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23/10/2020 — RebanadaContinuación del día 7

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23/10/2020 — Rebanada
Continuación del día 7

Se quedó perplejo observando como Kankuro cortaba una rebanada del pastel que había frente a ellos y se lo entregaba en un plato. De alguna forma le hizo sentir como si aquello que quisiera cortar en realidad fuera su cuello.

─Entonces, una vez más, ¿cuáles son tus intenciones con nuestra hermana? ─indagó el castaño, utilizaba ese tono de voz brusco para demostrar su descontento con la situación.

─De nuevo, solo quiero salir con ella ─dijo, sin despegar su vista del postre que tenía frente a él. Jugaba con su tenedor, sin animarse a probar bocado aún.

─¿Por qué quieres salir con ella? Es decir, no es justamente la mujer más pacífica ni amorosa que existe ─habló Gaara, le daba una mirada asesina desde detrás de la taza de té que bebía. Dejó paralizado al azabache, le tenía más temor a él que al mayor de sus cuñados.

Shikamaru meditó antes de responder, necesitaba pensar sus palabras para no generar un efecto poco deseado─. No puedo contradecirte, eso sería una mentira ─su voz sonaba tranquila, mantener la calma en momentos de presión era su especialidad─. Pero ustedes saben mejor que nadie lo que significa ella para mí, así como saben que estuve enamorada de ella toda mi vida.

─Lo sabemos, y es por eso que te estamos dando el beneficio de la duda. Si fueras otro, ya te hubiera molido a golpes ─aseguró Kankuro, torciendo el brazo para marcar los músculos de sus bíceps, los cuales estaban bien definidos debido a los años de gimnasio y su trabajo en el taller mecánico. El Nara era un debilucho a comparación, no aguantaría ni un solo round contra él.

─Creo que están exagerando, ¿piensan que sería tan idiota como para lastimar a Temari? Y no lo digo solo porque me atrae, sino porque sería capaz de aniquilarme ─intentó alibinar el ambiente con ese comentario, pero la gélida mirada del pelirrojo no cesó.

─¿Te casarías con ella? ─indagó el mayor de todos, Shikamaru casi se ahoga con su propia saliva cuando lo escuchó. Cierto era que quería pasar el resto de su vida con la rubia, pero no creía en los compromisos de ese tipo. Después de todo, casarse no cambiaría el amor que sentía por ella.

─Me parece más sensato irnos a vivir juntos primero pero, llegado el momento, por supuesto, si es que Temari así lo quiere ─pudo ver que no les convenció su respuesta, y lo entendía perfectamente. Los tres hermanos Sabaku No eran muy unidos, y se aferraron aún más luego de que su madre perdiera una ardua lucha contra el cáncer. El Nara lo recordaba bien, después de todo, él había sido el sostén de su amada durante esos momentos; él había tomado firmemente su mano para evitar que cayera en el oscuro poso de la depresión. Tanto Gaara como Kankuro lo sabían, y le estaban agradecían, en secreto.

─¿Y qué pasaría si la dejas embarazada por accidente? ─una tos se hizo presente, pero esta vez provenía del castaño, era evidente que imaginar a su hermana en esa situación era demasiado para él.

─Eso sería un fastidio... ─espetó por inercia, esa era su característica muletilla, y se escapaba de entre sus labios casi sin ser consciente de ello. Enmudeció al darse cuenta de que no solo lo había pensando, debía solucionarlo rápidamente─. En primer lugar, no somos tan idiotas como para tener relaciones sin protección. Sin embargo, siendo que los accidentes ocurren, ¿qué más podria hacer además de conseguir un trabajo estable para probeer lo que ella y el bebé necesiten?

Por supuesto que no habían tocado el tema de los hijos hasta el momento, ninguno de los dos estaba particularmente interesado en los infantes, aunque no descartaban la idea de ser padres en el futuro. De momento, estaban mucho más interesados en terminar sus estudios universitarios.

─La conversación se nos está yendo de las manos ─dijo de repente, captando la atención de los contrarios. Ambos pares de ojos lo analizaban sin piedad, mas no iba a dejarse intimidar─. Entiendo la preocupación que sienten, sé que quieren asegurarse de que no voy a lastimar a Temari porque la aman... pero yo también lo hago, y les consta. Siempre fui bueno con ella, y no pienso dejar de serlo, les doy mi palabra.

─Bien, ya es suficiente ─una voz femenina sonó por detrás de Shiakamru. No necesitó volterase para reconocerla aunque, si no hubiera sabido de inmediato de quién se trataba, los gestos de los jóvenes frente a él le hubieran servido para adivinar.

─Temari, ¿hace cuánto estás aquí? ─preguntó Kankuro, estaba nervioso, al igual que todos. El solo imaginar que la mayor había sido testigo de buena parte de su conversación les ponía los vellos de punta.

─Hace bastante, pero estaban tan compenetrados en su plática que no me oyeron llegar ─explicó sencillamente. Sus clases del día de la fecha habían terminado antes, por lo que su llegada a su hogar también se había precipitado─. Y por si se lo están preguntando, sí, lo escuché todo.

El silencio no tardó en hacerse presente. Los tres jóvenes la observaron sin disimulo mientras ellas calentaba el agua para hacerse un té. Pasó los brazos por encima de su hermano, cortando una porción de pastel para ella y dejándole frente a la silla libre junto al azabache. Una vez que su infusión estuvo lista, tomó asiento tranquilamente.

Ante la mirada expectante de todos, encendió el televisor, buscando un canal en específico. Una oleada de sonrisas nostálgicas los invadió cuando oyeron las voces de los personajes de Dragon Ball en la pantalla─. Ahora sí se siente como en casa.

Shikamaru suspiró embelezado por la calidez propia de estar junto a la persona que amaba. Su mente se llenó de los recuerdos de esas tardes de sábado en las que merendaban juntos. Vio la mano de Temari buscando la suya por debajo de la mesa, y no tardó ni medio segundo en unirlas.

Las memorias de ese efímero primer beso que se dieron le hicieron esbozar la sonrisa más boba de todas, se llevó la mano libre a los labios, como si buscara revivir la sensación del momento. Sabía que jamás lo olvidaría porque, a pesar de que que había dado todos sus cómics a la caridad, aquel ejemplar del Capitán América seguía estando en su biblioteca, entre su enciclopedia marina y su libro de cálculo avanzado.

Writetober ─ ShikatemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora