Renacer

Capítulo 13: Decisión, parte II

Reino lunar - palacio de la luna

Las sailor trataban de contener los ataques al reino, Dean ordenaba a la guardia real replegarse y tratar de contener lo más posible a sus enemigos mientras esperaban los refuerzos desde Plutón, Diana se mantenía fuera del palacio tratando de mantener lo más posible la barrera de protección, pues la vida de los civiles en ese momento era lo más importante.

- ¡Fuego de Marte, enciendete! - Sailor mars se encargaba de alejar a todo el que quisiera entrar al palacio pues sus enemigos parecían querer irrumpir en el interior. - ¡Venus!

La rubia había caído al suelo con sus piernas sangrando, su contrincante había lanzado su ataque tomándole desprevenida. Júpiter mantenía al general principal ocupado con una batalla cuerpo a cuerpo, mientras Mercury cuidaba las espaldas de Diana y al mismo tiempo usaba su ingenio buscando un punto débil en el ataque.

- Dime que tienes algo ya. - Diana jadeaba al recibir los fuertes ataques contra su barrera, su báculo vibraba cada vez que recibía un golpe, temía no siguiera soportando y acabará rompiéndose.

- Aún nada, necesito tiempo. - La peliazul comenzaba a perder la esperanza, pensaba que no poseían un punto débil y eso le preocupaba.

Michiru y su hermano luchaban codo a codo tratando de alejar a los demonios lo más posible del terreno del palacio. Yaten se sentía cansado de usar su tridente de Poseidón y toda la energía que su arma poseía en ese momento, era cierto que había despertado como un caballero, pero aún no lograba usar todo su poder y eso lo tenía en desventaja delante de sus enemigos, ambos fueron rodeados por un gran grupo de demonios.

- No quiero morir hoy Yaten. - El peliplata la miro tomando su mano. - Son más poderosos que nosotros.

- Lo sé, si fuese Atlas estaríamos muertos. - Ambos se miraron por un segundo sus manos brillaron suavemente, el báculo en manos de Yaten vibró. - Ayúdame. - Michiru asintió, sostuvo el tridente junto a él, ambos podían sentir a energía fluir de sus cuerpos. - Padre de los mares, ayúdanos. ¡Tsunami de Poseidón!

Michiru observo con horror como los demonios eran arrasados por la corriente de agua hasta ser elevados y destruidos. Soltó el tridente de su hermano dejándose caer en sus brazos, había usado más energía de la que recordaba.

- ¡Tiembla tierra! - Un escalofrío recorrió su piel al ver a la sailor del viento caminar hacia ellos, antes de poder decir algo, una sombra se abalanzó sobre ella tratando de matarla.

- ¡Tifón de Urano! - Su corazón se agitó al ver al dueño de aquella voz grave, El titán Urano se encontraba detrás de su hermana, no supo que decir, un fuerte resplandor sacudió el jardín principal del palacio, Hades había expulsado a varios demonios del interior. - Debemos ir a la puerta, es lo que desean.

- Las sailor deben quedarse y proteger a los civiles, nosotros iremos a la puerta. - La orden de Yaten no fue causa de protesta, en aquel instante debían proteger aquella reliquia sagrada oculta.

La tierra - Tokio de Cristal.

Artemisa observaba como Atlas salía de su cabaña cargando a Selene, parecía que disfrutaba verla en ese estado inconsciente. Pensó lo peor al verla así, sin embargo, al ver su pecho moverse supo que solo estaba desmayada, el cuerpo de la reina se elevó siendo envuelto por un óvalo de energía. Atlas no deseaba perder su premio en manos de sus enemigos. Levantó su arco, la flecha comenzó aparecer dentro del mismo arco, pensaba solo dar un tiro que le permitiera herirlo, pero al ver cómo su flecha era detenida en el aire supo que nada sería tan sencillo, no estaba preparada para enfrentarlo sola.