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Todo era muy cansado, los últimos cuatro meses las atenciones hacia Jimin se habían vuelto mas exigentes, la doctora nos dijo que si Jimin no se cuidaba podría tener un embarazo de alto riesgo por que es un doncel. Su madre se encargaba de cuidar a Jimin casi todo el día mientras yo trabajaba, mi mamá ya sabia de la situación y me dijo que lo llevara a vivir a casa pero, no sabía si era buena idea.

Varias noches Jimin me llamaba en la madrugada buscándome ya que tenía dolores y yo me encargaba de mimarlo para que se calmara

Su cuerpo había sufrido cambios muy notables, obvio su panza que para mí era hermosa se hizo más notable, sus cachetitos estaba mas rellenitos y lo hacía verse más tierno. El embarazo le había dado una reluciente piel, eso hacía que se viera más resplandeciente, sus piernas y trasero se volvieron sumamente grandes, todo en el era muy hermoso y me encantaba.

Nunca pensé amar tanto a Jimin en silla de ruedas con una abultada panza, con mi ropa y lleno de migajas.

–Kookie~ tengo hambre..

Era fin de semana y yo estaba en la casa de Jimin tomando clases en linea, porque sí, la escuela nos dio la oportunidad de seguir estudiando a Jimin y a mi gracias al maestro Kim, yo tenía clases mayormente los sábados y dominios, mientras que Jimin entre semana.

Su madre no estaba y me quedé a cargo.

—Bebé te acabó de traer un plato de fruta.

Le dije mientras escribía algunas notas en mi cuaderno.

—Pero ya no hay Kookie~

Dijo como un niño chiquito cuando pedía algo.

—Esperame 10 minutos y te traeré unos snaks para que comas.

De nuevo volvió a quedarse en silencio y yo seguí anotando lo más importante que llegaba a decir el profesor, estuve así fácilmente 3 minutos, solo se escuchaba la voz de mi profesor.. Espera, ¿solo la voz de mi profesor? Cuando volteé mi mirada hacia donde Jimin él estaba boca arriba como una estrella de mar y su redonda panza sobre salía como si fuera una pelota.

Me le quedé observándo unos cuantos segundos para reír silenciosamente y volver a lo mío, exactamente 10 minutos después para mi suerte el profesor dos dio unos cuantos minutos y los aproveché para darle de comer a mis dos bebés.

—Aquí tienes.

Entré a su habitación con una bandeja con sus  snaks favoritos, sinceramente no suele comer estas cosas pero hoy fue un niño bueno así que se lo merecía. El aplaudió emocionado estando aún acostado, intentó levantarse pero su panza no se lo permitía.

—¡Kookie ayuda!

No pude evitar reír a tal escena, se veía muy tierno era como una tortuga volteada sobre su caparazón.

—¡No te rías sin vergüenza!

Aun riendo dejé la bandeja en la cama y me acerqué para levantar a Jimin.

—No me culpes, te veías mis gracioso.

Tomé la bandeja y la puse sobre sus piernas.

—Solo porque me trajiste chocolatina te perdono.

El tiempo voló y yo volví a mis clases, si quería darle un buen futuro a Jimin y el futuro bebé tenía que esforzar mucho.

Eran medio día y yo tenía mucho calor así que me di un baño con espuma mientras Kookie estudiaba, ya había terminando de lavar mi cuerpo y no quería lavar mi cabeza por que lo había hecho a penas esta mañana así que solo estaba ahí sumergido en el agua, con la piel como una pasita viendo mi barriga que para ser de seis meses según mi mamá era un poco mas grande, la próxima cita iba a saber el sexo de nuestro bebé y estaba muy emocionado.

—¡Kookie!

Grité y de inmediato entró al baño algo asustado.

—¿Que sucede? ¿Te sientes mal?

Yo negué divertido ante su preocupación.

—Ya quiero salir.

Hice un puchero

Kookie asintió aliviado y trajo mi silla para poner una toalla en ella y otra para cubrirme, este se alzó las mangas de su sudadera dejando ver sus grandes y sexys brazos, de pronto me sentí abochornado las hormonas del embarazo últimamente me tenían mal.

Hace tiempo que Kookie y yo no tenemos intimida, creo que hace un mes.

Metió sus brazos en la bañera y me cargo al estilo nupcial sin importar que se mojara un poco, después me paso a la silla y con la otra toalla me cubrió.

Me llevó a mi habitación y empezó a hurgar entre mi ropa interior.

—¡Hey! No veas ahí es vergonzoso.

—Bebé te he visto con casi todas las bragas y boxer que tienes aquí, hasta sin nada de ropa.

—Pero eso no le quita lo vergonzoso..

Dije sonrojado.

—Tu cara esta como estas bragas de acá.

Dijo tomando unas bragas rojas de encaje.

—¡Oye!

Me cubrí con la toalla que tenía, aun que es cierto lo que dijo Kookie en algunas ocasiones me seguía dando un poco de pena.

—Anda ponte esto.

Acercó una ropa para estar en casa que prácticamente era un short gris con una camisa del mismo color y las mismas bragas que había agarrado antes.

Algo avergonzado y con un intentó mostrarme molestos tome las prendas y empecé a retirar la toalla para ponerme la camisa.

—Y por cierto, ¿por qué dijiste "casi todas"?

—Mmm pues..

Jungkook volteo de nuevo hacia mis cajones buscándo entre mi ropa, después saco dos prendas azul claro un brassier y tanga a juego con encaje de flores.

Mierda.

—Admito que se te vería delicioso con esto, pero ¿brassier?

Mi cara estaba de todos los colores posibles ya que se me había olvidado que tenía eso ahí guardado.

Momo semanas antes me lo había comprado principalmente para molestar, lo iba a tirar pero se me hizo tan lindo que no pude y lo terminé guardando pensando también en él.

Solo tenía pensado usar las bragas el brassier estaba descartado.

—¿Me vas adelantar mi regalo de cumpleaños nene?


—¡No! Dejame cambiar, ¡fuera!

Le ordené y con una cara pícara salió de mi cuarto.

Quiero avisales que ya nada mas quedan 4 capítulos y un especial, pronto se acabará la historia que triste lloremos :((
pero, así podré trabajar en la otra historia que tengo publicada y las que están en borradores, ¡muchas gracias por todo el amor!

Nos leemos pronto.


"SILLA DE RUEDAS" [KOOKMIN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora