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Narrador

Un par de policías caminaron firmemente hacia el hotel que previamente les indicaron. En cuanto terminaron la llamada con el agente Stabler, encargado del caso Hudgens, salieron a confirmar las sospechas de este. En realidad Dinozzo y McGuee, los agentes de Los Ángeles, habían dejado a un lado la persecución de la magnate Vanessa Hudgens. Asumieron que había dejado la ciudad, incluso el país, pero esa llamada con Stabler los puso alerta de nuevo, pues tenían pruebas de que seguía ahí y que se había reunido con su socia Ashley Tisdale, la que sorprendentemente estaba muerta. Según su llamada, la fallecida llevaba entre sus cosas regalos para la familia de Vanessa y el origen de estos era la tienda frente al hotel donde, de acuerdo a su historial bancario, se había hospedado en California.

Así que, con esa información, fueron directo al hotel esperanzados de poder ayudar a atrapar a Hudgens pues odiaban que la gente rica se saliera con la suya. Al llegar al hotel se sorprendieron, pues no era muy elegante como los acostumbraría Ashley y desde ahí comenzaron las sospechas.

—Buenas tardes, ¿podemos hablar con el gerente del hotel?—preguntó McGuee en recepción.

—Somos agentes del FBI—completó Dinozzo.

—Ella no se encuentra, pero ¿les puedo ayudar en algo?—respondió una chica, un tanto asustada al ver la placa.

Los agentes se miraron y asintieron con al cabeza.

—Creemos que una chica se hospedó con ustedes la semana pasada y necesitamos hacerle unas preguntas.

—Mucha gente pasa a diario por esta recepción, sería imposible reconocerlos a todos.

McGuee sacó de un folder una foto de Ashley.

—Ah, sí, la recuerdo, pero mi compañero Corbin podría darles más información. Él fue quién la atendió, es el moreno que está por allá.

—Muchas gracias, señorita.

Se dirigieron al otro lado de la recepción y, siguiendo el protocolo, le hicieron la misma pregunta al joven que los miraba nervioso.

—Sí, yo la registré—confirmó al ver la foto y tragó saliva—¿Qué pasa con ella?

—Murió el fin de semana.

La respiración comenzó a faltarle al escuchar eso. Apenas tenía una semana de verla y no podía creer lo que los agentes le decían.

—Ahora le mostraré otra foto y necesito que me diga si en algún momento vio a esta mujer.

Sacó otra foto, ahora era Vanessa la que sonreía en la imagen.

—¿La ubica?

Corbin miró la foto y luego a ellos para asentir con la cabeza?

—Vino a verla un día antes de su salida, dijo que se llamaba Anne.

—¡Bingo!—expresó Dinozzo—Stabler tiene razón, sigue aquí.

—¿Puedo saber por qué la buscan?—preguntó Corbin angustiado de que su amiga estuviera en medio de algo malo.

—Es una delincuente peligrosa, amigo. Lavó millones de dólares en su empresa y ahora está implicada en el asesinato de esta mujer—señaló la foto de Ashley—que además de ser su socia, era su mejor amiga. Pero hoy nos has ayudado mucho al saber que sigue aquí, ahora nos toca seguir buscando dónde se esconde. Te lo agradecemos mucho Corbin.

Cuando te encontréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora