Una serie de one-shots basados en la pareja de Shikamaru Nara y Sabaku No Temari.
La lista que voy a usar es la de @EnkWithMigraine, les dejo el link de su Twitter https://twitter.com/EnkWithMigraine?s=09
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15/10/2020 — Títere. (Continuación del día 13)
El calor agobiante del desierto lo estaba sofocando, creía que en cualquier momento podría desmayarse, pero no quería realizar ningún tipo de parada estratégica para recuperar energías. La razón era sencilla, la tormenta de arena que había azotado a Sunagakure el día anterior ya los había retrasado lo suficiente, y perder el tiempo era un lujo que los ninjas no podían tomarse.
Shikamaru sabía que no eran únicamente las condiciones áridas del clima lo que lo estaban sofocando, era también el nudo que sentía en el pecho desde la última vez que la vio. ¿Con el permiso de quién se había atrevido a plagar sus pensamientos con su presencia? Ni siquiera podía hacer su actividad más preciada: dormir, porque siempre estaba tomando el protagonismo en sus sueños.
─¿Qué pasa, Shikamaru? Estás más distraído que de costumbre ─preguntó Chouji preocupado, apenas si había hablando en los tres días que duró el viaje, y cuando se dirigían a él se daban cuenta de que no estaba siguiendo el hilo de la conversación.
─Nada, es solo que esta misión es un fastidio ─dijo para desviar la atención de él. No era cierto, la misión no era un fastidio en sí misma, tener que ver a la rubia ciertamente lo era.
─No le hagas caso, Chouji, es obvio que el problema es Temari ─el azabache le dedicó una mirada asesina, ¿cómo era posible que su amiga lo supiera todo?─. Así que habla, Shikamaru, ¿qué es lo que ocurrió con ella?
Qué no había pasado con ella era una mejor pregunta. Lo último que recordaba era estar acompañándola a su habitación de hotel, y en un abrir y cerrar de ojos estaban besándose desenfrenadamente sobre el colchón. Aunque habían decidido dejar la situación como un encuentro casual que no tenía porqué intervenir en su relación profesional, él simplemente no podía dejar pasar el asunto.
─Absolutamente nada pasó con Temari, deja de leer tantas novelas, están comenzando a afectar tu percepción de la vida ─sabía que no era prudente molestar a la rubia, con solo una posición de manos podría acceder hasta sus más oscuros pensamientos y apreciar aquello que lo tenía tan absorto de la realidad.
─Deberías averiguame que clase de flores le gustan, definitivamente su personalidad combina con los girasoles, aunque quizás por haber vivido toda su vida en el desierto prefiera unas malvillas ─Cuando Ino comenzaba a hablar de flores, no había nada capaz de hacerla detenerse. Sus dos compañeros de equipo entendían lo imprinate que era para ella el significado de las mismas, pero no eran capaces de llevarle el ritmo.
─Ino, no voy a regalarle flores a Temari... ─respondió con su cansina voz habitual, pero no pudo evitar pensar en que seguramente los girasoles irían mejor con su personalidad.
─Lo mejor es que prepares una atmósfera romántica, no tiene que ser la gran cosa porque recién están empezando a frecuentarse, pero debes dejar de ser un holgazan para invitarla a comer o algo por el estilo. Debes asegurarte de llevarla a un lugar en el cual sirvan su platillo favorito ─seguía explicándole, ignorando sus comentarios. El Nara no podía creer lo que le estaba pasando, ya no tendría forma de detener a la Yamanaka.
─Una buena cena indudablemente es la mejor opción ─aseguró Chouji, quien siempre tenía algo que acotar cuando de comida se trataba.
─Ahora bien, si quieres tener un acercamiento más íntimo ─el tono sugerente que utilizó para decir aquella última palabra lo heló, ¿podía Ino saber todo lo que había tenido lugar entre él y la embajadora de la arena?─, lo mejor sería ofrecerte a hacerle un masaje. Te lo aseguro, es la excusa perfecta para ir aumentando el contacto... Y el resto te lo dejo a ti, porque me da escozor imaginarte en ese tipo de situaciones.
Fue ahí que se percató de que ella no estaba al tanto de nada, sino todo lo contrario; lo veía como alguien incapaz de hacer ese tiempo de acercamientos hacia Temari por su cuenta, y estaba buscando ayudarle.
─De cualquier manera, lo primordial sería que hables con ella y esclarezcan las posturas, para no generar discusiones o malentendidos ─Eso era, a oídos del mayor, lo más sensato que había dicho hasta el momento.
De pronto se sintió como un títere, completamente incapaz de manejar sus pensamientos, emociones o acciones. Sentía esa necesidad imperiosa de devorar sus labios hasta saciarse, pero también podía verse a sí mismo pasando una agradable tarde de descanso y relajación en su compañía.
¿Acaso aquello que sentía era un enamoramiento? Jamás había experimentado algo así, por lo que no había forma de que pudiera confirmarlo. La condenada princesa de Sunagakure parecía haberlo hechizado, por lo que una única meta se formaba en su mente: debía hablar con Sabaku No Temari lo antes posible.