Capítulo 34: Rojo - parte I

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Si en el pasado su madre le hubiese dicho que pasaría por todo aquello, quizás se habría reído hasta sentir dolor en su estómago pero nadie le dijo su destino. Serenity caía nuevamente, el frío del ártico helaba su cuerpo, llevaba más de 30 min. caminando y comenzaba a pensar que no encontraría lo que buscaba. Miro hacia atrás una de sus mejores amigas, Sailor Júpiter  se había quedado para  luchar con los siervos de Chronos, monstruos amorfos que no eran capaces de arrastrarse por el suelo nevado y atacar a sus enemigo, su amiga optó por ser quien retrasará aquellos seres dándoles el tiempo suficiente para llegar al lugar donde reposaba la insignia creada por Selene.

Si le preguntaban: ¿Cuando sucedió todo aquello? No sabría decirlo, recordaba los ataques convidados de Plut y Hades, pero después solo una fuerte luz los rodeo y aparecieron en medio del ártico sin saber a dónde ir, pero la voz de Chronos los había guiado a él. Su cuerpo se estremecio al sentir como una luz desaparecía seguido de una explosión, la energía de Sailor Jupiter así como la de sus enemigos se había extinguido.

- Lita...¡Lita! - Quería ir por ella pero Haruka y Seiya la sujetaron de los brazos, no podían permitir que se devolviera y arruinara sus planes, cada uno de ellos se mantenía conciente en el instante que tocaron aquel lugar, no todos podrían sobrevivir a las trampas de Chronos.

- Princesa, si logramos vencerlo podremos recuperar la vida de Lita y todos los demás, por favor debes centrarte. — Forcejeó con Haruka lo más que pudo hasta que simplemente se dejo caer al suelo sintiéndose impotente, su mejor amiga desde hace muchos años ya no existía su luz había desaparecido. — Koneko, por favor debemos continuar.

— ¡No me gusta luchar! Pero tampoco deseo que ustedes mueran...— Clavo sus uñas en la nieve, sin embargo se vio obligada a levantar la mirada al sentir una presencia acercándose. Saturn levantó su escudo cubriéndolos de varias bolas de fuego.

— Ustedes deben seguir. — Venus acaricio la cabeza de Serenity. — Se valiente y no te detengas.

— Minako. — La líder de las inner sonrió a sus amigas antes de salir del campo de protección, pero su sorpresa fue inminente al ver a Poseídon a su lado.

— No importa cuántas vidas pasen, siempre serás una rubia problemática — Su mirada color esmeralda se topo con la de Michiru. — Siempre ha sido un placer ser tu hermano, te prometo volver a serlo.

— Yaten. — Saturn permitió que ambos quedarán libres de su protección, una fuerte explosión les nublo la visión, sus amigos habían desaparecido en medio de la tormenta helada que el choque de poder había creado.

— Debemos continuar. — Mars ayudo a su princesa a caminar, comprendía sus sentimientos pero no podían dar un paso atrás. Por su lado Venus observó cómo se marchaban y en un último instante Serenity le dedicó una sonrisa.

— No puedo creer que se repita y en este lugar. — Miro la arpía descender del cielo dejando caer de sus alas plumas envueltas en llamas. — ¡Cadena de amor y belleza de Venus!

— ¡Tsunami de Poseídon! — Ambos ataques se combinaron creando una potente luz que arrasó varios metros de hielo a su paso, pero el fuego de la arpía fue lo suficientemente fuerte para detenerlo.

— No dejaré que avancen. — Dos bolas de fuego aparecieron  en sus manos, Sailor Venus empujó a Poseídon tratando de esquivar el potente ataque de su enemiga, las ráfagas candentes tocaron uno de sus brazos causando una leve quemadura.  — Mi amo dice que una de tus vidas te sacrificaste aquí, ¿No crees que es poético vuelva a suceder?

— Lo único poético será que voy a patear tu trasero. — Su cristal Sailor brillo, la transformación en guardiana desapareció para sorpresa de su compañero, sus ropas fueron reemplazadas por un sencillo vestido naranja, una diadema color oro adornaba su cabello.

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