Cuando te encontré

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Poco a poco me voy acercando a ti.

Narra Vanessa

Las carrozas funebre rodeaban la fuente en la entrada de nuestra mansión.

Era el último día que el cuerpo de mi padre estaría completo puesto que pasando el velorio iniciaría el proceso de la cremación.

Miraba todo desde la ventana que solía ser mi habitación cuando aún vivía con mis papás. Cosa que había dejado de hacer desde hacia 3 años.

Sabía que una vez pasando el duelo tenía que ponerme al día con la empresa ahora yo como Presidente. Siempre había sido el plan de papá, que yo fuera la heredera, debido a que Stella prefería disfrutar de su mensualidad y viajar por el mundo.

Yo ni siquiera recuerdo haber elegido, después de estudiar gastronomía me integré al área financiera de la empresa y comencé a prepararme para lo que ahora, sin mi padre, me esperaba.

-Vanessa, es hora- dijo Dolores, mi nana, desde la puerta.

-Ya bajo.

Me miré al espejo antes de salir del cuarto. Mi cabello negro y piel bronceada quedaban a tono con mi atuendo de luto.

Respiré, tratando de tomar fuerzas para afrontar lo que seguía; agradecer a los invitados por su presencia, asentir cuando me dieran sus condolencias y escuchar lo mucho que apreciaban a mi padre aún sabiendo perfectamente que la mitad de ellos no hablaban con él en años. Lidiaría unas horas con eso y después lloraría sola en mi departamento.

Salí de mi habitación y me detuve un momento en el descanso. Observé a toda esa gente, no sabía cuantos eran, más de 800 seguro y seguían entrando.

Comencé a bajar por las escaleras de caracol pero no pude pisar el último escalón, ya que sin esperarlo una mano interceptó mi brazo.

-¿Qué pasa?- le pregunté a Ashley, mi amiga de toda la vida e hija de los socios de papás.

No dijo nada mientras me guiaba de nuevo a mi habitación, pero parecía muy agitada.

-Vanessa, escúchame-dijo al estar solas-habló Austin, están haciendo una auditoría en la empresa.

-Ashley, ¿si te das cuenta que estamos en el funeral de mi padre? Que hagan lo que quieran....

-Dice Austin que las cosas están mal, que tú padre no tenía todo en orden. Están hablando de lavado de dólares.

-¿De qué demonios estás hablando, Ashley? Yo llevaba el area financiera...

-por eso mismo están preguntando por ti.

No entendía lo que estaba diciendo y solo podía ver mi rostro reflejado en sus ojos preocupados.

Nuestra conversación se vio interrumpida por el abrir de la puerta.

-Vanessa, tu madre te esta buscando-dijo Selena, otra de mis grandes amigas.

Sacudí la cabeza.

-Vamos, Ashley está diciendo estupideces.