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Qué voy a hacer si de veras te quiero, ya te adoré y olvidarte no puedo.

Narra Vanessa

—¿Te llamas Vanessa?

Escuché la pregunta y me quedé petrificada. El aire se me había salido de los pulmones y en las manos sentí un hormigueó inusual. Ya no tenía control de mis piernas y mi corazón había empezado a correr aceleradamente.

—Contéstame, carajo—insistió dando un golpe en la puerta—¿Quién diablos eres tú?

Intenté hablar, pero de mis labios solo logró salir un suspiro sin aliento.

—Bien, iré a la policía en este momento.

—No, Miley, espera—le grité en cuanto se giró para salir—déjame explicarte.

Quedó nuevamente frente a mí, estaba molesta, pero si estaba ahí era porque aún no me había delatado lo que significaba que estaba dispuesta a darme una oportunidad.

—No sé quién seas, pero lárgate ahora mismo antes de que te entregue a la policía. Aléjate de mí, del bar y sobre todo de Zac.

—Por favor, dame una oportunidad—supliqué con voz quebrada—no sé de qué te enteraste, pero te juro por mi madre que no es verdad.

Se quedó callada por unos segundos moviendo los labios, con los ojos llenos de irá que parecían a punto de ponerse a llorar de coraje. Negó con la cabeza y se metió al cuarto azotando la puerta.

De la mochila roja que colgaba de su hombro sacó unos papeles con fotografías.  Aventó a la cama uno de ellos donde venía foto mientras que alineó los otros. Se aclaró la garganta y comenzó a leer.

Después de casi un mes de su fuga, seguimos en búsqueda de la empresaria Vanessa Anne Hudgens, acusada de financiar becas de estudio con dinero ilegal, que en su posición de Vicepresidenta Financiera y heredera de la empresa H&T, ha firmado para el lavado de millones de dólares.

Me miró y yo no pude hacer más que quedarme cruzada de brazos en la cama con los ojos ya llenos de lágrimas.

Lo ultimo que se ha sabido de ella, por los movimientos en sus tarjetas, es que está en Los Ángeles—continuó—Sin duda, esta mujer no ha podido renunciar a sus privilegios debido a que los cargos realizados fueron en hoteles de Bervery Hills y poco después en tiendas de electrodomésticos y de ropa dentro de la misma zona.

Me culpé por no haber cancelado las tarjetas el mismo día del asalto, pero estaba más preocupada en mi vida que en mis finanzas.

Me miró esperando una respuesta, pero al ver que no lo hice, retomó la lectura.

Mientras la señorita Hudgens se da la gran vida en el lado poniente del país, su socia y amiga Ashley Tisdale se encuentra en el reclusorio de mujeres esperando una resolución a su caso siendo respaldada por el abogado de la empresa, Austin Butler.

Aventó los papeles, los que vi volar en desorden por toda la habitación.

—Eso es mentira—dije finalmente.

—¿No eres Vanessa Anne Hudgens la heredera de H&T? —alzó una ceja—entonces es tu Doppelgänger, porque es igualita a ti, incluso mira tiene esa H con piedras brillantes que tú tenías el día que te conocimos.

Cuando te encontréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora