Capítulo 21: Un San Valentín diferente

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Fue un enero lleno de amor, pasión y cariño. Lauren se sentía cada día más enamorada de Camila, y cada vez más cerca de confesárselo.

- Tómate el tiempo que necesites para decírselo. Tradicionalmente se considera un paso muy importante en una relación, pero yo me veo en la obligación de desmentirte esto: reprimir cualquier tipo de sentimiento provoca una cierta incomodidad en las personas, por eso estás impaciente por decírselo, pero no tiene por qué marcar una gran diferencia en vuestra relación. Más que nada porque, por lo que me cuentas, el hecho de que os queréis además de gustaros ya os lo habéis demostrado muchas veces- le explicaba Lesley, su psicóloga.

Lauren asintió. - Creo que reconfirmamos nuestro afecto todos los días, pero no puedo dejar de lado que me parece muy romántico decirlo- explicó.

La Doctora Lesley sonrió suavemente. - Claro, es muy importante que verbalicéis vuestros sentimientos. Al final del día, son los actos los que demuestran ese compromiso y amor mutuo, pero también es de gran relevancia que os lo digáis, que la escuches decirte que te quiere, y ella escucharte a ti- concordó.

Lauren no pudo evitar sonreír al imaginarse un "te quiero" saliendo de la boca de su novia. Sentía esas típicas mariposas en el estómago, estaba feliz.


Era 13 de febrero por la tarde cuando salió de esta consulta con su psicóloga. Se dirigió a su casa en un paseo tranquilo, escuchando música. Le vibró el móvil, un mensaje de voz de Camila. Sonrió mientras lo escuchaba. La morena le contaba que estaba agotada de aquella semana y que estaba deseando pasar tiempo con ella.

El 14 de febrero, día de los enamorados, tenían planeado pasar una agradable velada en casa de Lauren.
La ojiverde cocinaría. De por sí se le daba bien, pero es que además había estado quedando con Ally y con Taylor para que le enseñaran diversos platos y postres, por parte de ésta última. Era una sorpresa, Camila no lo sabía, pero la ojiverde estaba deseando cocinar la tarta de queso que tenía pensado hacer de postre para el día siguiente, receta de la señora Swift.

Llegó a su casa sumida en estos felices pensamientos, pero la tranquila sonrisa que pendía de su boca desapareció cuando, al retirarse los cascos, escuchó gritos.

- ¡ERES UN DESGRACIADO! CON TODO LO QUE HE SACRIFICADO POR TI, POR NOSOTROS, ¿¿Y ME LO PAGAS ASÍ??-

- ¿PERO QUÉ VAS A SACRIFICAR TÚ? SI LLEVAS TODA LA VIDA CHUPANDO DEL BOTE, GASTANDO MI DINERO, ¡FURCIA!-

- ¡AL MENOS NO TE HE ENGAÑADO, HIJO DE PUTA!-

A medida que escuchaba, quería haber escuchado menos. Avanzó por el vestíbulo hasta llegar al salón, donde sus padres se gritaban todas esas cosas.

Hacía unas semanas que la señora Jauregui se había ido de la ciudad para pasar más tiempo con su marido, y todo el contacto que Lauren había tenido con ella eran unas cuantas transferencias bancarias.

- ¿Pero qué cojones...?- interrumpió la ojiverde, provocando que ambos se volvieran hacia ella.

Y Clara Jauregui, mujer egoísta interesada sólo en sus asuntos, decidió usarla una vez más para su beneficio.

- Mira a nuestra hija, cómo ha crecido... ¡Ni siquiera te has dado cuenta porque estás siempre fuera! ¿¿Cómo pretendes que lo nuestro funcione si no pones de tu parte??- demandó señalando a Lauren, alternando mirarla y mirar a su marido.

El señor Jauregui estaba rojo de ira.

- ¡NO LA USES PARA ENGATUSARME!- bramó señalándola. - ¡Yo ni siquiera quería tener otra hija! Y tú, asquerosa, te negaste a abortar...- siguió hablando, furioso.

Mala Influencia (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora