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Llegó el momento de separarnos de nuestro toque inocente de labios ya que empezaba a faltar el aire. Nos quitamos lentamente mirándonos por unos segundos pero el no esperó y se lanzó a mi pecho.

—Hueles rico.

Me dijo mientras restregaba su naricita en mi y volvía abrazarme. Yo reí con ternura.

Mejoré mi agarre sobre el y lo abracé como si fuera un peluche pero por el movimiento lo obligué a cambiar de posición y ahora yo estaba con mi cara enterrada a su cuello mientras acariciaba mi cabello.

De un momento a otro lo escuché sollozar y me espante. Rápidamente salí de mi escondite y tomé distancia.

—¿Qué pasa? ¿Qué tienes?

El tenía una mano en mi pecho y con otra limpiaba su rostro.

—En momento como estos, deseo aún más volver a caminar.

—A mi no me importa si caminas o no.

Me detuve pero antes de continuar lo cargué al estilo nupcial, me senté en el suelo y el se recostó en mi.

—Me agrada le personas que hay aquí.

Señalé su corazón, la verdad esas palabras las había dicho sin pensar

Se reincorporó y me vio a los ojos.

—¿Puede que haya una posibilidad, no se... ¿De llegar a gustarte?

Cómo las anteriores veces día vi sus ojitos llenos de ilusión y lo pensé muy bien, hasta el momento no sabia que es lo que sentía por el pero lo que estaba seguro es que no quería que abrazara o besara así a nadie mas, lo se.. llámenme egoísta pero lo quería para mi y solo para mi.

—No lo se... ¿Por que no me ayudas a descubrirlo?

El sonrió y sus ojos formaron unas medias lunas y sin que yo se lo pidiera se acercó dejando un pequeño beso en mis labios.

—Eres tan puro e inocente.

Comencé a dejar pequeños besitos en su cuello.

—Kookie no~ me haces cosquillas~.

Escuché su melodiosa risa y mi pecho se llenó de satisfacción.

—Lo único que se es que te quiero.

Le dije mirando a sus ojitos, el se puso rojo pero también respondió.

—Yo igual te quiero Jungkookie.

Había pasado una semana en la cual yo ya no asistía a la escuela y comencé a trabajar en una cafetería. No había visto a Jimin desde que nos besamos, solo compartíamos inocentes mensajes de texto y eso bastaba para estar de buen un humor por un rato.

Estaba limpiando las mesas cuando vi entrar a Jackson con otros dos que eran sus amigos. Mi compañera se acercó a pedir su orden y yo tenía que seguir limpiando las mesas.

—¿Pero que tenemos aquí? ¿Terminaste de un limpia mesas Jeon?

Lo ignoré por qué en verdad necesitaba este trabajo y no quería arruinarlo. El no insistió más y lo agradecí.

—¿Que pasó con ese pequeño tuyo Jackson?

—Nada solo paso tiempo con el, no es nada serio.

—Por supuestos, esta en silla de ruedas quien se interesaría en alguien como el. Eso si, el pequeño está muuuy bien.

"SILLA DE RUEDAS" [KOOKMIN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora