Capitulo 15

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Han pasado unos días desde la cena y la tensión entre los matrimonios, estaba presente...

Naruto y Sakura decidieron renunciar, un poco, a su relación y prestarle más atención a sus familias, aunque esto no los ayudó mucho. Sus familias ya se habían acostumbrado a su falta, por lo que ahora parecían que sobraban.

Por su parte Sasuke y Hinata estaban algo incómodos por la reciente atención de sus parejas. El azabache por lo obvio, osea, él sabía la verdad. Ella por lo poco acostumbrada que estaba, por lo que se sentía incómoda. Pero cada unovtrataba de disimularlo frente a los pequeños, los cuales estaban felices por esto, pero aún así extrañaban estar en compañía de unos ojos perlas y negros, deseando volver a estar los cuatro juntos. Mas él que lo deseaba con más furor era Sasuke, que al ver, por primera vez, más cerca a sus sentimientos llegó a una conclusión, pero quería confirmarlo. Pero todo parecía estar en su contra, Sakura no se le despegaba, además de tener mucho trabajo, por lo que no podía ver a ciertas personas causandole estrés.

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Después de mucha lucha pudo librarse de su esposa, pero solo fue por el hecho de tener que comprar comida en el mercado. Pero su mala suerte se hacía presente otra vez, pues era sábado y todos los mercados estaban cerrados.

Que cagada.

Tomó la decisión de dirigirse a un mercado que seguramente iba a estar abierto, pero quedaba lejos de su casa.

"Todo con tal de no volver temprano"

Pensó para luego seguir manejando.

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Una vez se llegó, se adentró en la tienda más grande con un carrito y comenzó las compras.

Iba de pasillo en pasillo, revisando todo y comprando solo lo necesario, y uno que otro gusto para su sol.

Durante está caminata en el supermercado el azabache divisó a una chica, con el cabello muy parecido a Hinata, por lo que no pudo evitar pensar en ella, en sus gestos, su voz, su actitud... Su todo. Era un hecho que había estado sospechando sobre sus sentimientos, pero al ver la posibilidad de que ella esté cerca, su actitud cambio completamente. Parecía como si no la hubiera visto en años y su interior rogaba tal encuentro.

Eso no pasaba con una simple amiga ¿Verdad?

Cosas así habían varias y sentimientos que solo se explicaban de una manera. Manera que todavía no quería aceptar... Lo había dicho/pensado varias veces, él no empezó esto para encariñarse con alguien, lo hizo para vengarse, para hacer sufrir a dos personas y ahora estaba así, entre dudas y negaciones, tratando de negar algo que le parecía estúpidamente obvio. Aunque si había cosas que podía admitir en voz alta, como lo era su cariño por madre e hijo, mas no aceptaría que, por ejemplo, a Boruto lo había empezado a ver con unos ojos de padre.

El pequeño era un encanto andante y él simplemente se encariño con el pequeño. En su interior sabía que lo empezaba a querer como si fuera Sarada. Pasó poco tiempo, él lo sabía, pero aquel par de Uzumakis lo habían cautivado de diferentes maneras y a veces se asustaba del cariño que les podría tener si seguía con ellos, pero la posibilidad de tenerlos lejos le asustaba más, incluso lo lastimaba.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando otro carrito choco con el suyo.

_¿Estás ciega?

Estaba molesto y su voz lo demostraba, pero se arrepintió al ver quién era.

_Lo lamento mucho

La joven levantó la cara quedando sorprendida al ver al azabache.

_Sasuke... Lamento haberte chocado

¿Era el destino?

¿Casualidad?

¿Hilo rojo?

¿Suerte?

¿MALA suerte?

No lo sabía, pero delante suyo estaba la causante de tantas dudas y la había tratado mal.

"Pero que estúpido que soy"

Pensó y luego habló.

_No fue nada... Siento haber sido tan brusco

_No fue nada

Y ella le sonrió con su hermosa sonrisa... Sus latidos se volvieron locos.

_¿Estás haciendo unas compras?

Y se golpeó mentalmente ¿Qué haría sino en el mercado?

_Si... ¿Quiere que las háganos juntos?

Y solo movió la cabeza en afirmación.

Se sintió tonto y torpe, pero ella lo volvía así.

Pero bueno, así comenzaron una caminata junto a sus charlas relajadas, teniendo una agradable atmósfera como siempre, aunque, ahora no habían niños.

_¿Y cómo ha estado?

Ella lo miró, mientras que él agarraba latas de atún.

_Bien... Un poco ocupado, pero bien ¿Tú?

Él la miró de reojo y ella revisaba algunas latas.

_También estuve algo ocupada, pero estoy bien.

La peliazul estaba debatiendo entre dos latas y él la seguía mirando de soslayo.

_¿Cuál dice que es mejor?

Y lo miro.

El Uchiha ignoró la pregunta y se puso frente a ella, quedando frente a frente mirándose.

¿Distancia personal? ¿Que es eso?

Ambos corazones estaban alteradospor la cercanía, pero estaban encantados de poder estar en presencia del otro, al que habían extrañado y poder obsérvalo tan descaradamente; porque si, Hinata lo había observado en secreto algunas veces, obvio, cuando el Uchiha no miraba y bueno el Uchiha aprovechaba toda oportunidad que tenía.

_Esta es mejor

Dijo y rompió el momento, agarrando una lata y mirando hacia otro lado fingiendo que buscaba otra cosa. Mientras que el pobre corazoncito de Hinata se trataba de calmar. Solo fue una mirada, pero había movido todo dentro de ella... Y de él. Ambos fingieron que nada pasó y siguieron con las compras.

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[...]
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Estaban ya en la puerta de la tienda, era la hora de despedirse, pero ninguno quería hacerlo, por lo que solo estaban ahí, parados, en un costado, mirando hacia adelante, sintiendo la presencia del otro.

El ambiente seguía siendo cálido, pero algo había cambiado y los dos se daban cuenta, pero no entendían que era ese "algo", pero a ninguno de le desagradaba... Tal vez y ese "algo" era la cercanía, cada vez más presente entre ellos, mezclada con latidos del corazón.

Pero nada es perfecto, el tiempo pasaba y ellos tenían que volver a sus hogares, por lo que era hora de despedirse.

_Bueno, me gustó verlo

Decía una ojiluna un poco sonrojada, que no sabía que esa frase movía el interior del azabache delante suyo, pero siendo totalmente sincera con ella misma.

_Digo lo mismo

Ambos se miraron, ninguno quería decir "adiós", por lo que solo se sonrieron y sin necesidad de palabras, se alejaron.

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[...]
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Sasuke ya estaba de camino a su casa, solo le faltaban unas cuadras.

Nada había cambiado, todo era igual, seguía manejando a la misma casa, con el mismo auto y al llegar iba a ver a las mismas personas; su trabajo era el mismo, su familia igual. Todo era igual, pero algo dentro de él revoloteaba dándole sensaciones de cambio. Lo sabíaby estaba seguro, ahora lo podía decir fuerte y claro.

_Me gusta Hinata

Sonrió...

La Familia del Otro ˢᵃˢᵘʰⁱⁿᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora