Selene no sabía cómo luchar en ese momento, tanto ella como su sobrina eran un blanco facil, ninguna de las dos poseían su broche de transformación, mientras él sostenía su espada en alto aunque su posición indicaba que no tenía pensado atacarlas, pero al verlo se preguntaba: ¿Qué deseaba? Atlas movió su mano derecha, sus dedos se movían con si estuviesen trazando algún tipo de líneas al aire, Selene y Serenity acabaron contra la pared cubiertas por cadenas, el acero cortaba la piel de ambas provocando leves sangrados en ella.
— Pronto llegará un nuevo invitado. — Jalo una silla cercana, quizás usada por algún guardia en su hora de descanso, dejó su espada en su funda antes de sentarse sin dejar de mirarlas. — Sigues igual de hermosa Selene.
— Hablas como si me conocieras de toda la vida. — Atlas desvió la mirada hacia el cuadro donde se encontraba la reina Serenity del antiguo Milenio de Plata. Selene siguió su mirada hacia la pintura.
— Esa mujer es su hija. — Chasqueo sus dedos produciendo que la pintura se volviera cenizas, Serenity no comprendía como ese hombre sabía de la reina. — Hay una historia divertida.
— ¿Qué quiere de nosotras? — Está vez fue Serenity quién rompió el silencio.
— Recuperar lo que por derecho me fue arrebatado. — Ambas se miraron sin entender a qué se refería. Atlas cerro sus ojos, no quería hablar del pasado pero era la clave de su regreso en aquella época. — Les contaré cómo un titán lideró la más grande batalla y fue traicionado.
Flash back.
Las luces en el cielo se movían como pequeñas luciérnagas, Atlas avanzaba en medio de los escombros que daban al santuario de Zeus, el rey lo esperaba en su trono, sosteniendo entre sus manos un rayo que podía ser capaz de exterminar su existencia para siempre, pero no tenía intención de atacarlo, Atlas se detuvo ante Zeus, el rey suspiro al verlo, ese momento lo esperaba desde hace mucho tiempo, pero no espero que justamente él, quien siempre estuvo a su lado fuese capaz de encabezar una revuelta en su contra, los titanes se alzaron contra su reinado, todo era un desastre, los dioses morían en manos de sus propios hermanos y hermanas, por una vez Zeus se encontraba derrotado y no veía esperanza, solo muerte y destrucción.
— ¿Estás feliz? — Sonrió orgulloso, Zeus alejo sus manos del rayo, su arma de oro y bronce creada por Hefesto no sería necesaria en ese momento.
— Mi felicidad estará completa el día que tenga la llave de todo el poder de los dioses. — La mirada de Zeus fue a parar al cielo, en especial al astro lunar, conocía la codicia del titán en frente de él y de todo lo he era capaz pero no podía permitir que el cristal de purificación creado por Selene fuese corrompido por su corazón oscuro.
— Es imposible que Selene te entregué ese poder, nadie lo hará. Las puertas no se abrirán para ti.
— La puerta de Thanos es la última que me falta por abrir y solo Selene se interpone. — Miro sus manos cubiertas de cenizas. — Accederemos a su hogar y nada se interpondrá en mi destino.
Las puertas del salón se abrieron, Thanos entro seguido de Apolo, ambos se mantenían cabizbajos, Apolo sostenía su arco y flechas de oro, mientras Thanos su guadaña. Atlas les ordenaba atacar y destruir a Zeus, sin embargo ambos se fueron encima de Atlas, sometiéndolo entre el suelo y sus armas, el titán no podía ver el rostro de sus compañeros, sus caras cubiertas por aquellas máscaras de oro que solo eran el símbolo de su vergüenza por traicionar a su padre, Zeus.
— ¡Malditos! — Sus manos se volvieron puños, golpeó el suelo con fuerza lleno de impotencia. — Me juraron lealtad.
— También a nuestro padre. — Thanos golpeó su espalda con su pie empujándolo más.
— No podemos dejar que toques a Selene ni mucho menos su reino. — Zeus se acercó tocando sus manos, un par de cadenas se forjaron alrededor de sus muñecas. Atlas miro con odio a su padre y hermanos, no aceptaba aquella traición doble. Sin embargo antes de poder ser apresado por la eternidad desapareció ante ellos huyendo de su destino.
Fin flash back.
Selene miro como aquel hombre suspiraba, recordó las historias de su abuelo Chronos y del mismo Arger, pero nunca hablaron de aquella revuelta en contra de los dioses para invadir el reino de la luna, pero algo no lograba entender, porque en ese entonces no podía llegar al reino de la luna.
— Tienes dudas. — Se levantó de su asiento, camino hacia la reina. Acaricio su mejilla sonriendo levemente al ver su expresión de confusión. — En esa época solo los dioses superiores podían ir con Selene, pero había una puerta creada por Poseídon en el lugar más frío del mundo.
— ¿La Antártida? — Alejo su mano al escuchar la voz de Serenity.
— Sí y yo la descubrí abajo de un lago congelado, después de huir fui allí. — Sonrió de lado. Volvió a ver a la joven de cabellos magenta. — Eres idéntica a esa mujer.
Una flecha atravesó la puerta del salón, Apolo había logrado derribar la barrera, tanto él como el resto de los caballeros y Sailor se encontraban en ese lugar rodeando a su enemigo, las ataduras que mantenían presa a Serenity y Selene desparecieron. Atlas se alejó de ambas, trato de escapar pero el filo de una guadaña tocó su cuello, justo detrás de él se encontraba Thanos.
— Arger...— Selene sintió su corazón agitarse de solo verlo, el caballero dudo al verla. Atlas golpeó su arma liberadose. Levantó su espada para atacar pero el tridente de Poseídon golpeó su brazo deteniendo su acción.
— Son unos idiotas, nos veremos pronto. — su cuerpo fue envuelto por la luz antes de desaparecer. Thanos bajo su guadaña dispuesto a irse pero Apolo se acercó a él sosteniendo su hombro, aunque aquel movimiento solo provocó que recibiera un golpe en su mano.
— ¿Arger? — Serenity tomo el brazo de su tía al ver si intención de querer ir con él.
— Hay algo extraño, no es el Arger que recuerdo de mis memorias. — Fueron las únicas palabras que pudo pronunciar.
— Estás en lo cierto princesa Serenity. — Se alejó de ellos en dirección al balcón desapareciendo de la misma forma que llegó, Selene suspiro, su cuerpo se sentía débil, no sabía porque pero su energía parecía desparecer. Thanos corrió a su lado sosteniendola en brazos.
— Debes...deben decirme quien es la mujer que Atlas menciona. — Poseidon y Urano bajaron la cabeza extrañando a todas sus compañeras. — ¡Es una orden!
— Entonces debemos ir a la tierra alteza. — Seiya la dejo en la silla que anteriormente Atlas uso. — pero antes de eso hay que investigar quién es ese hombre que usa la máscara de Thanos.
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Muchas gracias por leer, nos leemos en el siguiente: Pistas.
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Renacer
Fiksi PenggemarPrimero que nada, para quienes no leyeron "destellos de luna" les recomiendo leerla pues está es la continuación de esa historia. Habían pasado mil años desde la muerte de Caos, el nuevo Milenio de la Luna fue fundado bajo el mandato de la princesa...