Capítulo 22: Espinas - parte I

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Salón de videojuegos Sky

Serenity dejo el mando de su videojuego, gustaba de ir a ese lugar cuando se sentía agobiada, triste o cansada, el día anterior fue a presentarse con su tía y madre como la nueva Sailor Moon, espero su recibimiento fuese más tranquilo, aunque era duro aceptarán su destino, sin embargo fue todo lo contrario, ambas se enojaron por su nueva identidad, su madre enfureció hasta el punto de arrancarle el broche de transformación, su tía por otro lado solo le negó tomar su lugar entre las guardianas de la luna plateada, en ese momento deseo el apoyo de su tío, pero él aún seguía en coma, mejoraba poco a poco aunque no había despertado aún. Luna, Uranus y Venus trataron de hacerlas cambiar de parecer, el miedo de Diana de perder a su hija era tan grande que aún al saber que ella era la gran guerrera, la reencarnación de su madre no podía arriesgarla, el caso de Selene era completamente distinto, su tía pensaba que aún le faltaba entrenamiento y no podría cumplir con su misión hasta que Dean estuviese bien y despertara, pues solo él podría darle la autorización de entrenar y prepararse, hasta entonces debía abstenerse. Ambas mayores esperaban el despertar de la guardiana pero no pensaron que sería pronto y Serenity en su afán de ayudar bajará al inframundo dónde la puerta del silencio quedó petrificada, además de encontrarse con Atlas y Hades en un mismo día, todo aquello la dejaba en peligro al no saber usar de una forma correcta su nuevo poder, a pesar de recordar parte de su pasado muchas cosas solo eran un velo en su memoria, pensaba que así debía seguir. Después de esa tarde frente a su familia fue enviada a su clase de esgrima, apenas pudo concentrarse del todo, muchas cosas habían pasado esa mañana y no deseaba otra cosa que descansar por lo que tomo la decisión de no asistir a clases al siguiente día y era por esa razón que estaba en el salón de videojuegos esa mañana fría y sin nadie a su alrededor, su bolso del instituto se encontraba a sus pies.

Dió un leve suspiro al oír el sonido del "end game", otra partida perdida a causa de su poca concentración, recostó su cabeza del respaldo del sillón sin dejar de mirar al techo, el sonido de las puertas abrirse llamo su atención pero aún así no deseo mirar, los pasos de tacones al acercarse  no fueron algo le extrañará, su tía siempre caminaba con elegancia y ese paso suave era conocido para ella.

— No eres mi hija, pero te conozco. — Abrió su ojo derecho encontrándose con ella a su lado, ponía en marcha el juego de carreras. — Mi madre era fanática de estás cosas y siempre que podía iba con nosotros a la tierra a su lugar favorito para enseñarnos a jugar.

— ...Mamá dice que no debo perder el tiempo en esto. — Selene sonrió. Fue en ese momento que Serenity noto el atuendo de su tía, una camisa blanca de mangas 3/4, encima de ella un vestido ajustado en color  negro de tirantes finos, usaba un medallón de cristal en forma de estrella, recordaba que su madre y su tío usaban uno igual, un regalo de su abuelo, aretes de media luna plateados, la marca en su frente no estaba, su cabello color magenta atado en esos típicos odangos en forma de corazón, aún le era raro verla con su cabello de ese color pues siempre había sido negro como el de su abuelo.

— Nunca le gusto. — El juego continuaba su curso, ambas permanecían en silencio mirando la pantalla. — Serenity, confío en tí pero está batalla no es algo que puedas entender.

— ¿Por qué?  Soy Sailor Moon. — Susurro suavemente llamando la atención de Selene. — Enséñame.

— Hacerlo rompería la confianza con mi hermana. — La partida acabo, alejo sus manos del volante para sostener las de su sobrina. — ¿Por qué quieres luchar?

— Quiero proteger a las personas que amo. — La firmeza en su respuesta, la forma en que su mirada se clavo en la de Selene le hizo sentir que la voluntad de su madre estaba latente. Bajo la mirada, no supo cómo enfrentar sus palabras. — por favor tía.

— Dejarte ir contra Atlas sería un suicidio con la capacidad de poder que tienes ahora. — Se alzó de su asiento extendiendo su mano hacia ella. — Vamos, hay muchas cosas que debes aprender.

— Mi madre no estará de acuerdo. — Selene le guiñó un ojo, acción que le hizo sonreír antes de levantar sus cosas del suelo y tomar su mano. Le extraño no mirar algún guardia vigilando, las sailor no estaban cerca vigilando sus pasos. Ambas caminaban por la calle como dos civiles más aunque muchas personas les miraban al pasar con curiosidad pues no era común que la reina visitará la ciudad y menos en un acto no oficial vestida como una joven más.

— Te permitiré ser una Sailor, no importa que diga Diana, es tu destino portar el broche qué una vez mamá uso. — Se detuvieron junto al frente del cruce peatonal, habían pocos autos transitando, el bullicio de los motores se detuvo ante el rojo del semáforo permitiendo el paso a los peatones. — No quiero que te sientas presionada por tratar de ser como ella, Serena Tsukino, la Neo Reina Serena, Sailor Moon y al final Sailor Cosmos. Fue una mujer valiente que murió después de una larga vida.

— Tía yo...— Apretó con fuerza su mochila contra su pecho, ella entendía que se preocupara al pensar que en algún momento se vería presa por el deseo de ser fuerte por su antepasada, sin embargo ella era esa persona o al menos lo fue. — debes saber que...— Selene le miro de reojo al saber que diría.

— Ya no eres esa persona, tu eres Serenity, la princesa Serenity, futura heredera al trono de la luna, solo eso. — Observo la sonrisa en su tía, supo que era sincera y no decía las cosas solo para hacerla sentir mejor. — Después de esta batalla decidiré descansar por fin.

— ¿Y Arger? — En ese instante vino a su mente el recuerdo de ver al titán Thanos en la jardín hace apenas unos días, sintió nuevamente su corazón agitarse con fuerza contra su pecho, pero todo aquello solo fue un sueño débil debido al cansancio mental y físico que sentía. Decidió seguir su camino hacia el museo, dónde Atlas se atrevió hacerse pasar por él y confundirla. — él volverá estoy segura.

— ¿Cómo Apolo? — No supo que decir a su pregunta, ella lo vio luchar, al igual que  en  el palacio, pero el pasado era una cosa y el futuro otra, ella no amaba a ese hombre con el que en una de sus vidas compartió todo, su corazón latía por alguien más, alguien que parecía distante y no lograba entender la razón de su actuar tan extraño. Selene noto la mirada de duda en su sobrina, esa misma mirada que pudo ver en Seiya al verlo despertar como un titán, eran dos personas diferentes que habían vuelto a encontrarse y enamorarse sin darse cuenta que no los dominaba el pasado, sus sentimientos nacieron antes de todo lo sucedido en los últimos días.

— Sólo deseo entender muchas de las cosas que suceden. — Ambas subían los escalones de mármol al interior del museo, a esa hora no había nadie en ese lugar además del vigilante. Selene quería mostrarle una sala especial que pronto sería inaugurada por ella y sus hermanos, pero con lo sucedido a su hermano todo se atraso. El guardia hizo una reverencia al verlas entrar, Serenity le dió una sonrisa al verlo. Siguió a su tía hasta el último piso del museo, todas las pinturas antiguas de la familia real habían sido restauradas, era la primera vez que veía todas aquellas pinturas, en una de ellas su tía Selene recibía su primera tiara de parte de la reina Serena, aún se sorprendía al ver lo parecida que eran, aunque ahora tenía una idea del porque, ella era su encarnación, pero su atención fue con su abuelo, en la mayoría de sus pinturas su rostro estaba cubierto por un antifaz plateado. Selene paso la mano por la pintura de sus padres retirando el polvo, un escalofrío recorrió su piel al ver el rostro de Seiya en él.

— Titán Apolo, mi padre Seiya Kou. — Se giro hacia su sobrina, Serenity no podía creer que aquel hombre tan respetado y querido fuese tan parecido al joven que conquistó su corazón. — Él amaba tanto a mi madre que juro ante ella volver una vez más a su lado.

— tía...— Tomo sus manos entre las suyas. — ¿Es él?

— Solo él te dará esa respuesta cuando sea momento. — Las lágrimas caían de sus ojos azules resbalando por sus mejillas sonrojadas. — Entiende algo Serenity, el amor que sientes por Seiya nació antes de todo lo que está pasando, el pasado no te influye.

— ¿Y a ti? — Sus pasos y el sonido de su voz les hizo mirar a la entrada, Atlas estaba allí mirando hacia la pintura, en sus manos su espada brillando. Selene se interpuso entre él y su sobrina, sonrió arrogante al verla. — una barrera nos cubre, nadie vendrá.

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Gracias por leer y perdonen la demora. Espero hayan disfrutado el capítulo, nos leemos pronto.

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