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07/10/2020 — Efímero

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07/10/2020 — Efímero

Veía de forma despreocupada el canal que tenía frente a ella, el reloj de madera que reposaba en una de las paredes anaranjadas del comedor marcaban las cinco y media de la tarde: era la hora perfecta para merendar.

Temari daba sorbos al té que tenía frente a su rostro, de vez en cuando tomaba una galleta de chocolate y la sumergía en el mismo para luego llevársela a la boca (una acción tachada de asquerosa por su hermano menor). Desde su asiento podía ver, aunque sea por el rabillo del ojo, que su madre estaba sentada en la cocina, teniendo una agradable plática con la dueña de casa; no sabía con exactitud hacía cuanto tiempo había empezado su amistad, pero desde hacía ya algunos años habían adoptado la costumbre de juntarse todos los sábados luego de almorzar.

─Me encanta esta pelea, Cell es el mejor villano ─dijo Gaara mirando la televisión con entusiasmo. Así como reunirse en la casa de los Nara se había vuelto un hecho semanal, que los episodios de Dragon Ball Z los acompañaran en su merienda era casi una obligación.

─Estás loco, el mejor es Freezer ─respondió Kankuro, regañando al pelirrojo. Esas discusiones triviales sobre series animadas también se habían tornado cotidianas, pero ¿qué otros temas de conversación podrían tener niños de seis y ocho años?

La rubia dio un suspiro, dentro de ella se encontraba la tortuosa necesidad de sentir (y demostrar) que era más madura que sus hermanos; aunque debía reconocer que, en esta oportunidad, le daba la derecha al castaño.

─Hey, Temy ─el azabache sentado a su lado la llamó por lo bajo─, ¿estás aburrida? ─La mayor se limitó a mirarlo de costado y asentir─. Ven conmigo ─Ella le hizo caso, sabía que iban a escabullirse a su habitación para leer alguna historieta o charlar sobre algo en privado. Solían hacer aquello cuando Kankuro y Gaara se ponían fastidiosos; Shikamaru era como ella, buscaba desesperadamente distanciarse de los comportamientos inmaduros.

─¿Qué tienes para mostrarme? ─le dijo de forma burlesca una vez que se encontraron solos en la habitación. Lo vio tomar un banquito, llevarlo hasta donde estaba la biblioteca y subirse en él para alcanzar los estantes superiores. Tanteó un poco con la mano, hasta que dio con aquello que estaba buscando y, una vez que lo tomó, descendió.

─Papá me compró un tomo de Capitán América, estaba esperando a leerlo juntos ─Temari sonrió en complicidad, ambos sabían que, por algún motivo, no todos los padres estaban de acuerdo con que sus hijos leyeran los cómics de Marvel, y eso solo hacía que sintieran más ganas de hacerlo.

Se sentaron sobre el colchón, uno al lado del otro, y procedieron a comenzar con la lectura. A medida que las páginas avanzaban la adrenalina iba en aumento, estaban seguros de que los héroes ganarían, pero todavía tenían esa ingenuidad característica de la infancia: ante ellos, cialquer cosa podía ocurrir. De manera repentina, las luchas y combates quedaron en segundo plano, enmudecieron al contemplar una de las viñetas. Lentamente levantaron la vista del cómic para mirarse entre ellos, un color carmín tiñó sus mejillas.

─Ellos se están… ─comenzó el menor, analizando con detenimiento la hoja que tenía frente a él.

─Sí ─le respondió, como si sus mentes estuvieran sincronizadas─, se están besando ─Y en efecto eso era lo que estaba ocurriendo: el Capitán América y la Bruja Escarlata estaban compartiendo uno de esos besos que tanto incomodaban a los niños. De inmediato se sintieron aliviados de que no hubiera ningún adulto con ellos. Permanecieron medio minuto en silencio (lo que para ellos era equivalente a horas), por más que intentaran evitarlo no podían dejar de contemplar el dibujo─. ¿Cómo se sentirá? El besar a alguien.

Shikamaru se sorprendió ante su comentario, por algún motivo que desconocía, creía fervientemente que Temari ya había dado su primer beso. Él la veía tan mayor, tan responsable y distinta a las fastidiosas niñas con las que iba a la escuela (lo cual estaba sencillamente justificado por los tres años que se llevaban). De cierto modo podría decirse que la admiraba, así como se admira a los hermanos mayores, pero sin estar emparentados─. Se ve como algo asqueroso.

─Dices eso porque eres muy joven todavía, pero estoy segura de que no dirás lo mismo en unos años ─Se sintió ofender por su comentario. Odiaba cuando le recordaba que todavía era un niño, padecía de esa frustración por querer crecer de forma veloz, por demostrar algo que no era.

─Tú tampoco eres tan mayor, solo nos llevamos tres años ─espetó, enfatizándolo al levantando tres dedos de su mano derecha. Le habló desde su orgullo herido, y no desde aquello que pensara en realidad. Muchas veces se había sorprendido a sí mismo quejándose por no tener la misma edad que Sabaku No Temari; no le interesaba necesariamente ser mayor de lo que era, le bastara con tener cualquier edad, pero que sea la misma que la de ella.

─Tres años es bastante ─le respondió con tranquilidad, aunque por adentro estaba realmente ofendida. ¿Acaso él no veía lo madura que era? Sintió que su gigantesco ego amenazaba con descender un poco. Otra vez el silencio se hizo presente, ninguno de los dos sabía que decir para romperlo.

─Tú quieres saber lo que se siente besar, ¿verdad? ─cuestionó el Nara, aún sabiendo de antemano cuál era la respuesta. Apretaba el borde de su camiseta con los puños, buscando llenar su cuerpo de valor para llevar a cabo aquello que tenía en mente.

─Pues sí, es justamente lo que acabo de decir… ─sintió una suavidad rozarle los labios. Pestañó un par de veces antes de darse cuenta de qué era lo que estaba haciendo Shikamaru. Efímero, esa era la palabra exacta para describir cómo fue su primer beso (el primero de muchos que vendrían con el tiempo). Fueron unos cortos cinco segundos, Temari ni siquiera tuvo tiempo de cerrar los ojos antes de que el contrario se alejara.

─¡Temari, cariño! ¡Ven que ya nos vamos! ─la voz de su madre la salvó de tener que pensar algo elocuente para decirle. Se puso de pie de un salto, y se encaminó hacia la puerta del cuarto. Shikamaru la siguió algo avergonzado, aún no podía creer que se había atrevido a arrebatarle su primer beso. Sus ojos se encontraron una vez más, dándose esa mirada pura que solo los niños poseen.

─Nos vemos luego ─dijo la mayor, agitando su mano a mono de saludo para luego correr hasta dar con Karura.

Writetober ─ ShikatemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora