Capitulo 10

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Alessa.

Hoy fue un día normal, uno bueno.
Pasé el tiempo con mi nuevo libro de arriba a bajo, estuve con Matt en descanso como es de costumbre y me acompañó a casa para luego quedarse, ya que mis papás no se encontraban.

Pasamos la tarde juntos, jugando videojuegos, viendo películas y comiendo.

Luego llegó la noche y tuvo que marcharse para que mis papás no nos encontraran juntos y solos en casa.

Ellos aún no lo aceptan como mi novio pero muchas veces se resignan.

Me quedé dormida esperando a mis papás, mi hermano menor se había quedado donde su mejor amigo y mi hermana mayor estaba donde el novio.

Tengo tres hermanos, dos hombres y una mujer.

El mayor ya me hizo tía, la más feliz del mundo.

Un hermoso bebé que ya casi cumple el año. Se llama Smith.

Me desperté por el escándalo de la alarma.

Medio dormida me levanté, entré al baño, y me arreglé para ir al colegio.
El uniforme consistía en una falda corta ancha, estilo campana, una camisa rancia y una corbata.

Ya lista salí de mi habitación.

—Smith, deja eso quieto— mi mamá le gritaba desde la cocina a un travieso niño de ojos verdes.

Al verlo cogiendo unos adornos, me llené de felicidad.

—Mi chiquito— grité de felicidad, el pequeño me miró y abrió sus diminutos brazos.

Lo cargué, dándole un abrazote y llenándole la carita de besos.

—¿Te lo trajiste ayer?— le pregunté a mi madre.

—Así es, hija. Los papás tenían cosas que hacer y no tenían con quién dejarlo— me respondió ella mientras dejaba el desayuno en la mesa.

—Mi chiquitooo bebé, tee amoo, te amoo— le “cantaba” una canción inventada.

El solamente movía su cabecita al ritmo, mientras jugaba con mi cabello.

—Vas a llegar tarde a la escuela, Alessa. Muévete.— mamá me apuró, bajé al bebé y me dispuse a desayunar.

Ya lista, tomé mi mochila, cargué nuevamente a mi pequeño Smith le dejé un beso en su frentecita y dije:

—Nos vemos más tarde, amor de mi vida. Espérame con muchos besos, te amo.

—Chao, me voy— agregué.

Salí a esperar el autobús escolar y subí, detrás de mí estaba mi hermano quien estaba un poco atrasado, como siempre.

Llegamos al instituto, me dirigí al salón, y empezaron las clases, todo normal.

En el descanso estuve con Matt leyendo mi nuevo libro.

Hoy sería el día que tenía que quedarme unas horas extras en la biblioteca ensayando unas cuentas de contabilidad, ya que mañana tenía que hacer exposición y examen.

A la hora de salida, le avisé a Matt que me quedaría, ofreció acompañarme, cosa que negué de inmediato.
Él tenía entrenamiento y no podía faltar por mí.

Nos despedimos, me dijo que me amaba y se marchó.

Regresé a la biblioteca y empecé con mi labor.

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Unas 4 horas después iba saliendo de la escuela después de haber hecho las horas extras, me dirigía hacia mi casa y como el autobús no podía llevarme porque está buscando a los estudiantes de noche tendré que caminar.

Empecé mi caminata, me puse los audífonos y me perdí en la melodía de Hymn for the weekend de Coldplay, una de mis tantas canciones favoritas.

Sentía la brisa fría. Como es normal las calles estaban solas y oscuras.

La luz de la luna estaba un poco opaca. Siempre observaba con admiración esa gran creación. Amo como brilla diariamente, pero hoy en esta oscura y sola noche había algo extraño.

Miré con atención las calles, tanta soledad me causó escalofrío, pero el miedo se apoderó de mí cuando sentí que alguien me seguía.
Buscaba en las calles pero no veía a nadie, aceleré un poco el paso, apretando mi mochila y con la respiración entrecortada traté de no ser tan paranoica y concentrarme en la canción.

Cuando quise calmarme todo se fue a la mierda y el terror se apoderó de mí nuevamente.

Presencié lo que es realmente el miedo en ese instante, volví a sentir la presencia de alguien detrás de mí.

Quise pensar que era Matt cuidándome, pero ese pensamiento no me ayudó a calmar mi miedo.

Con valentía que no se de donde la saqué, me detuve lista para voltear y revisar quien era el chistoso.

Entonces, los vi.

Tres hombres. Totalmente cubiertos. Lo único visible son sus ojos.

Se supone que la víctima corre de inmediato en busca de ayuda, pero yo me quedé estupefacta como un popó en medio de la noche con hombres desconocidos frente a mí. No moví ni un pelo, mi cuerpo no respondía a las órdenes de mi cerebro y todo ocurrió demasiado rápido.

Jamás en mi corta vida, había experimentado lo que era realmente el miedo, y estar en esa situación me dejó atónita.

En rápidos movimientos sentí como me tomaban por los hombros bruscamente, colocaron en mi nariz un pañuelo, intenté no oler y forcejear, pero fue inútil.

Me resigné, mi cabeza empezaba a hacerse miles preguntas:

¿Quiénes son?, ¿qué quieren de alguien como yo?, ¿acaso mi príncipe me está secuestrando?, ¿me matarán?, ¿no volveré a ver a mi chiquito bebé?.

Las lágrimas inundaron mis mejillas, sin pensarlo mis pupilas vacilaron y en segundos lo único que vi fue oscuridad.

EliGonzlez18.

¿Ellos, él o yo? © [Darkness 0.1] En PausaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora