Capítulo 18: Inframundo

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Inframundo — puerta del silencio

Selene no deseaba moverse del lado de Dean, cada día veía su condición empeorar, los deberes del reino habían quedado en manos de Diana, era por eso que en ese momento ella se encontraba en aquel lugar deshabitado, podía ver claramente los rastro de la destrucción que una vieja batalla había dejado atrás, escombros y huellas que nada pudo borrar, pues el tiempo parecía detenido en ese lugar, se acercó al borde del risco observando el río de lava cruzar. La gran puerta de piedra se encontraba rodeada de enredaderas en color oro, las espinas brillaban como si tuviese  pequeñas gotas de agua en las puntas. Seiya observaba la puerta con cautela, estaba seguro que no se abriría, pero los recuerdos de aquella batalla invadían su mente como un torbellino, nuevamente revivía el momento de haber perdido a la mujer que amaba para así salvar el mundo que tanto quería. El sufrimiento de ese entonces fue lo peor que pudo llegar a sentir. Sacudió la cabeza queriendo desaparecer esos recuerdos de su antigua vida, no quería aferrarse a esa vida solo continuar y si el destino lo permitía volver amarla como se prometieron en un punto de sus vidas.

— Apolo. — El llamado de Yaten lo saco de la realidad. Su compañero había creado en el suelo una estrella de ocho picos, cado uno llevaba el símbolo de uno de los planetas, mientras en el centro se encontraba la media luna junto al símbolo del dios Chronos, un reloj de arena decorado con la marca de Plutón. Haru por su parte seguía sentado en el suelo a la espera de ser llamado, estar allí no le gustaba pero era un requisito para poder despertar al titán Hades.

— Esto puede que no funcione. — Diana dejo brillar su cristal regente hasta el centro de la estrella, la luz se guío por las líneas iluminando cada símbolo. — No soy Selene y este no es el cristal de plata, es solo una extensión que nació de el con menos poder.

— Espero que al menos podamos llamarlo, por lo menos cinco minutos. — Haru sacudió sus manos antes de ir junto a Seiya y Yaten, ambos dejaron caer sus llaves, estás flotaron reaccionando a la energía del cristal. Por un segundo Diana pensó que algún portal se abriría, pero la energía comenzó a ondear enviando ondas en todas direcciones hasta concentrarse en un solo punto. Un escalofrío la recorrió al sentir el aire frío envolverla, la sensación habia sido como una caricia sobre su piel, la caricia de alguien o algo que no estaba presente. Quería decir que debían parar y esperar por su hermana pero no pudo articular palabra, una silueta apareció justo en medio, su máscara gris plata, de rodillas apoyado con su guadaña, su cabello castaño caía ambos lados de sus hombros, su traje era una túnica negra con un broche dorado en su hombro y un cinturón del mismo material, sus pies descalzos sobre la tierra. Alzó el rostro mirándolos detrás de su máscara.

— Ustedes. — Se alzó sin dejar el centro de la estrella. — Su poder es inestable, no es el cristal creado por Selene y ustedes no son todos los titanes.

Yaten dió un paso al frente queriendo ser él quién asumiera la responsabilidad de haber llamado aquel ser que solo era la última opción en despertar, aunque el hombre ante ellos era solo el reflejo del alma de Hades, esperaba fuese suficiente para poder rastrear a su encarnación.

— Sigues siendo muy pequeño. — Yaten prefirió mantener la calma antes de reaccionar mal a su provocación. — Puedo sentir el poder de Atlas.

— Las cadenas se rompieron, — Yaten señaló a Seiya y Haru. — Somos los únicos que hemos despertado, aunque Apolo sigue diciendo que Thanos regreso.

— No, el Thanos que ha regresado no es un ser completo. — Señalo Apolo con su dedo. — Debes buscarlo de él y sus memorias depende que puedan enfrentar lo que se avecina.

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