Capitulo 25

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†Tú estancia en el infierno a iniciado†

Alessa.

—Llegó nuestro momento de rompernos los cueros— le grita la peli naranja a una de las otras chicas que están junto a mi— ¿o te da miedo?—. Amenaza sacando de su pantalón un puñal oxidado.

La chica demuestra con exageración su miedo pero sin embargo salta de la silla y agarra una navaja retráctil.
Ambas empiezan dando saltitos adelante y hacia atrás, lanzando sus filos.

Ya a los pocos segundos la chica ya sangra por el antebrazo izquierdo. La peli naranja sabía que era el momento de atacar con determinación, porque como  ella dice: —el que pega primero, pega dos veces, estúpida.

La chica se enoja y se abalanza, la peli naranja se agacha y le entierra la  navaja en las costillas. La chica se puso pálida y cae contra el suelo. Las costillas le traquearon. La peli naranja la vio muy asustada contra el muro pero solamente sonríe.

La chica moribunda pide piedad desde abajo pero solo es escupida por su contrincante ganadora.

Cómo puede seguir viva, por dios. Pensé.

Mi corazón late en gran velocidad y siento miedo, miedo de todo. Es una escena demasiado fuerte.

La chica peli naranja empieza hablarle a Mons: Puede morir, pero aún no, porque la navaja retráctil le perforó el pulmón, pero si ya mismo no recibe atención se ahoga con su misma sangre. De hecho ya se está ahogando. En segundos se muere—. Explica la chica llena de sangre como si estuviera exponiendo delante de su profesora.

Mi boca se abre y quedó estupefacta con tanta información, esa chica peli naranja o no si es realmente el color de su cabello, pero en algún momento me llegó a caer bien pero es una bestia.

La chica supongo que ya está muerta porque no se mueve y sus ojos están cerrados. Un movimiento por parte de la peli naranja me espanta y veo cada uno de sus movimientos.

Empieza a quitarse el pantalón y la blusa cubierta en sangre, sin pudor.

Reviso su cuerpo y me doy cuenta de lo marcada que está, tiene cicatrices en los hombros, en el pecho, en el vientre, en los brazos y en las piernas.

—Te gusta lo que vez o qué, estúpida— me pilla observando su cuerpo.

—No me agrada lo que veo, como vez—. Le respondo con el mismo tono de voz.

Me sonríe con una torcida de ojos.

Mons está sentado en una de las sillas que están en el centro del lugar junto con todos los cabrones que me violaron. Bueno excepto el muerto.

—Ven aquí —me llama Mons ofreciéndome la mano.

Mis pies ceden con duda y él me rodea.

—Quiero irme ya—pido nerviosa.

Sacude la cabeza dando una orden, la cual trae a la chica que queda aparte de la peli naranja.

Mons me tira su cuchillo en los pies al tiempo que a la chica le dan una navaja.

—No usaré eso—. Señalo el cuchillo.

Retrocedo, la chica tiene el rostro cubierto de lágrimas.

Mons se aparta.

—¡¡¿Qué hacesss?!!— grito— yo no estoy lista para esto, basta.

—Que gane la mejor —anuncia— y que muera la débil.

—No, por favor —le pido—… Por favor.
Las rejas nos encierran y él sale dejándome sin opciones.

—Por favor —saco la mano— ¡Quiero irme!.

¿Ellos, él o yo? © [Darkness 0.1] En PausaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora