Mala Influencia (Camren)

Capítulo 28: Tal vez sería una buena idea

La semana después de la excursión no fue nada fácil para las chicas. Camila todavía estaba asimilando haber recordado de golpe la mitad de su infancia a raíz de una sola frase pronunciada por su padre y de vez en cuando los recuerdos seguían azotándola.

Una mañana, en medio de clase de mates recordó a Marta, una chica con la que nunca compartió clase pero que decidió ayudarla una mañana de junio en el recreo al verla llorar porque no le salían bien las divisiones y tenía un examen de matemáticas en el siguiente periodo. Tenían 8 ó 9 años. Camila quedó prendada de su inteligencia y amabilidad y aquella noche, cuando su madre le preguntó por la prueba, no dudó en hablarle de la fantástica chica que la salvó de suspender. 

Pero la expresión de Sinu dijo más de lo que podría haber comunicado con cualquier palabra. Sus cejas cayeron, rectas y tensas y una ligera arruga de enfado se formó entre ellas. Y con su mirada dura y los labios apretados, regañó a Camila por no haber estudiado más, argumentando que si lo hubiera hecho no habría necesitado la ayuda de esa "chica rara", así la llamó. Después de una angustiosa pausa en la que, ahora lo recordaba, sintió muchísimo miedo; su madre añadió que no mencionaran esto nunca más y que su padre no debía enterarse.

Ahora Camila entendía que su madre había pensado que esa niña debía ser lesbiana si era tan buena en ciencias, y probablemente malinterpretó sus intenciones. Su madre había llegado a pensar que una niña podría tener intenciones perversas hacia otra niña...

Y no sólo con esta amable joven, sino con todas. Con todas aquellas chicas interesantes, simpáticas y alegres con las que Camila se había ido topando en su corta vida, Y es cierto que, echando la vista atrás, muchas de ellas sí le gustaron o podrían haber llegado a atraerle; pero lo que realmente le repugnaba era que sus padres creyeran ver esa atracción cuando aún no estaba. Que leyeran perversión donde sólo había inocencia. Una inocente niña descubriendo la atracción, la admiración y el amor, su sexualidad. Le habían arrebatado aquello desde que tenía memoria. Nunca mejor dicho.

Y como este recuerdo, unos cuantos al día durante toda la semana. Eran demasiadas cosas, demasiadas conclusiones y nuevos planteamientos a los que había llegado en muy poco tiempo. Estaba confundida, profundamente triste, cansada... Pero, por encima de todo, estaba furiosa. Tan furiosa que le estaba siendo difícil sentir amor en aquellos borrosos días. Y si había alguien que pudiera quedar realmente afectada por eso, era Lauren.

Aquella semana estaba siendo una verdadera tortura para ella. Notaba a Camila distante y totalmente metida en su cabeza, aislada. Apenas hablaban por mensajes y en persona eran meras espectadoras de las conversaciones de sus amigas. La valentía que Lauren había conseguido forjar en los últimos meses a la hora de enfrentar los conflictos se estaba desvaneciendo, y cada vez que su mirada se cruzaba con la amarronada mirada perdida, lo que sentía era miedo. Sentía que la estaba perdiendo. Cuando llegó el jueves, se sentía tan presionada y asustada que se excusó en que debía estudiar para esconderse en la biblioteca durante el recreo.

Todos los demás estaban en el recreo, en su lugar de siempre, en las gradas de cemento frente al campo de fútbol. En un escalón estaban Camila, Dinah y Ally y en uno superior estaba Normani, Zayn y las Taylee. Después de una conversación superficial, Zayn fue el primero en abordar el tema. - ¿Le pasa algo a Lauren? No sabía que teníais examen hoy- miró a Ally. Ésta negó. -Es que no lo tenemos.-

Hubo un silencio incómodo. Todos habían notado la tensión entre la pareja aquella semana, no había que ser muy listo. - Tiene uno mañana y quería repasar- la débil voz de Camila cortó el silencio. Ese tono suave y melancólico se había hecho característico de la morena durante la semana. Estaba con la cabeza gacha y jugaba con un hilo medio suelto de su camiseta.