¿Ellos, él o yo? © [Darkness 0.1] En Pausa

Capítulo 20

La vida se empeña en hacerme sufrir a diario, ¿pero que puedo yo opinar al respecto?.

La conocí así: llena de vida. Llena de sonrisas, de amor y ternura.

Su luz puede dar ganas de vivir. Con su sonrisa enamora hasta el alma más fría.
Está loca, muy loca, pero esa locura me emboba.

Muy dentro de ella hay temores y quizás miedos, pero por eso la admiro cada día, porque sabe vivir con ello.

Es un ángel, mi ángel.

Hay un miedo en mi corazón porque hace aproximadamente un día no sé de ella, y estoy tan desesperado por saber de ella que quizás esté exagerando.

Fui por ella a su casa y su mamá tampoco sabe nada, la vi tan despreocupada que estoy seguro que no tiene idea de lo que ocurre.

Acabo de llegar a la casa de su mejor amiga, Zulú.

-Hola, ¿Cómo estás, Zulú?.

-Muy bien, Matt, ¿y ese milagro?, ¿y Aless?- pregunta.

-La verdad quería saber si sabes algo de Aless. En estos últimos días la he notado un poco ausenté- pregunto nervioso.

-¿No sabes nada de Aless?- me pregunta con disimulo.

-No, pensé que quizás estaba aquí- le respondí -de echo su mamá me dijo que la podría encontrar aquí- agregué.

-La verdad no Matt, la última vez que hablé con ella fue hace 4 días y tuvimos una pequeña discusión- su rostro palidece -Su mamá me llamó, creí que estaba contigo y decidí cubrirla, como la mayoría de veces, además no quería preocupar a la señora, Alessa debe estar bien, quizás leyendo en algún lago o en el mar. - trata de tranquilizarme.

-Pero sabes que ella no es de salir sin avisar. Siento no está bien, algo le tuvo que haber pasado. No debí dejarla sola- refuto.

-No es el momento de buscar culpables, esperemos un poco más y si en tal caso no aparece hoy vamos a denunciar su desaparición- me dijo.

-Está bien, voy a buscarla un rato, chao.- me despido.

-Avísame de todo, por favor, cuídate.

Asentí.

Camino por la calles de la cuidad dibujando un autorretrato de ella, con la esperanza de encontrarla en algún rincón de esta enorme cuidad, recorro varios lugares, sin suerte alguna de su paradero, todo esto me esta dando mala espina sin embargo no dejo que la desesperación se apodere de mi mente, me mantengo sereno, aún con la esperanza de hallar información de ella.

Llegó dónde Marcella, su otra amiga y nada.

Seguí vagando por las calles de la cuidad, después de varios minutos caminando decido meterme por una calle un poco solitaria, ya que es el camino más rápido para llegar al otro extremo de la cuidad.