine y Tonks respingó sobresaltada por el grito.- ¿No entiendes? Estoy recibiendo una débil señal de él.
- “Ánima”- Lanzó Snape exasperado por la indecisión de Tonks. – Debes aprenderlo de una vez, si Francine dice que está recibiendo señales, es por que justamente es lo que está sucediendo.- Dijo Snape con dureza.- ¿Cómo crees que llegó hasta mí en una cárcel mágica? 
Harry comenzó a respirar lenta pero firmemente.
- Habrá que llevarlo a la enfermería de la escuela o a St Mungo.- Afirmó Snape.
- Eso haremos.- Aceptó Tonks.
- Yo lo acompañaré.- Dijo Francine.
- Y yo.- Dijo Hermione.
- Y yo.- Dijo Neville.
En ese momento entraron Lupin, Bill y detrás Sirius tomándose el brazo.
- ¿Cómo ha resultado todo?- Preguntó Lupin.
- Bien, al parecer ha conseguido su destrucción total.
- ¡Pero algo grave le sucede!- Dijo Sirius con angustia, pero en ese momento Harry abrió los ojos.
Apenas si Harry podía moverse. Abrió la boca para decir algo pero su voz era casi inaudible. Tonks acercó la oreja a sus labios. 
- Dice que hizo el hechizo de la guardiana, y que resultó. No pensó que fuera tan difícil.
- Bien, no hables y quédate tranquilo. Ya tendremos tiempo para hablar.- Sugirió Lupin.
En ese momento entró Dumbledore.
- Veo que ya tienen todo bajo control.- Él observó la sombra negra en el piso. - Triste e inútilmente destruido.- Se lamentó.- Pero no se puede borrar lo que ha sido escrito por fuerzas superiores a un solo mago.
- ¿Quiere decir que todo ha terminado? – Preguntó Gustav.
Dumbledore asintió.
- ¡Oh no lo creo! – Dijo Francine.
Todos los rostros le apuntaron con temor a Francine.
- ¿Realmente creen que todo ha terminado? – Francine sonrió amargamente.- Sólo hemos comprado unos años, quizás un siglo, de paz. Pero no ha terminado, aún quedan Malfoys, Crabbs y Lestrange suficientes para guardar, sembrar y alimentar la semilla del odio y la ambición de poder. Cada quien puede aún anestesiar sus dolores aplastando a otros. Creo que el camino está por hacerse.
- Está por hacerse.- Confirmó Dumbledore.- Debemos hacerlo cada día y darles de beber a vuestros hijos ejemplos de amor y entrega como hoy se han visto y como han visto ustedes entre sus amigos.- Dijo Dumbledore.
Lo dicho era tan denso que se necesitaron varios minutos para meditarlo, en esos momentos las cabezas estaban gachas y los rostros contraídos. El sentimiento de pesar se fue aliviando poco a poco pues el mensaje de Dumbledore había sido esperanzador. 
Antes de salir del cuarto, Snape ofreció uno de sus anillos para fortalecer un poco más a Harry.
Por el pasillo caminaron lentamente, Sirius y Francine iban abrazados, Hermione y Neville le contaban cosas y caminaban muy juntos al lado de Harry. Tonks caminaba junto a Snape que esta vez no era frío con ella. Lupin miraba a ambos con recelo, Bill y Gustav caminaban mas atrás junto a Dumbledore que lucía como si hubiese recorrido el mundo entero y ya no recordara si estaba regresando a casa o estaba partiendo.
Caminaron un buen rato hasta que Neville, quizás para romper un poco con el silencio casi ceremonial que reinaba, preguntó: 
- ¡A propósito! ¿En qué parte de la casa estamos? He caminado tanto que según mi sentido de la ubicación esto debería estar debajo de los jardines.
El rostro de Dumbledore se iluminó levemente. El entusiasmo y la curiosidad de un niño siempre le inyectaban esperanza.
- Toda esta parte de la casa fue borrada mágicamente mediante conjuros. Los planos y las pintura ya no muestran esa parte, pero lo que se ve desde el exterior es solamente un tercio de la casa completa. Ha servido en muchas ocasiones para refugiar magos perseguidos o para esconder objetos.- Explicó Dumbledore


Ese final de clases fue a la vez dulce y amargo. El mensaje de despedida de Dumbledore se centró en afirmar los principios de respeto, solidaridad, unión , amistad que según él eran las rocas basales sobre las que estaba construido Hogwarts mismo. Alentó a que alimentaran estos lazos para que el reinado del terror de Voldemort, que acababa de terminar, sólo fuera un recuerdo antiguo o una historia que se usa para asustar a los niños las noches de Haloween.
Pero los que habían luchado en la casa de la guardiana, y los que habían escuchado a Francine, sabían perfectamente que estos lazos eran algo de frágil equilibrio y que deberían inclinar las cosas día a día para mantener el orden, amenazado constantemente por el oscuro caos.
Bastaba simplemente mirar a los ojos a Draco Malfoy para saber que el caos seguía vivo, tal como había dicho Francine, pero también estaban vivos los capullos de la esperanza al observar a Harry y sus amigos o a Sirius y Francine que traerían nuevas generaciones de seres nobles y con amor para dar. Quizás, no muy lejos en el tiempo, vengan nuevos niños sin prejuicios ni temores hacia aquellos que son diferentes.
Si, esa partida en Hogsmeade y ese verano, estuvieron cargados de sentimientos agridulces, nuevos planes, esperanzas, niños por nacer pero a la vez nuevospeligros y temores.

Una muggle en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora