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20/10/2020 — Arpón

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20/10/2020 — Arpón

Estúpida, eso es lo que era; una completa estúpida sin remedio. No podía dejar de recriminarse por haber sido tan inocente, tan idiota. ¿Cómo iba a enamorarse de ese vago llorón? Eso era algo tan impropio de ella que hasta causaba risa. Sí, se reía de ello; se reía hasta que se dio cuenta de que Shikamaru no era el hombre que ella creía; se reía hasta que ese ninja de pacotilla tuvo el atrevimiento de romper su corazón.

Bueno, no lo había hecho de forma directa, más bien escuchó sin querer una conversación que estaba teniendo con su amigo, Chouji. Ella debía ir a Konoha por motivos referentes a la Alianza Shinobi, la cual recién estaba afianzando la paz a escala internacional. La necesidad que sentía de encontrarse de nuevo con el Nara la habían llevado a acelerar su marcha, acortando el tiempo del viaje.

Sintió su chakra a la distancia, por lo que decidió esperar a que estuviera solo para sorprenderlo. No tuvo la intención de escuchar su plática, no era de esas mujeres que buscaban meterse en la intimidad de sus parejas, pero fue inevitable no oírla teniendo en cuenta la distancia a la que estaban. 

La conversación era amena, alegre, demostraba que se trataba de amigos de toda la vida, que se conocían a la perfección, y que se tenían gran confianza. Fue entonces que el miembro del clan Akimichi realizó la pregunta que desataría la catástrofe: “¿Cómo van las cosas entre tu mejor amiga y tú?”. La mayor parpadeó con rapidez, intentando procesar la información que acababa de recibir.

Prefirió esperar antes de sacar conclusiones apresuradas, debía haber una explicación racional. Shikamaru soltó una risa leve para luego decir que lo traía loco de amor, como siempre. Sintió nauseas, no solo por lo meloso del comentario, sino porque no podía dar crédito de lo que escuchaba. ¿Podría el hombre que le había jurado amor eterno estar engañándola con Ino? Todo parecía indicar que sí.

El ardor en su pecho fue similar al dolor que le proporcionaría ser atravesada por un arpón. Bueno, de cierta forma, las palabras de su novio fueron una especie de arpón. Tan enamorado que se lo veía de ella, haciéndola desfilar de la mano durante la ceremonia de la boda de Naruto y Hinata. También sentía cierta traición por parte de la Yamanaka, ella la había ayudado a prepararse para cada una de sus citas con el Nara, ¿y ahora le salían con esto?

Lo mataría, debía golpearlo hasta el hartazgo por ser tan imbécil, tan asquerosamente macho. Sabía que contaba con la fuerza para mandarlo al hospital por unas cuantas semanas, pero, no tenía la voluntad necesaria para hacerlo. Se desconoció a si misma cuando, en lugar de enojo, sintió una tristeza y decepción abrumadoras.

Hizo lo que jamás había hecho, huyó ante la adversidad. Su vista se cristalizó y dio un respingo profundo para contener las lágrimas en sus ojos, lográndolo con parcial eficacia. Sin percatarse corrió en dirección a la salida de la Aldea de la Hoja, lugar exacto en el que se encontraría con el menor. No supo cómo hizo para llegar antes que ella, supuso que se había desviado por andar perdida en sus pensamientos, lo que la llevó a tomar un camino más largo.

─Temari, al fin te encuentro ─¿Cómo podía hablarle en ese tono tan dulce? ¿Cómo podía sonreírle de esa forma? ¿No le carcomía la culpa? ¿Tan fácil era mentirle? El mar de emociones en el que se estaba sumergiendo no le daba tregua, iba a ahogarse en cualquier momento.

─¿Con qué cara me vienes a hablar, Nara? ─la voz que en un principio tendría que haber salido con firmeza se trasformó en débil y quebradiza. Le raspó sutilmente la garganta, la tristeza comenzaba a dejarla muda.

─¿Qué dices? Acabamos de vernos, no hay forma de que haya hecho algo malo ─su patética actuación de niño bueno le crispó los nervios. Era evidente que iba a utilizar la táctica de hacerse el desentendido; no podía permitírselo.

─Escuché tu conversación con Chouji… Dime, “¿cómo van las cosas entre tu mejor amiga y tú?” ─parecía que se mofaba, pero en realidad estaba en busca de una justificación. Entendía que Ino era una mujer atractiva, mucho más que ella seguramente, pero no podía entender que haya sido capaz de lastimarla.

Shikamaru la observó en silencio durante unos instantes, tenía que juntar la cantidad de información suficiente para proceder a responderle sin empeorar la situación. Era evidente que estaba molesta por la charla que había tenido con su mejor amigo, el inconveniente estaba en que no había ningún motivo lógico que justificara su accionar─. Exactamente, ¿qué fue lo que escuchaste?

─A ti diciendo que estabas loco de amor por Ino. ¿Cómo pudiste hacerme esto? Si estás interesado en ella deberías habérmelo dicho y ya ─su orgullo había sido aplastado, molido a golpes, pisoteado. Y entonces, la gota que colmó el vaso llegó cuando el menor no pudo evitar soltar algunas risas.

─¿Pensaste que estábamos hablando de Ino? ─la miraba con ternura, su semblante serio se había vuelto cálido. Se acercó a ella a paso lento, sin dejarla responder, y la rodeó por la cintura─. Estábamos hablando de ti, problemática.
No podían verse a los ojos, el abrazo se los impedía. El corazón de la rubia latió con fuerza ante tal confesión, sin embargo, la situación seguía sin cerrarle del todo─. No me trates de idiota, sé que Ino es tu mejor amiga desde siempre ─A pesar del tono brusco en el que le habló, no rompió el abrazo.

─Bueno, eso es cierto. Lo que pasa es que, hace algunos años Chouji siempre me preguntaba si había hecho progresos para acercarme a ti, a lo que solía responder con un “es solo mi amiga” ─Eso realmente tenía sentido, sobre todo porque ella solía dar la misma respuesta cuando Matsuri la interrogaba─. Entiendo que esto pasó porque no tenías conocimiento de eso… pero no deberías escuchar conversaciones ajenas, eso es muy grosero de tu parte.

Se le subieron los colores por culpa de la vergüenza, al final no había sido más que un torpe malentendido─. No fue mi intención escuchar, fue un accidente ─dijo para defenderse.

─Bien bien, te perdono por más que no sepas pedir disculpas de forma adecuada ─respondió con una sonrisa que ella no pudo ver, besando su frente para apaciguar sus emociones. Temari se dejó llevar por la paz que le compartía; ya no volvería a desconfiar de él.

Writetober ─ ShikatemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora