Marzo fue un mes agridulce para Camila. Le daba la sensación de que a partir de la maravillosa fiesta de cumpleaños que le habían preparado sus amigos todo había empezado a ir en declive. Últimamente sus puntuaciones en los exámenes ya no eran las que solían ser, estaba bajando la guardia a causa de tantas quedadas con Lauren y estar todo el día pendiente del teléfono para hablar con ella. La propia Lauren estaba empezando a evitar escribir mucho a Camila por las tardes e incluso se habían creado un horario.
- Jamás me podría perdonar que por mi culpa saques malas notas, Camila, entiéndeme- decía algo angustiada.
- No, si opino como tú. Lo que pasa que me cuesta no hablar contigo... Pero tenemos que organizarnos, sí. Que yo tampoco me podría permitir que tú saques menos de lo que mereces en tu último curso- respondía la morena. Lauren sólo asentía ante esto último.
Su último curso...
Además de la gran preocupación que estaban empezando a ser sus notas y sobre todo la posibilidad de que sus padres se enteraran, Camila tenía más problemas entre manos.
Jonás. Esa simple palabra, ese nombre bíblico que no salía de su cabeza las últimas semanas.
Todo empezó el día de su cumpleaños. A la noche y ya en casa, después de cenar, recibió un mensaje de felicitación de Jonás.
Jonás: Muchísimas felicidades Camila!!😋😋🥰🥰🥰🎈🎈 espero que hayas pasado un día genial celebrándolo con quienes más te importan, y espero que estos 17 años estén llenos de bendiciones de Dios para ti!! Estoy deseando verte
Camila frunció el ceño y le contestó agradeciendo educadamente, como solía hacer. Siempre educada.
Pero en realidad cada día se le estaba haciendo más incómodo. Esa semana cuando vio a Jonás en la misa del sábado, éste se le acercó con una caja envuelta en papel de regalo. Su regalo resultó ser una colonia básica de supermercado cuyo olor no agradaba mucho a la morena. Pero aún así se lo agradeció sonriendo.
- Realmente no sé por qué se muestra tan interesado, ¿acaso se cree que le correspondo? No sé, sólo soy educada- comentó un día en el recreo, cuando Lauren aún no había llegado porque estaba terminando de hacer un examen.
- Te voy a decir una cosa- empezó Zayn-: los tíos son muy pesados Eso siempre es así. Dentro de ser unos pesados, hay distintos niveles de insistencia y de intensidad. Digamos que están los pesados maleducados, los pesados sutiles, y... Bueno, no se me ocurren más ahora- todo el grupo rió.
- Entonces- siguió-, los pesados maleducados son aquellos que, en cuanto notan que pasas de ellos, te insultan. A vosotras las chicas pues os llaman zorras, guarras, gordas, "tampoco estás tan buena, que te lo tienes creído"... En fin, qué os voy a contar.- Ellas se miraron y asintieron corroborando lo que el chico decía.
- Pero Jonás no hace eso- dijo Camila, a lo que su amigo la miró alzando las cejas, como pidiendo que le dejara terminar.
- A eso iba. Creo que Jonás es del tipo pesado sutil. Como no le has rechazado directamente sino que sólo le das largas, supongo que aún tiene la esperanza. Entonces te regala cositas, tiene detalles contigo... Sin pararse a pensar que si tú aún no le has dicho ni sí ni no cuando él ya ha dejado bien claras sus intenciones, igual es porque no quieres nada. Pero bueno, su esperanza no le deja verlo. Y probablemente tampoco le deje verlo su machismo interiorizado, que le hará pensar que tú no le rechazarías-.
Todo el grupo se quedó unos segundos callado ante las elocuentes aportaciones de Zayn.
- Wow, Zayn, eres todo un experto- alabó Normani aunque también en un cierto tono burlón.
ESTÁS LEYENDO
Mala Influencia (Camren)
FanfictionLauren es la joven de 18 años misteriosa e inalcanzable reina del instituto, aunque siempre solitaria. Camila es una chica reservada de estrictos y religiosos padres, de 16 años. Ambas chicas se conocen en el lugar más inesperado y viven el romance...