28/10/2020 — Quemado.
Los ojos de Temari se perdían en el intenso azul del firmamento, lamentándose que la contaminación haya ocultado gran parte de las estrellas que observaba cuando niña. Sus pensamientos no dejaban de dar vueltas, ¿por qué Shikamaru le había hablado de esa forma? Lo recordó en su juventud, diciéndole que nunca perdería contra una mujer; recordó cómo le había sacado esa fachada machista a golpes; también recordó que hubo besos, varios a decir verdad. Esos juegos de niños que de juegos no tenían nada, porque ambos sabían bien cuáles eran sus sentimientos.
Sus pulmones se vieron invadidos por el humo del cigarrillo que estaba fumando. Un nauseabundo olor a quemado inundó el ambiente. Odiaba ser expuesta a situaciones tan estresantes que la orillaban a recurrir a ellos... Malditos cigarrillos y su maldita efectividad si de calmar nervios se trataba.
Tras ella, la puerta del balcón se abrió. Petrificada se quedó al divisar a Shikamaru, con los cabellos sueltos y esa mirada rasgada que le provocaba un enjambre de mariposas en su interior. Quería vomitarlas para que la dejaran en paz.
─Discúlpame, no sabía que te encontrabas aquí ─Las palabras salieron automáticamente de su boca, su cerebro estaba muy ocupado analizando la imagen que recibía: jamás había visto a la rubia fumar. Se conocían desde niños, así que eso era decir mucho.
─Está bien, ya estaba por marcharme ─aseguró, dándose media vuelta, intentando huir de él.
─No, quédate ─El corazón de Temari se llenó de paz al escuchar aquello. Shikamaru sacó el encendedor que su profesor Asuma le había regalado al cumplir la mayoría de edad, y prendió el cigarro que llevaba en la boca─. No sabía que fumabas ─su intento por mantenerse distante fracasó, estaba demasiado intrigado.
─Solo cuando la situación lo amerita ─respondió, dando otra calada y arrojando el humo en dirección al cielo─. En otras palabras, cuando los nervios me están consumiendo viva ─¿Había sonado vulnerable? Seguramente. ¿Le importaba? En lo más mínimo. Ella siempre se sintió así, vulnerable junta a él, y ya no se preocupaba por esconderlo.
─Deberíamos hablar de lo que ocurrió hoy ─soltó de repente, aunque ambos bien sabían que era momento. En síntesis, la situación no fue demasiado compleja: Shikamaru había salido a una misión secreta para recuperar unos discos duros que contenían información de vital relevancia para la agencia en la que trabajaban. Temari hizo algo similar, solo que en vez de recuperar aparatos de almacenamiento, ella logró secuestrar a Hidan, un cafisho perteneciente a la mafia Akatsuki. El menor no había dudado en regañarla una vez que se enteró, pues se había arriesgado demasiado, y eso había enfurecido a la fémina.
─No pienso recriminar que te hayas ido a una misión en solitario sin avisarme. Eso sería hipócrita de mi parte dado que yo hice lo propio... Sin embargo, el problema es otro. Me dolió que no me apoyaras, ¿sabes que ahora tenemos una gran oportunidad frente a nosotros? ¡Debemos destruir a Akatsuki! Y ese hombre que traje como rehén podría ser la clave ─con cada segundo que pasaba, el rostro de la rubia reflejaba más y más rabia. Shikamaru tragó duro, no le gustaba el rumbo que estaba tomando la conversación.
─Estoy orgullosa de ti ─le dijo sin más, tomándola por sorpresa─. Pero también estaba muy preocupado. Eres consciente de que hiciste algo en extremo peligroso, ¿verdad? ─Ella lo entendía, más tenía un punto de vista algo más radical.
─Nos entrenaron para esto, Shikamaru. Debemos hacer lo que haga falta para cumplir con nuestra misión, no temo morir si con eso puedo devolverle a la Agencia todo lo que hicieron por mí ─El azabache sintió la necesidad de recriminarle pero, ¿sería justo? En retrospectiva, él había hecho lo mismo. Le era tortuoso saber que se parecían tanto, y al mismo tiempo eran tan distintos. Aborrecía que no existiera una palabra para describirlos: si no eran almas gemelas ni polos opuestos, ¿entonces qué eran?
─Si no estuviéramos en una relación... no me hubiera visto obligada a ocultarte lo que pensaba hacer ─la expresión de desgano que el menor siempre llevaba cambió abruptamente cuando la escuchó proferir aquello. Había visto las telenovelas suficientes para saber que, después de un comentario semejante, una ruptura era inminente. No quería eso, no para él y Temari.
─Prometo jamás volver a esconderte algo, a cambio de que tú me prometas lo mismo ─extendió su dedo meñique en dirección a ella, ocasionándole una sonrisa sincera casi involuntaria. El Nara no era ningún idiota, sabía muy bien lo que hacía. Con ese gesto trajo a colación un recuerdo lejano, una memoria de su pasado, apelando al lado sensible de su compañera.
Había pasado hacía mucho tiempo ya. Temari y sus hermanos habían sido rescatados de las calles por los miembros de mayor rango en la Agencia. Eran huérfanos y ellos les dieron un lugar en donde habitar a cambio de poder entrenarlos para volverlos agentes implacables. La fémina había aceptado gustosa el "Sabaku No" como su nuevo apellido, dado que su identidad debía de ser renovada, pero dentro de ella sabía que no llevaba la carga emotiva que los apellidos comúnmente portaban. En su caso, no había un lazo que se trasmitiera de generación en generación para que su legado perdure en el tiempo.
Shikamaru la encontró, llorando desconsoladamente sobre la cama, intentando silenciar sus sollozos al ocultar su rostro en la almohada. Se acercó angustiado, quería saber qué la acongojaba de tal manera. Tras oír atentamente su explicación, sonrió con ternura. "No debes preocuparte por eso. Podemos casarnos en el futuro, así tendrás un apellido y una familia verdadera", esa fue la respuesta que el niño le dio. Ambos juntaron sus meñiques, firmando un pacto que, para infantes de tan solo seis y nueve años, era inquebrantable.
─No puedo creer que recuerdes aquello ─respondió algo apenada, mas haciendo que sus dedos volvieran a encontrarse. Estaba de acuerdo con esa nueva promesa.
─Por supuesto que lo recuerdo. Un hombre nunca falta a su palabra ─mientras ella le daba una última calada a su cigarrillo, él se acercó para abrazarla por la cintura─. Y todavía la mantengo, futura Temari Nara ─Besó sus labios antes de que pudiera siquiera abrirlos. Fue un ósculo poco duradero, pero necesario.
Cuando se separaron, la mayor exhaló y quedó extrañada al ver que no salía humo por ninguno de sus orificios faciales. Por el contrario, el joven abrió su boca, eliminando el humo que le había robado a su amada.
─Evidentemente, en cuanto a cigarrillos refiere, te llevo algún que otro paso por delante ─espetó con soberbia fingida, haciendo lo que fuera necesario para dejar atrás la tensión de hace unos instantes.
─No alardees, niño. No me gustan los engreídos ─el asomo de sus dientes perlados debido a la medialuna que sus labios formaron, contrariaba sus palabras. Era evidente que estaba loca por él, y viceversa. Ellos no eran almas gemelas ni polos opuestos, porque no necesitaban serlo; eran Shikamaru y Temari, se amaban con locura y ya, ¿qué más podían pedir?
ESTÁS LEYENDO
Writetober ─ Shikatema
FanfictionUna serie de one-shots basados en la pareja de Shikamaru Nara y Sabaku No Temari. La lista que voy a usar es la de @EnkWithMigraine, les dejo el link de su Twitter https://twitter.com/EnkWithMigraine?s=09