Capitulo 1

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Dos años después...

Moscú, Rusia.

Dicen que el tiempo cura todo, pero Demian no piensa así, todavía carga con él la cicatriz que le dejó la persona que amaba, no ha vuelto a saber de ella y a veces se pregunta si seguirá viva, seguramente está escondiéndose o viajando a todas partes.

Todo hubiera sido tan diferente si le hubiera dicho la verdad, ambos se ocultaron cosas, pero él terminó confiando en ella. Hay noches que todavía sueña con ella, a pesar de los años. Tuvo un desliz de una noche con una chica que también trabaja en la organización, pero no se sintió igual, ya nada era igual.

Cuando llega a la funeraria se encuentran los mismos de siempre: Zack, Simón, Dasha, su padre y hermano. Demian se acomoda a lado de su familia, no tiene ganas de estar cerca de Dasha, cada que lo mira es obvio que disfruta de su sufrimiento y aunque sabe que es el Karma, dos años de burla ya han sido suficiente.

─Hay muchas personas aquí... ─dice el forense.

─Cállese. ─ordena Vladimir.

Cuando descubren el cuerpo, varios bajan la mirada, para mostrar un poco de respeto y disimular el impacto.

─No es ella... ─habla Aleksei.

─Aleksei...

Demian se intenta acercar a su hermano, pero él termina saliendo de la sala, Vladimir posa la mano en su hijo mayor.

─Déjalo solo.

Dasha mira con atención el cuerpo de Alexandra, presenta signos de tortura y ese característico tatuaje en el cuello que poseía. No la conoció mucho, pero le es imposible no sentir tristeza, era una chica que tenía mucho por delante. Admite que le hubiera gustado llegar a ser su amiga y confidente, contarle muchas cosas sobre Aleksei y convivir con su hijo, Dasha quiere mucho a la familia Smirnov a pesar de lo que pasó con Demian.

Todavía recuerda cuanto le lloró cuando supo de su traición, al igual que él, tenía aspecto de muerto viviente, el cansancio era notable en sus ojos, y cuando llegaba a sentirse un poco mal al ver su estado, su mente le recordaba todo lo que sufrió ella y se le olvidaba.

─ ¿Ya hicieron los análisis? ─pregunta Vladimir.

─Si, señor. En los resultados se puede ver que se trata de Alexandra Bennet.

(...)

Al llegar a la mansión, Demian no se sorprende de no ver a su hermano, solo se la pasa trabajando, la organización creció mucho, nuevos reclutas y los entrenadores son más exigentes.

No entiende que mierda le pasa a Aleksei, pero las reglas de tener cada uno el animal que los representa ya no existe. Todos tienen una serpiente tatuada como marca de que trabajan para él.

Como es el jefe, ya no anda en combates ni nada por el estilo, todos dan la vida por él, los salarios aumentaron para tenerlos contentos, pero al final de todo, siguen arriesgando su vida.

Hace dos años, cuando todo fue reciente, si se mostró vulnerable por primera vez, ahora parece como si hubiera sido un sueño, se ve mejor que nunca. Cada vez formó más alianzas, y ante Rusia es un empresario, dueño de varios hoteles que adquirió, y que ahora forma parte de la política. También tiene varios negocios en Estados Unidos y va creciendo mucho más.

Después de varias horas llega su hermano, como siempre, al teléfono. Como si tuviera un sensor, al oír la voz de Aleksei, se oyen unas pequeñas pisadas corriendo por toda la alfombra, no se necesita voltear para saber que se trata de su sobrino. Pasa como un rayo y abraza las piernas de su padre, al ver que no tiene su atención, lo empieza a jalar del pantalón, su hermano suelta un suspiro y cuelga la llamada, Andrei es demasiado demandante, así que no le queda remedio que cargarlo entre sus brazos.

INCONTROLABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora