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Narra Vanessa

La mezcla de olores más el alto grado de alcohol en mi cuerpo me hicieron salir del lugar para sostenerme de un poste y vomitar. Seguía doblada viendo el peso cuando unas manos me sostuvieron.

—Ay, Gabriella,  ¿Qué te pasó?

Giré mi rostro para ver quien se compadecía de mi, aunque lo sabía de sobra.

—Hay que llevarla a su casa—sugirió Nick preocupado.

—Pero sí mi casa está aquí—balbuceé y señalé el viejo edificio.

Miley intentó llevarme pero me moví para quitarle el brazo.

—Gabriella, por favor...—insistió Miley.

—Miley, ya deja ese jueguito. Gabriella no existe, murió ayer y ya no hay razón para seguir con ese juego.

Sus brazos me rodearon y su boca quedó exactamente en mi oído.

—Cállate, estúpida—susurró.

La alejé y vi que Nick nos miraba confundido.

—Ah, ¿no se lo has dicho? Muy mal, Miley, si quieres que su relación funcione tienes que decirle la verdad.

—No la escuches—pidió alterada y volvió a tomarme del brazo para arrastrarme.

—Miley, que dejes de jalarme—exigí.

—¿Qué está pasando aquí?—preguntó sin dejar de mirarnos—¿De qué habla Gabriella?

—No, no Gabriella no—me adelanté a responder en cuanto vi que Miley abrió la boca—Nick, me presento ante ti, soy Vanessa Anne Hudgens, empresaria multimillonaria. ¿Conoces la empresa H&T? Soy la dueña, googleame y verás que tengo casas en todo el mundo. Ah, pero también verás que me busca la policía por lavado de dólares, desvío de fondos y, desde hace una semana también por implicación en el asesinato de mi socia y mejor amiga.  ¿Se me olvida algo Miley?

El chico se hizo para atrás sorprendido ante mi respuesta, miró a Miley que tenía su cara cubierta con las manos y luego a mí que tenía una sonrisa en mi boca.

—¿Tú sabías esto?

—¿Ella? Si me ha ayudado siempre, claro es la única que lo sabía y fue mi cómplice para mentirle a Zac, a ti, a Camila, y a todos.

La mencionada echó su cabeza para atrás y sentí alivio de haber logrado mi cometido de que ahora Miley se preocupara de su relación con Nick y a mí me dejara ahogarme en mis problemas sola, como debería de estar. Aproveché que él la miró para irme a mi casa, no sin antes comprar otra botella de alcohol barato.

Narra Miley

—No puedo creerlo, Miley—alegó Nick—metiste a una criminal a nuestras vidas, a la de Zac, que era como tu hermano, dejaste que te involucrara con nosotros. ¿Cómo fuiste capaz?

Las lágrimas inundaban mis ojos. Estúpida Vanessa, yo iba a matarla si no la encontraba la policía antes.

—Nick, las cosas no son cómo parecen...

—¿Ella no se llama Vanessa?

—Sí, pero...

—¿No está implicada en un asesinato?

—Sí, pero...

—¿No sabías tú todo?

—Sí, pero...

Cuando te encontréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora