Capitulo 34

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Seremos un amor que se volverá una dolorosa cicatriz.

Alessa.

—Lamento tanto que estén dañando tu radiante alma—. Rompió el silencio.

Sus palabras me conmovieron y estallé en llanto.

—Estoy aquí, mí ángel —, me apretó más en sus brazos—, aquí estoy.

Esa sensación de que nada malo me va a suceder si estoy en sus brazos, me hace no querer separarme. Sin embargo estaba consciente del gran daño que le producía mí presencia. Soy un asco de persona, no merezco el amor tan puro que recibo de él.

Soy tan monstruo como todos esos hombres, quienes son culpables. Me niego a que conozca mí nueva yo, que conozca mí simpatía con la sangre, pero estoy condenada a compartir libertad o sangre, y después de todo acabar con la vida de alguien no es tan difícil.  Me obligaron a ser quien no deseaba ser y por miedo, no lo impedí, aunque francamente no podía hacer nada al respecto.

¿Alguna vez se han sentido tan miserable por culpa de otras personas?, ¿no han querido huir pero temen que salga mal?, ¿o que otras personas inocentes salgan heridas?, y al final solo soportan.

Sí soportar...

Soportar el peso del miedo.

Soportar personas que solo te dañan física y mentalmente.

Soportar voces que solo susurran lo insuficiente e ingenua que eres.

Soportando llevar una vida injusta.

Soportando el dolor, las cicatrices, la angustia, hasta el sueño.

El dolor es tan grande que se me dificulta respirar.

—Todo va estar bien—, habla Matthew nuevamente dejando escapar una que otra lágrima.

—S-sabemos realmente que nada lo estará —, suspiro— quiero escapar... he aprendido a convivir con dolor y ansiedad desde hace meses que ya he olvidado lo que se siente estar en paz y segura...

Un suspiro se le escapa y siento como se incorpora antes de tomar mi brazo y tirar de el en su dirección.

—Ven aquí— dice, de pronto, me encuentro sentada ahorcadas sobre sus piernas.

Mis brazos se envuelven alrededor de su cuello y mis dedos se deslizan entre su cabello. Él cierra sus ojos, esperando alguna aprobación para envolver sus brazos alrededor de mi cintura.
El silencio inunda la estancia, por poco tiempo.

—¿Lo sientes?—, Matt susurra en mí oído.

Me separo un poco de él para darle una mirada confusa.

—¿Sientes como late desenfrenadamente mí corazón?.

Sí, puedo sentir tus latidos, ¿Miedo o amor?.

—Sí—, le respondo.

Él me da una sonrisa y vuelvo a abrazarlo.

—Te amo, prometo liberarte...

Apreté un poco como respuesta.

«¡Sólo díselo!»

Tenía ganas de decirle cómo me sentía, de contarle todo lo que me había pasado, pero una vez más el miedo al rechazo fue más fuerte.

No me atrevía a alejarlo, aunque se que seria lo mejor para el.

Cada día ensayo un discurso que se que no podre pronunciar frente a el, tengo miedo de la reacción que Matthew  pueda tener. Me da mucho temor pensar en la forma tan violenta en la que puede actuar, y me aterroriza mas pensar que le puede pasar algo muy malo por mi culpa. 

¿Ellos, él o yo? © [Darkness 0.1] En PausaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora