Capitulo 2

250 154 19
                                    

"Quiero tanto de tí, cariño, que me das miedo".
                                                  –Eric Zimmerman.

Matthew.

Ella es atractiva e interesante, hablaba demasiado y yo estaba muy encantado al escucharla, los primeros días interactuando con ella me di cuenta que le gustaba leer novelas, literatura o ficción y comprar vestidos.

Me dijo que me prestaría un libro y ese día yo le regalé mi corazón.

Lo tuvimos todo y nos quedamos con nada.

—Me gustas mucho— confesé mirándola a los ojos, ella se echó a reír y por milésima vez amé su sonrisa, juro que es perfecta.

No le quitaba los ojos de encima, esperando
Su respuesta a mi declaración, y como tardó en responder volví y hablé.

—Es enserio, ángel, me gustas.

Ella me miró fijamente y lo único que dijo fue:

—¿Ángel?, pensé que solo llamaban así a la protagonista en los libros.

—Enserio, ¿solo te quedó el ángel?— pregunté nervioso.

—Lo siento, es que no se que decirte, solo llevamos un mes y un poquito más hablando y me tomó por sorpresa— dijo bajando la cabeza nerviosa.

—No te preocupes, solo necesitaba decirlo porque me estaba atorando— dije sinceramente.

—¿Por qué ángel, no se te ocurrió otro apodo?— dijo tímida.

—No, de hecho ángel porque te pareces a uno, eres jodidamente perfecta, aunque sé que guardas tus demonios— dije y sonreí por eso último.

—Wau, interesante, pero no soy un ángel, no me digas así.— respondió un poco seria.

—¿Te molesta?— pregunté.

—No, solo no me gusta— dijo apartando la mirada incómoda.

—Me temo decirte que no me importa, para mí si lo eres, ángel.

Nos quedamos unos minutos mirándonos fijamente, podía ver la confusión en su rostro, pero ¡joder! Como me gusta esta chica, es que desde que la vi detenidamente algo en ella me encantó, aunque aún no averiguo que.

—¿Hace cuánto me dijiste que no tenías novio?— pregunté ansioso por la respuesta.

Mi pregunta la tomó por sorpresa y empezó a jugar con sus dedos, esperó unos segundos y respondió.

—No lo sé, cómo un año, si no es más.

—¿Estarías conmigo, ahora?.

–Pero estoy contigo ahora— respondió tímidamente.

—¿Siempre eres así de lenta?.

—¿Cómo me dijiste?— preguntó frunciendo el ceño.

—Que eres lenta— le dije haciendo más acento en la última palabra.

—No soy lenta, ¿Qué te pasa?—  me dijo haciéndose la sería y mirando a otro lado.

—Si lo eres, prácticamente te acabo de decir que si quieres ser mi novia y no lo captaste.

—¿Eso era lo que querías decir?— preguntó.

Asentí.

—Sorry, bien ganaste, si soy un poquito lenta.

—Así me encantas, ángel.

—Y si, si quiero estar contigo— me dijo sonriendo un poco tímida.

Mierda, dijo que si, estoy soñando, sinceramente pensé que me iba a mandar pal carajo de una.

—No te emociones, vamos a intentarlo, llevamos poco desde que nos conocimos y falta mucho por conocernos— dijo doblando la comisura de sus labios en una dulce sonrisa.

Estaba emocionado, demasiado, y quería decirle muchas cosas pero solo dije:

—Lo que tú digas, ángel.

—¿Me esperas a la salida?— le pregunté.

—Si, vale. Vamos al salón.

—Te vez muy hermosa hoy— le dije de camino a su salón.

—Lo sé, siempre lo estoy—  dijo, y ahí estaba otra vez ese autoestima que tenía siempre, eso era una de las tantas cosas que me enloquecía de ella, que no se dejaba bajonear cuando le decían algo sobre su físico, siempre decía que era hermosa y le importaba un carajo lo que pensaran los demás.

—Woww no sabía de tu amigo el ego— solté una carcajada, fingiendo sorpresa.

—No es ego, cariño, es la realidad— dijo dándome una hermosa sonrisa.

Llegamos a su salón, se despidió dándome un beso en la mejilla y entró. Gracias a la santísima trinidad estamos en el mismo grado, la diferencia son las aulas y estamos al lado.

                    ━━━━━━※━━━━━━━

Se finalizaron las clases, era hora de ir a casa, metí todos mis libros en el bolso y salí para esperar a mi hermoso angelito. Me puse andar mi celular mientras salía, cuándo la vi mi corazón comenzó a latir rápidamente.

—Holis— dijo dándome una sonrisa de las que me encantan— me quedé mirándola embobado en la belleza que irradiaba por dónde pasaba.

Déjenme presentársela más a fondo; ella es Alessa Leest, tiene 17 años, su cabello negro y liso por la cintura, de tez blanca, ojos negros y de buen cuerpo, pero lo que más me encanta son labios, delgados y siempre de un color rosado natural, baja en estatura y por último es muy hermosa, la chica perfecta para mí.

EliGonzlez18.

¿Ellos, él o yo? © [Darkness 0.1] En PausaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora