Royals [Draco Malfoy] traducción.

Capitulo Treinta Y Cuatro

POV DE LILITH

Draco y yo volvimos a Hogwarts, ya que ambos nos fuimos a mitad de curso. Una vez que llegué, hice lo posible por parecer normal, pero será una tarea difícil para mí.

"Lilith" escuché la voz de Hermione mientras corría hacia mí y me abrazaba. Le devolví el abrazo con gusto, porque extrañaba su inteligencia. Era mi amiga, mi mejor amiga se podría decir.

"¿Dónde has estado? Te fuiste sin decir nada" me preguntó y me sorprendió bastante que no supiera que al menos Thomas era mortífago. Los periódicos de estos días lo cubrían todo.

"Cosas de familia, ya sabes" lo dije con tristeza "Puede ser difícil con mi familia"

Ella asintió y me abrazó de nuevo: "Te he echado de menos. La próxima vez sólo dime si tienes que irte. Estaba más que preocupada" dijo y me sentí culpable por dejarla sin avisar: "Lo siento, Hermione" dije suavemente y le di una palmadita en la cabeza

"Draco también se fue así de débil. ¿Estaban juntos?" preguntó y yo me reí "Ya sabes cómo es, si una familia de sangre pura tiene un problema, la otra siempre está interfiriendo en él" le expliqué con sencillez y por suerte, esta respuesta fue suficiente para ella.

"Te veré en la cena" sonrió y se fue corriendo a un lugar donde tenía que estar.

Durante toda esta conversación mi brazo izquierdo latía, esta marca era una carga y siempre me recordaba que algo malo pasaría muy pronto y que la gente, que me importaba, me tendría miedo.

Fui corriendo a las mazmorras de Slytherin y había mucha gente en la sala común, pero yo buscaba a Draco.

No lo vi entre otras personas, así que me apresuré a los dormitorios de los chicos

"Hola, Adler. Pareces un cachorro perdido que busca a su dueño" oí la voz de Crabbe detrás de mí. Me detuve, confundida. ¿Qué demonios quería decir?

"Cállate, Crabbe" me limité a decir sin mirarle. "Para que sepas, nunca se preocupará por ti como tú quieres" continuó y me interesé por sus palabras. ¿Cuál era su problema?

"Crabbe" me giré, encarando al chico. "En todo este año no me has dicho ni una palabra. ¿Qué es lo que quieres?" Le pregunté y él se movió nerviosamente en su lugar

"Sólo estoy dando un consejo amistoso" dijo la cosa más floja que he escuchado. Y entonces me di cuenta. Le miré de nuevo, notando como se movía en su sitio, parecía nervioso. O estaba ocultando algo o...

"Pues gracias" me limité a decir y sin poner más pensamientos en él, me apresuré a la habitación de Draco, abriendo lentamente la puerta y asomándome al interior..

"¿Draco?" Susurré y me indicó que entrara.

No había ni una sola fuente de luz en la habitación. Las ventanas estaban cubiertas con cortinas, pero esta habitación seguía conteniendo el calor que me gustaba y lo más importante: su olor.

"¿Estás bien?" Le pregunté y él tarareó como respuesta. Me acerqué al sofá. Mis ojos se adaptaron a la oscuridad y descubrieron que estaba tumbado allí. ¿Se iba a dormir ya? Todavía no ha cenado.

Me senté en el suelo, frente a él "¿Estabas durmiendo?" Le pregunté y él volvió a tararear. Entonces me di cuenta de que tenía una tarea que hacer. No tenía ni idea de cuál era la tarea, pero sabía que el Señor Tenebroso seguramente ya le había dado una tarea. Y existía la posibilidad de que sólo pudiera hacerla por la noche, así que eso explicaría por qué estaba en el sofá, intentando dormir.

Oí su pesada respiración, sabiendo que estaba cansado. Estaba sentada frente a él, con los ojos cerrados, antes de levantarme de un salto y dirigirme a su cama sin caerme ni tropezarme con nada, y cogí la manta y volví hacia él, colocándole la funda, sentándome de nuevo en el suelo.

No se movió en absoluto, ni dijo nada, dejándome sola con mis pensamientos. Era doloroso darse cuenta de lo incomprendido que es Draco. Su comportamiento mezquino, intimidando a los demás venía de su padre. Él quería ser digno de su padre, pero su padre nunca lo verá así. Se ve obligado a hacer algo por un Señor Oscuro, lo que hará que todos lo odien ya que es un Mortífago.

Me duele saber que estaba destinado a estar solo.

Apoyé mi cabeza en su pecho, escuchando los tranquilos latidos de su corazón: "Estoy aquí para ti", susurré. Se lo he dicho muchas veces, y él había rechazado mi amistad muchas veces, pero sólo es una pobre alma que fue maltratada toda su vida.

Estoy aquí para él