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Me di cuenta que Jungkook es una persona bastante divertida, es algo infantil pero me resulta sumamente tierno pero cuando baila derrocha sensualidad. Se transforma a un chico diferente, uno muy sexy y nada torpe.

Eso lo note el día de la presentación, sus movimientos era cautivadores y muchas chicas suspiraron por el.

Estábamos cerca del campo de fútbol ya que acababa de llover y fuimos para tomar un poco de aire.

-¿Desde cuando estas en silla de ruedas?

Preguntó mientras andábamos, él estaba a lado mío y no empujaban como todos suelen hacer

-Casi dos años, fue un accidente.

Respondí tranquilamente, no me molesta que pregunten lo sucedido porque gracias a las terapias que tomé en el pasado me ayudaron a entenderlo.

-Lo siento...

Dijo bajito prácticamente en un leve sonido, como si no supiera que decir.

-No lo hagas, es bueno que no haya terminado muerto.

Solté de repente y Jungkook me dedicó una mirada de preocupación

Sabía que no debí decir eso pero para no darle mas explicaciones aumenté la velocidad.

-Vamos a la cancha de Basquet.

Dije y el me siguió sin reprochar, cuando llegamos todo se entraba mojado y con grandes charcos de agua.

-Hay que jugar.

-Pero, no hay pelota y no sabía que, bueno, personas ya sabes... cómo tú, les gustara el básquet.

-No seas bobo.

Reí y el se sonrojó.

-Vamos a jugar con los charcos

Le explique y el solo se dedico a observarme.

-Me gustaba jugar en los charcos cuando era niño, buscaba los mas grande y solía saltar en ellos, es evidente que yo no puedo, pero tú sí.

-¿Quieres que solté en los charcos y me moje?

Yo asentí con una sonrisita

-Pero mis tenis son blancos.

Se quejó como un niño pequeño.

-¡Tu arruinaste mi pantalón el primer día!

-¡Si pero dije que lo sentía!

Se defendió

Pero al final terminó aceptando.

-¡Salta en este!

Grité aun lado de un gran charco.

Jungkook no espero a que yo me quitara y solamente saltó.

Cerré los ojos y pude sentir el impacto del agua fría.

-¡Oye!

El se encontraba igual o mas empapado que yo.

-¡No te rías!

Dije tiritando por el frío, estaba sumamente helada el agua.

-Tengo una idea, pero tienes que confiar en mi.

Mencionó

-No me agrada mucho eso-fuí sincero.

El puso la mano en su pecho ofendido.

-Nunca te haría daño, confía en mí.

Yo lo miré no muy convencido pero al final le hice caso.

"SILLA DE RUEDAS" [KOOKMIN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora