La muerte de Dumbledore cayó como un tsunami que lo devasta todo haciendo que el mundo, después de él, parezca irreconocible. El vacío que sentían Sirius (Aleksei) y Francine, era tan indescriptible que las lágrimas eran una pálida expresión, como una pequeña fiebre frente un cáncer. Para empeorar la desazón, Francine leía una y otra vez en la carta que el asesino había sido Snape, no podía creerlo, no quería creerlo…¿tanto se había equivocado con él? ¿Tánto la había engañado?...¿Tanto podía haber cambiado…? Se sentía engañada, defraudada y hasta…sucia. Pensar que el asesino la había tocado y que ella por un tiempo lo había amado, la hacían sentirse contaminada, asqueada. Sirius, por su parte, quería acompañar a su esposa al funeral pero para representar bien su papel debía evitar mostrar el dolor que le causaba la pérdida de su amigo, mentor y protector ya que Aleksei era un mago ruso alejado del mundo de Hogwarts. No sabía si podría hacerlo, quería hacerlo y se obligaría a representar bien su papel, pero la tensión era terrible.
Según la carta que trajo la nueva lechuza, el funeral sería en dos días así que no hubo demasiado tiempo para prepararse ni para hacerse a la idea. Francine voló con Sirius en Buckbeak al que rebautizaron Witherwings pues pensaban dejárselo a Hagrid para compensarlo por las dos muertes tan cercanas: la de Aragog y la de Dumbledore. Después de todo, Sirius y Francine se tenían el uno al otro para afrontar ese terrible momento.
La llegada a las proximidades del castillo fue algo de otro mundo, personas llegaban de todas partes, periodistas transitando con sus vuela pluma u otros artilugios para grabar, fotografiar o escribir, mandatarios y dignatarios de otros países y de otros colegios de magia, personas yéndose para escapar del peligro, familias intentando alojarse en alguna parte de Hogsmeade, en fin, era un hormiguero al que le había caído una negra y pesada roca.
Aleksei y Francine ni siquiera intentaron buscar alojamiento, cuando vieron el trajinar de cientos de personas, simplemente volvieron a montarse en el hipogrifo y aterrizaron junto a la cabaña a medio reconstruir de Hagrid. No fue difícil hallarlo, se encontraba cortando madera con una actitud acabada y sin fuerza.
––¡Hagrid! Pensé que ya estarías preparado para el funeral ––, saludó Francine.
El aludido se sorprendió un poco por la nueva apariencia de Sirius, a pesar de haberlo visto en el casamiento ––.Eh…claro, sí…no me dí cuenta de la hora…
––Creo que el trabajo lo alivia ––le susurró Alexei a Francine.
Hagrid aún tenía sus ropas sucias de cenizas y con manchas de sangre, además olía bastante mal.
––Creo que no se ha cambiado desde…tú sabes ––a Francine le costaba pronunciar la frase muerte de Dumbledore ya que la hacía más real y dolorosa.
Hagrid amagó ingresar a la cabaña para cambiarse pero recordó que casi toda su ropa estaba quemada así que se quedó allí tieso sin saber qué hacer.
––¿Puedes ayudarlo, Aleksei?
En dos golpes de varita, Aleksei cambió la indumentaria de Hagrid por una más apropiada para la ocasión aunque no se atrevió a sugerirle que se bañara.
––Debo ir por el cuerpo de…de…––no pudo seguir por que rompió a llorar convulsivamente.
––Vé tranquilo, nosotros encontraremos un lugar para el funeral.
Caminaron un buen trecho juntos hasta llegar a las puertas del castillo, allí se separaron, Hagrid a buscar el cuerpo y la pareja buscando el lugar del descanso definitivo de Dumbledore donde sería la ceremonia y donde todos se concentraban con caras tristes, serias y acongojadas.
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Una muggle en Hogwarts
FanficLa historia de Francine es la historia de la única muggle que vivió en Hogwarts y que si no fuera por su manera de ver las cosas y enfrentarse a la adversidad, ni siquiera sabríamos de su existencia pues los magos cuentan historias de héroes magos...