Capitulo 1

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“Ahora sé que la droga más fuerte de un ser humano, es otro ser humano”.
-Boulevard.


Alessa.

Lo conocí por unas clases de teatro, que sinceramente ingresé por pasar el tiempo, y es que me parece muy divertido la manera en como surgió todo.

Estábamos todos los que participaríamos en la obra de teatro, en total éramos 24 estudiantes, nos encontramos en un salón desocupado en el colegio, yo estaba sentada en la parte izquierda del salón con mi amiga Marcella, escuchando lo que decía el profesor, que nos ayudaría en la obra.

Estaba concentrada, cuando sentí algo, como cuando te tienen la mirada fija, giré mi cabeza disimuladamente en todas las direcciones buscando de quien se trataba, y me encontré con unos ojos negros, muy oscuros.

Lo yo que no sabía era que por esos ojos me iba a perder ciegamente.

¿Por qué me miras y cuando te miro dejas de mirarme?, pensé, ¿qué es lo que pasa? ¿qué es lo que quieres?, me tenía hablando sola en mi cabeza.

Pasó el tiempo, el chico me miraba y cuando yo lo miraba solo se desviaba los ojos a otro lugar como si nada.

Luego, en medio de opiniones e ideas por parte de mis compañeros para la obra y todo lo necesario, me había olvidado del chico. El profesor dio por terminada la primera clase y quise buscarlo otra vez con la mirada pero no lo vi. De repente sentí algo pesado en mi pierna derecha y cuando bajo la mirada me encuentro con una pierna larga encima de la mía, sí, adivinen de quién era.

¿En qué momento puso su pierna sobre la mía?, ¡qué atrevido!.

Bien, no solo pone la mirada en mí si no también su pierna, y sin mi permiso.

Realmente me dio mucha pena quitársela o decirle algo, así que me hice la loca y lo miré disimuladamente, bueno no está nada mal, y tiene unos ojos de encantó, pensé.

Tiene el cabello negro, de nariz fileña, ojos claros, delgado, altísimo, mide como 1.70, ¿y su sonrisa?, su sonrisa era hermosa, me encantó.

Después de ese incidente, nos encontrábamos casi todos los días en las clases de teatro, él me miraba, yo lo miraba, y algunas veces solo sonreíamos cuando chocábamos miradas y las apartábamos con pena.

Hubo un día en que no llegó a las clases, sinceramente yo lo estaba esperando en silencio y me hizo falta, ¿estaba algo mal? Supongo que sí, él no era un chico que le gustará faltar a clases, y siempre era muy puntual, deduje por lo que me habían contado o había escuchado algunas veces en los pasillos de la escuela.

Estaba lista para irme a casa cuando Abby, mi amiga, me llamó para encontrarnos en su casa, quería que le hiciera un favor, a cambio de comida, esas pequeñas ofertas no se pueden desperdiciar.

    
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—Buenasss, llegó lo más hermoso del mundo— grité tocando la puerta de la casa de Abby.

—Deja la puta bulla, siempre con el escándalo. Pasa— me regañó abriendo la puerta para que pudiera pasar, yo solo reí.

¿Ellos, él o yo? © [Darkness 0.1] En PausaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora