Mala Influencia (Camren)

Capítulo 19: La comida con los Cabello

Ese mismo día, Camila habló con sus padres en la comida informándoles de que Lauren estaría encantada de ir a comer algún día, y ella misma propuso que fuera el miércoles.
Sinuhe parecía incluso ilusionada con la idea, planeando en alto la comida que haría.
Alejandro permanecía callado pero miraba a las dos mujeres, activamente atento a la conversación, cosa inusual.

Así, el miércoles llegó.

Lauren esperaba a Camila en la entrada del insti, ella bajaba las escaleras con sus amigas.

- Todo esto es muy raro- soltó Camila sin poder evitarlo, aún recelosa con la situación.

- Sea lo que sea, podréis manejarlo- animó Taylor.

- Y Lauren cae bien a cualquiera... Cuando deja de ser una puta borde y misteriosa- añadió Dinah, haciendo reír a las otras y sonreír a su mejor amiga.

- Todo saldrá bien- aseguró Hailee apretando amistosamente el brazo de la morena.

Camila asintió tragando saliva, intentando creer a sus amigas y sin dejar de mirar a Lauren, cada vez más cerca.

Por fin, se despidió de ellas y se giró para mirar a Lauren. Ambas suspiraron profundamente a la vez.

- Vamos allá- dijo Camila.

Fue un camino en silencio pero cómodo. Camila se centraba en respirar lento y con tranquilidad, controlando cada inspiración.

Lauren repasaba mentalmente algunas frases que tenía preparadas, como "toda esta comida está deliciosa, señora Cabello" o " sí, me va muy bien en los estudios".

- ¿Y si te pregunta algo incómodo? Dios, me disculpo de antemano- soltó la morena de repente.

Lauren no pudo dejar de sonreír. A pesar de los nervios de la situación, Camila era adorable.

Se encogió de hombros. - Me las arreglaré, Camz. Si dice algo así, deja que yo responga y no intervengas, tal vez eso sería sospechoso- contestó.

Camila asintió y tragó saliva. Por fin, llegaron.

Introdujo las llaves y abrió la puerta.
- ¡Ya estamos aquí!- exclamó, su voz temblando ligeramente.

Sinu no tardó en recibirlas.

- Hola, chicas. ¡Hola, Lauren! Por fin nos conocemos- saludó sonriendo con amabilidad.

A Lauren le pareció maja, pero no olvidaba que esa mujer era una de las razones por las que Camila tenía ansiedad, y en el fondo de su mirada se podía leer cierta hipocresía.

Sinu dijo que les serviría unos refrescos hasta que llegara su marido de trabajar, ellas subieron a la habitación de Camila para dejar las mochilas.

- Es la primera vez que veo tu habitación- comentó la ojiverde observando todo atentamente.

Camila se estaba quitando el abrigo y se encogió de hombros distraída. - Sí, no sé, nunca ha surgido- contestó.

Hacía tiempo que Lauren sabía dónde vivía su novia, pero nunca se había parado a pensar en que realmente era de una familia de clase media muy humilde.

La habitación de Camila era mucho más pequeña que la suya.
Nada más entrar a la derecha estaba la cama, menos ancha que la suya. En frente, un pequeño escritorio. A la izquierda, el armario ropero. Al lado del armario, una bonita guitarra resposaba sobre la pared.

El resto de la habitación estaba libre de muebles, pero era poco el espacio que quedaba.

- Oye, nunca me has tocado la guitarra- comentó sentándose en la cama.