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Narra Vanessa

Desperté emocionada por lo que aguardaba mi día, después de mucho tiempo dormí profundamente y por muchas horas seguidas. De hecho, ya era un poco tarde para ir a recoger a Zac. Así que me bañé rápidamente, le di un beso en la mejilla a Ashley y corrí hacia la calle para tomar el bus que me acercaría al metro que después me dirigía a Zac.

Conté mis monedas mientras esperaba en la parada del autobús, para mi mala suerte tardó más de lo normal por lo que empecé a girar sobre mis talones desesperada, de repente me detuve al ver una imagen conocida en la primera página de un periódico que se encontraba en el puesto de periódico detrás de mí.

—No es verdad—me llevé las manos a la boca horrorizada de lo que acababa de leer.

Arranqué el periódico de su posición ganándome una reclamación por parte del vendedor.

—Tiene que pagarlo, señorita.

Le di las monedas que me quedaban y me alejé del autobús que acababa de llegar.

"Empresaria Ashley Tisdale muere en accidente automovilístico"

Era la frase que encabezaba la página principal y la acompañaba una foto de hacia meses pero que parecían años.

Perdí el equilibrio, caminé hacia atrás y miré el autobús, que esperaba, partir. Crucé la calle rápidamente sin esperar a que el semáforo estuviera en rojo y me gané las maldiciones de los conductores que iban acompañadas del sonido de sus cláxones.

Tomé la ruta a la universidad, me sujeté fuertemente del asiento de enfrente el autobús y bajé la cabeza para vomitar en el piso. La gente a mi alrededor me miró con disgusto a pesar de que sólo saqué bilis. No esperé a llegar a mi destino, necesitaba aire aunque era muy probable que me desmayara en el camino. Afortunadamente no fue así, llegué a la puerta de donde varios jóvenes salían alegremente, pero ese no era el caso de Miley, que en cuanto se encontró conmigo aceleró su paso para abrazarme y ante la cercanía de su piel pude percibir que la mía estaba helada.

—Lo siento mucho—susurró—vamos a un lugar más seguro.

La dejé guiarme pues yo no tuve noción del tiempo y el espacio hasta que nos sentamos en lo que parecía una cafetería y me obligó a tomar un té caliente. Esperé a que mis manos dejaran de temblar para poder hablar.

—¿Cómo lo supiste?—pregunté después de varios minutos de silencio.

Miley suspiró y sacó una hoja arrugada de su mochila.

—No sé si sea buena idea que veas esto...

Su advertencia había llegado tarde, ya tenía el papel sobre mis manos y no podía creer lo que venía en él. Leí tres veces para poder hacerme a la idea de que eso era real, pero entre más leía menos entendía. Era un correo de Austin, acusándome del los problemas financieros de la empresa y avisándome que Ashley había muerto en un accidente, prácticamente me culpaba de todo, me suplicaba que por amor a todos volviera a entregarme y me pedía que me comunicara con él.

Rompí el papel en pedacitos para después sujetarme el estómago, estuché a Miley pedir otro té caliente y sólo vi cuando retiraron mi taza vacía.

—Me atreví a abrir tu correo y eso fue lo que encontré. ¿Qué crees que sea?

—Un correo más culpándome de todo por si la policía los interfiere.

Observé a Miley que  no dejaba de mirar el papel en trizas y luego a mí.

—¿Crees que Ashley le haya contado?

Cuando te encontréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora