Tras aquella convivencia, llegaron tiempos grises para la morena. A pesar de que estaba totalmente en contra de casi todo lo que se le dijo en ese fin de semana, no pudo evitar que aquellas palabras calaran en su mente y en su corazón. Se sentía como cuando empezó a enamorarse de Lauren: confundida, recelosa... Y culpable.
Esa culpabilidad cristiana había vuelto a invadir su vida. Esa sensación de que cualquier cosa que hiciera para sí misma "no era lo que Dios quería". Apenas quedó con sus amistades o con Lauren durante esos días. Además de que no se sentía con ánimos para hacerlo, también era porque se sentía fatal cuando llegaba a casa, como si no se mereciera quedar con sus amigxs, como si estuviera mal besar a su novia al despedirse.
Estaba inquieta e incómoda todo el rato, y ya no se sentía a gusto con su propio cuerpo. No se atrevía a darse placer y no le gustaba lo que veía al mirarse al espejo. Era como si hubiera retrocedido en el tiempo, como si volviera a ser la perdida y cristiana Camila de meses atrás. Era como si todos los pequeños pasitos hacia delante que había dado los últimos meses hubieran sido pisoteados por un gigantesco paso hacia atrás. Vuelta a empezar.
Su relación con Lauren también parecía haber retrocedido. Como Camila no se encontraba a sí misma, menos se iba a encontrarse en su relación con Lauren. No estaba en un punto en el que pudiera darle lo que merecía. Todo el calor y el afecto característicos de la pareja habían quedado a un lado, y a la morena le frustraba pero al mismo tiempo no encontraba las fuerzas para enderezarse. Lauren por su parte intentaba ser paciente y darle su espacio, pero no se libraba de sentirse dolida. Sentía que todo se estaba viniendo abajo, y cada vez pasaba menos tiempo con su novia.
De hecho desde después de la convivencia Camila evitó quedar con ella a solas. Quedaban siempre en lugares públicos, para comprar o comer, incluso para estudiar. Camila evitaba espacios privados con Lauren porque sentía una tremenda ansiedad invadiendo su estómago cuando se besaban o se tocaban. Por primera vez, no mentía a sus padres sobre lo que hacía con ella. Incluso llegó a insinuarles que Lauren estaba conociendo a un chico... Todo por evitar que sus padres pudieran descubrirla.
Lauren no sabía cómo encarar la situación. En el primer momento en que la notó así, le preguntó si ocurría algo. No podía dejar de pensar en esa conversación cuando estaba sola en casa, al final del día, después de que Camila prescindiera de su compañía, de sus mensajes, de sus besos.
- Estoy estresada con los exámenes. Tengo que remontar...- explicó Camila aquel día. Se interrumpió a sí misma y suspiró. Miró a Lauren a los ojos y decidió que ella no se merecía mentiras. - La convivencia ha sido una experiencia dura para mí. Estoy intentando... Superarlo. Perdóname- confesó.
La ojiverde rememoraba una otra vez cómo se acercó a ella diciendo que no pasaba nada, que le daría todo el tiempo que necesitara y que no había nada por lo que disculparse. Recordaba cómo la abrazó, y cómo Camila se aferró a ella y suspiró temblorosa, aguantándose el llanto. Y esa había sido la última vez que habían sido genuinamente cariñosas y sinceras con la otra desde hacía semanas. Lauren intentaba ser comprensiva, pero se le empezaba a acabar la paciencia.
Era consciente de la razón por la que Camila no quería que fueran a su casa, solas. Era consciente de la forma en que Camila apartaba su mirada cuando Lauren le soltaba algún cumplido, como si no la correspondiera. Sabía que la razón no era falta de reciprocidad, pero aún así le hacía muchísimo daño. Porque poco importaba que la correspondiera si no se lo demostraba.
En una ocasión dos semanas después de ese dañino fin de semana, el grupo estaba en el patio conversando cuando Lauren, que estaba sentada al lado de Camila, rozó con su meñique la pierna de la morena. Fue una caricia sutil y casi imperceptible, pero Camila no tuvo esa impresión. Cruzó las piernas al instante, carraspeando exageradamente e incluso se separó un poco de Lauren. Ésta tuvo que tragar saliva para aguantarse las lágrimas ante esa reacción.
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Mala Influencia (Camren)
FanfictionLauren es la joven de 18 años misteriosa e inalcanzable reina del instituto, aunque siempre solitaria. Camila es una chica reservada de estrictos y religiosos padres, de 16 años. Ambas chicas se conocen en el lugar más inesperado y viven el romance...